Editorial Cambio-.
La misiva enviada por legisladores de la oposición para que EEUU intervenga en asuntos internos democráticos de Bolivia no es un hecho aislado, sino un capítulo más de una estrategia desestabilizadora que apunta al escenario internacional para maltratar y pisotear la soberanía de Bolivia.
La carta remitida mediante la empresa consultora política estadounidense Dark Horse Political al presidente Donald Trump volvió a generar protestas e indignación en el país. Por ejemplo, las organizaciones sociales de Cochabamba, congregadas en la Codecam, quemaron ayer el documento en señal de rechazo.
Esta empresa es la misma que hizo lobby/cabildeo/gestión ante la administración del entonces presidente de EEUU, Barack Obama, para que retire las visas de ingreso a ese país a los principales funcionarios del Gobierno boliviano.
Esta solicitud fue realizada en 2017 por Eva Sara Landau, vicepresidenta de Dark Horse Political, en coordinación con Alejandro Brown, uno de los acusados por el caso terrorismo/separatismo, según publicó ayer el periódico El Deber.
El documento, que fue enviado al entonces subsecretario de Asuntos Políticos del Departamento de Estado, Thomas Shannon, pide la revocatoria de visas “contra el régimen de Evo Morales” en rechazo a la candidatura del Jefe de Estado.
Es decir, en esta faceta, el plan opositor tiene como actores a legisladores, una empresa lobista norteamericana y a funcionarios del país del Norte que hicieron viable la entrega de la carta a Trump y a Shannon. El objetivo de esta trama es que la potencia extranjera intervenga/defina/influya en asuntos internos/democráticos de Bolivia.
En otro escenario del campo internacional los actores son distintos, pero el objetivo es similar: que se afecte la soberanía del país y se defina desde afuera sobre asuntos que conciernen solo a los bolivianos. Uno de estos actores, según el impreso cruceño, es el Comité Cívico pro Santa Cruz, que intensifica sus acciones para recurrir a los presidentes de Colombia, Iván Duque, y de Brasil, Jair Bolsonaro, a fin de que intercedan ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte-IDH) para que se pronuncie en contra de la postulación de Morales.
Para ese fin, los cívicos impulsan el llenado de libros con firmas de ciudadanos. Ellos esperan alcanzar 500 mil rúbricas que serán entregadas al expresidente de Colombia Andrés Pastrana, quien tiene previsto llegar a la ciudad de Santa Cruz durante la primera semana de mayo. La exautoridad sería quien haga llegar los registros a los mandatarios de Colombia y Brasil.
Por otro lado, los aspirantes opositores Óscar Ortiz y Edwin Rodríguez acaban de concluir una gira por países como Alemania, donde explicaron su postura sobre asuntos internos de Bolivia.
Ortiz también recurrió a organizaciones políticas extranjeras, visitó Argentina y accedió a medios internacionales para hablar sobre su posición contra la candidatura de Morales.
Esta línea discursiva internacional de los opositores coincide con el pronunciamiento del Senado norteamericano, que hace poco también se expresó sobre asuntos internos de Bolivia, en una clara muestra de injerencia.
Frente a esta situación, el vicepresidente Álvaro García Linera pidió no permitir que un poder extranjero venga a pisotear y maltratar la soberanía del país.
“Uno respeta el pensamiento de cualquier persona, pero en primer lugar está nuestra soberanía como patria, esa soberanía que defendió Gualberto Villarroel, es esa soberanía que está siendo pisoteada por algunos políticos”, sostuvo la autoridad en la entrega de una infraestructura educativa en la ciudad de El Alto.
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