Editorial Cambio-.
Los presidentes de Bolivia, Evo Morales Ayma, y de la Argentina, Mauricio Macri, sostendrán el lunes 22 una importante reunión en Buenos Aires para dialogar sobre una variedad de temas, entre los que se encuentran el gas, la Hidrovía Paraná-Paraguay, energía eléctrica, litio y salud.
El encuentro se enmarca en la profundización de las relaciones entre ambos Estados, porque se proyectan firmes e invariables en varios ámbitos —a pesar de las diferencias ideológicas—, en los que prima el respeto, la cordialidad y la autodeterminación.
En los últimos años, la relación dio un giro inesperado pues Bolivia pasó de la exportación de gas a la suscripción de numerosos acuerdos que van desde la agroindustria, la innovación tecnológica, salud, medicina nuclear hasta la lucha contra el crimen organizado. Los vínculos tocaron su pico más alto cuando Néstor Carlos Kirchner (2003-2007) y después Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) gobernaron ese país.
Pero la relación con Argentina va más allá del gas.
Por ejemplo, el Estado boliviano ejecuta el Proyecto de Red de Centros de Medicina Nuclear y Radioterapia, que consiste en la construcción de tres centros de medicina nuclear en las ciudades de El Alto, La Paz y Santa Cruz con una inversión de $us 149,6 millones. La empresa argentina Invap, que es un referente mundial en el diseño y producción de sistemas tecnológicos como satélites y reactores nucleares, se encarga de la edificación de la infraestructura. El Gobierno también fomenta la formación de 120 profesionales en medicina nuclear como radiólogos, radiofarmacéuticos, técnicos en medicina nuclear y enfermeras, entre otras especialidades.
La relación con el vecino país se construye en virtud de la enorme migración boliviana. Datos no oficiales señalan que 2 millones de bolivianos viven a lo largo y ancho del país austral, que contribuyen con su mano de obra al desarrollo de esa nación. Trabajan en la agricultura, construcción, costura y otras áreas, pero viven con un pie en su terruño y son orgullosos de sus manifestaciones culturales. Las fiestas patronales llenaron las calles del Gran Buenos Aires de diabladas, morenadas, tinkus y otras danzas.
Por esta razón, la colectividad boliviana prepara un multitudinario recibimiento a Evo Morales en el polideportivo Alberto Balestrini, que está ubicado en la localidad de Lomas del Mirador, partido de La Matanza, donde expresarán su apoyo al Proceso de Cambio. En la actividad ondearán miles de banderas tricolores, wiphalas, carteles y otros elementos porque no olvidan sus profundas raíces culturales, su identidad de clase y su plena identificación política-ideológica con el Presidente.
Asimismo, Bolivia se prepara para exportar energía eléctrica al vecino país. En septiembre de este año se enviarán los primeros 120 megavatios, que es la capacidad de la línea de transmisión que se extiende 110 kilómetros desde Yaguacua en Bolivia hasta Tartagal en Argentina. Solo falta que Salta emita la licencia ambiental. La exportación de energía eléctrica a Argentina generará un ingreso mensual de 3 millones de dólares para Bolivia.
Morales y Macri también hablarán sobre el litio. El Estado invirtió recursos económicos en la industrialización del metal y el objetivo es exportar una variedad de productos a Europa y Asia. La economía boliviana se revoluciona gracias a la industrialización de hidrocarburos, energía, exportación de gas licuado de petróleo y urea a Argentina, Brasil, Uruguay y Perú. Bolivianos y argentinos tienen en la mira profundizar los lazos de integración y miran el horizonte con optimismo.
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