septiembre 13, 2024

Lo amazónico: otra convivialidad


Por Rosario Aquím Chávez-.


A diferencia de occidente que ve la naturaleza, como “pura nada”, como “exterioridad”, como “degradación del espíritu”, “peor que el mal” [1], “instrumento”, “cosa” que debe ser utilizada, dominada, apropiada y explotada por el hombre, por el capital y su afán de poder; el mundo amazónico, vive una otra forma de convivencialidad con el todo, con el mundo de lo existente, con la naturaleza concebida como un “ser”, un “principio de vida”, que al mismo tiempo es una parte de su “ser” y de su “existir”, sustento de su existencia, por ello, se le prodiga cuidados a la naturaleza, porque es la causa de nuestro bien, porque ella nos permite conocer.

La naturaleza, no es algo externo ni opuesto al conjunto de relaciones sociales, sino algo fluido, relacional, estrechamente vinculado a la vida biológica, social, política, económica y cultural. No existe la dicotomía naturaleza-sociedad; naturaleza-hombre; como fundamento de la oposición, instrumentalización y dominación de la naturaleza.

En el devenir de esta convivencia armónica, el ser y la justificación de su existencia es el territorio cuya unidad fundamental lo constituye el bosque, la selva. La naturaleza, se comunica con los seres amazónicos, a través de sus mensajeros, y todo lo que existe en ella, está en íntima relación con todos, nada se puede realizar sin su consentimiento; aquel que pretenda romper las reglas de la naturaleza será duramente castigado, por no obedecer lo establecido. En esta relación intensa entre seres y naturaleza, se funda el ámbito de lo sagrado, se inicia el camino del encuentro con los dioses.

Nuestros hermanos TSIMANE, por ejemplo, están conectados con lo sagrado desde los tiempos remotos en que existían sus hombres sabios llamados COCOJSI’ [2]. Para el encuentro con lo sagrado, los COCOJSI’ realizaban ceremonias rituales en la SHIRPA, una casa redonda con techo de jatata [3] con un gran agujero, en cuyo centro se construía una escalera, para que el guardián de los animales JÄJÄBÄ baje y converse con el sabio COCOJSI’ de la comunidad que lo invocó. Para la realización de estos rituales tanto hombres como mujeres, elaboraban hermosas obras, como la vestimenta de algodón del sabio COCOJSI’ conocida con el nombre de VÄSHTÄTÄRA PURU’ NACDYETY, o delicadas artesanías musicales como el POÑOJ o tambor, que servía para la ceremonia de llamamiento a los animales; o el CONEIJ, sonajera que el sabio empleaba; o las CÄR’TAQUIS TYV’ TYI’, que se utilizaban para sanar enfermedades [4] o para dañar al espíritu del enemigo.

Gumercindo Vie, de San Antonio, recuerda algunas actividades que realizaba el COCOJSI’ en la comunidad tsimane:

“Antes COCOJSI’ habían en las comunidades. Para hacer la fiesta (…), el COCOJSI’ llama a la gente a la SHIPA [5], el COCOJSI’ canta, la gente imita a los animales cantando; al IDOJORE’ y al JÄJÄBÄ. Pidiendo que le suelten los animales, toma chicha el COCOJSI’, llama a otras gentes del otro lado, les invita chicha y alcohol. Los amos de los animales, toman como agua el alcohol. Ese era el pago que se hacía a los amos de los animales (alcohol) y ellos, ya sueltan a los animales porque el COCOJSI’ canta y pide al dueño… el amo, era como gente, gordo y grande, igual que nosotros y viene armado con flechas, escopeta y tenía revolver el amo de los animales, y también se le pagaba con chicha, para que el amo se suelte animales… para que la gente cace fácilmente. Porque ahora ya no hay COCOJSI’ y nadie pide al amo, ya no hay sabios, los amos de animales hablaban como nosotros, pero con voz fuerte”.

“Urucya´jiquej mu´yu´5 momo´cocojsi´in, vajpedye´son in judyeya´yiris pen yirity bä´yi ñichche´yoctyi´aperave yoctyi´jamanchican, yoctyi, río coloradove, mo´na pen bä´yi´cashve cojiro, uts mu´anic mujuchaty in yocyyi´mu´ya´in cocojsi in pu´sacsity in judyeya´shijracsity momo´in, pai´bu´yi comunidadya´bä´yi in”. [6]

En esta trama mágico-religiosa, donde la existencia del todo, aparece entretejida, amarrada, anudada a la existencia de los amazónicos; unos y otros se funden en un sólo aliento, en un mismo flujo que los afecta. Aquí, las máscaras de madera que representan al tigre (Y’TSIQUI’), al perro (ASHUJ) y a la gente anciana (ISHO’ MUNTYI’) parecen también emplearse, para obtener así, la protección y la benevolencia de JÄJÄBÄ.

1-. Estos conceptos fueron parte de la filosofía occidental: Hegel, Fichte, Berson, quienes consideraban a la naturaleza como exterioridad disminuida y degradada en relación a la interioridad de la conciencia. La naturaleza, para Fichte era un instrumento del que el yo absoluto se sirva para realizarse a sí mismo.

2-. Anciano sabio TSIMANE, que en la antigüedad se encargaba de convocar a los animales en la casa redonda de ritual llamada SHIPA’, y de curar a los enfermos.

3-. Lo Tsimane son expertos tejedores de la hoja de la palmera jatata, con la cual construyen el techo de sus viviendas. Esta hoja tiene mucha demanda en los pueblos cercanos a sus comunidades por lo que su tejido constituye una importante fuente de ingreso para las comunidades Tsimane.
4 Sobre todo enfermedades originadas por el susto, para lo cual se llamaba al espíritu de los pacientes.

5-. SHIPA’, lugar donde los COCOJSI’ (sabios) aconsejaban a los miembros de su comunidad, intercedían ante los espíritus de la naturaleza o curaban a los TSIMANES de las enfermedades que padecían. Esto fue suprimido, por los misioneros de la iglesia “Nuevas Tribus” que ingresaron en 1960.

6-.  “Los sabios vivían lejos, donde nadie podía llegar fácilmente; antiguamente habían cinco personas, uno de ellos era una mujer que vivía en el río Maniqui abajo, otro vivía en el río Maniqui arriba, otro en el río Apere, otro vivía en el río Jamanchi, otro vivía en el río Colorado: estos Cocojsi’ eran los máximos líderes espirituales y los curanderos más poderosos del pueblo Tsimane’. Estos sabios curanderos tenían vidas sencillas, pero en todas las comunidades se comentaba sobre lo que hacían, por eso los comunarios acudían a ellos cuando alguien se enfermaba”. (Felipe Mayor Roca, Comunidad Tsimane Tacuaral del Matto).

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