marzo 29, 2024

Bolivia, una economía saludable difícil de negar

En una reunión de Ministros de Hacienda de América Latina, el pasado 9 de octubre en Washington, la pregunta que flotó en el ambiente es si había llegado el fin del cuarto de hora para la economía de la región.

En términos globales, una de las conclusiones del encuentro internacional que contó con la participación del FMI y del BM es que el crecimiento de la región experimentará una ralentización, atribuible a la tendencia a la baja en las cotizaciones internacionales de bienes primarios como el cobre, carbón, soya, café o mineral de hierro. Obviamente, muy pocos atribuyeron el peligro a la crisis global del capitalismo.

Sin embargo, cuando se apreciaba el comportamiento de las economías por separado, un dato de enorme importancia es que Bolivia estará dentro de los tres países con mejor crecimiento a la culminación de 2013, con un 5.4 por ciento según el FMI.

A esa buena noticia, el miércoles último, en un seminario Internacional de Desarrollo Productivo y Financiamiento organizado por el Banco de Desarrollo Productivo (BDP), la tranquilidad y la satisfacción para Bolivia fue mayor luego que el ministro de Economía, Luis Arce, y el presidente del Banco Central de Bolivia, Marcelo Zabalaga, estimarán que a diciembre se llegará a un crecimiento del 6,6 por ciento.

“Vamos a crecer por encima del 6%”, aseveró Arce, considerado el octavo mejor economista de América Latina de una lista de 19 y quien se ha encargado de desmontar, en la concreta, la cadena de prejuicios que acompañaron el inicio del gobierno del presidente Evo Morales, con una oposición que malintencionadamente pretendía desestabilizar al país con una supuesta advertencia sobre el retorno de la experiencia de la UDP.

Pero nada de eso sucedió. Ni Evo Morales es Siles Suazo ni el modelo económico es de la época del nacionalismo revolucionario. Bolivia ha experimentado en todos estos años el mejor comportamiento económico de toda su historia y ese es un dato objetivo que difícilmente se podrá desconocer.

No cabe duda que el modelo económico boliviano es altamente exitoso y no solo por los buenos precios de las materias primas en el mercado internacional, lo cual es un rasgo que ha bañado a todos los países de América Latina sin que obtuvieran necesariamente buenos resultados, sino debido a una inmejorable gestión de la economía.

La base de ese modelo es la reapropiación de los recursos naturales, particularmente de los hidrocarburos, para beneficio de todos, la buena recaudación tributaria y el buen manejo de las finanzas. Es evidente que Bolivia hubiera recibido solo 1.600 millones de dólares sin la nacionalización del petróleo y no los 4.200 millones promedio que percibe en la actualidad, según ha manifestado el vicepresidente Álvaro García Linera.

Las palabras sobran. Está claro que la oposición, salvo caiga en la mezquindad que la ha caracterizado todos estos años, no podrá hacer campaña cuestionando el comportamiento de la economía. Eso no le dará votos.

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