Santiago de Chile-. La crisis en el gobierno chileno por el homicidio del joven mapuche Camilo Catrillanca, mantiene hoy en una difícil situación al ministro del Interior, Andrés Chadwick, y al general Hermes Soto, director del cuerpo de Carabineros.
En el caso de Soto, sus explicaciones sobre la muerte de Catrillanca contenían una larga lista de imprecisiones, medias verdades o rotundas mentiras que fueron desmoronándose una tras otra a medida que avanzaba la investigación sobre lo acaecido la tarde del 14 de noviembre en la comunidad de Temucuicui, en La Araucanía.
Dijo en distintos momentos que Catrillanca tenía antecedentes delictivos, que murió en un intercambio de disparos con Carabineros, los cuales, pertenecientes a un controvertido comando especial, no llevaban cámaras de vigilancia en sus cascos.
Luego se demostró que el joven mapuche no tenía antecedentes delictivos, que no hizo disparo alguno contra los carabineros, según confesó a la fiscalía el exsargento Carlos Alarcón, autor del disparo que acabó con la vida de Catrillanca, quien, como demostraron los peritos en balística, recibió el tiro por la nuca, y que el acusado llevaba una cámara cuya tarjeta de memoria fue destruida por él mismo.
Posteriormente, Alarcón, en prisión preventiva por dos meses hasta que finalice el proceso, dijo en un video tomado desde la cárcel de Temuco, capital de la Región de La Araucanía, que ciertas cosas aún ‘no habían salido a la luz’ y que él y los otros tres imputados prestaron falsos testimonios porque ‘hay gente que los hizo mentir’.
Estas polémicas declaraciones hicieron renunciar de inmediato al abogado que representaba a Alarcón, avivaron el escándalo y multiplicaron la falta de confianza de la población en el cuerpo de Carabineros, a pesar de que con desacostumbrada rapidez fue dado de baja el carabinero que filmó el video y Hermes Soto llamado una vez más a La Moneda para dar explicaciones mientras circulaban rumores de su posible renuncia.
Pero esto último no ocurrió, pues Soto fue apuntalado por el presidente Sebastián Piñera y el ministro del Interior, Andrés Chadwick, aunque no se libró del alón de orejas del mandatario, quien le exigió la mayor cooperación en la investigación y trabajar siempre dentro del marco de la ley.
No obstante Piñera advirtió en entrevista a una radioemisora que se debe esperar a la conclusión de las investigaciones por el homicidio de Catrillanca y puntualizó que en Chile gobiernos anteriores ‘ya han cometido demasiados errores por confiar ciegamente en las versiones que brinda Carabineros’ sobre determinados hechos.
Porque el caso Catrillanca no es un hecho aislado en el historial reciente de Carabineros, pues protagonizó la Operación Huracán, que descubrió una serie de montajes policiales contra dirigentes de la comunidad mapuche, o el denominado ‘Paco Gate’, fraude por 30 mil millones de pesos (unos 50 millones de dólares) que evidenció una profunda corrupción dentro de ese cuerpo.
En cuanto al ministro Chadwick, aun cuando figuras políticas y sociales han pedido su renuncia y ha sido blanco de las protestas callejeras que se desataron para exigir justicia en el caso Catrillanca, se mantiene a flote, aunque a juicio de observadores es evidente su fragilidad política, incluso entre los seguidores de Piñera.
Se afirma que lo que más lo debilita es su postura errada en defensa del cuerpo de Carabineros y de su director Hermes Soto, y como resultado, un estudio de la encuestadora Cadem reveló la pérdida de más de diez puntos de aprobación de un mes a otro al pasar de 48 a 46 por ciento, arrastrando consigo a Piñera, cuyo nivel de respaldo está al nivel más bajo desde su llegada a La Moneda en marzo último.
Como ministro del Interior, Chadwick es el responsable máximo de Carabineros, y los más recientes sucesos dan la sensación, al menos, de su falta de control sobre ese cuerpo, aunque para algunos analistas sigue siendo apreciado como puntal del gobierno de Sebastián Piñera y una figura prácticamente irremplazable.
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