El presidente Arce pidió a nueva cúpula castrense garantizar la estabilidad del país en las actuales circunstancias
El presidente de Bolivia, Luis Arce, posesionó este lunes en la Casa Grande del Pueblo al nuevo Alto Mando de las Fuerzas Armadas (FFAA), en el cual juramentó como su nuevo comandante a Jaime Alberto Zabala Saldía.
Zabala Saldía ocupará el cargo que ostentó hasta ahora Carlos Orellana, impuesto por el Gobierno de facto de Jeanine Áñez en noviembre de 2019, tras el golpe de Estado contra Evo Morales.
Arce, en el acto de juramentación expresó: “Quiero pedirles que las Fuerzas Armadas cohesionadas con su pueblo trabajemos para lograr la unidad de todos los bolivianos, para defender la democracia, la paz social, así como garantizar la estabilidad de nuestro Gobierno elegido por la voluntad soberana”.
«Debo manifestar que las FFAA forjaron grandes líderes en el pasado en favor de los más humildes (…), digno de mencionar al Cnel David Toro, T. C Germán Busch, al T. C Gualberto Villarroel »
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— Luis Arce Catacora (Lucho Arce) (@LuchoXBolivia) November 16, 2020
El mandatario agregó que el reto es “devolver su institucionalidad” a la institución castrense, que de acuerdo con la autoridad fue “utilizado equivocadamente”.
Arce apuntó: “Hoy tenemos el gran reto de devolverle a las Fuerzas Armadas su institucionalidad, devolverle a las Fuerzas Armadas su lugar en la sociedad, que lamentablemente se utilizó equivocadamente. Hoy tenemos el desafío de que el pueblo boliviano vuelva a confiar en que las Fuerzas Armadas respetarán los procesos democráticos”.
«Hoy tenemos el gran desafío para que el pueblo boliviano vuelva a confiar en que las FFAA respetarán los procesos democráticos, queda por lo tanto mucha tarea por realizar» 🔴En vivo https://t.co/846B3WdzGC pic.twitter.com/POEcWsv8Vm
— Luis Arce Catacora (Lucho Arce) (@LuchoXBolivia) November 16, 2020
Mientras que el nuevo comandante, Zabala Saldía, durante su intervención, enfatizó que la institución castrense «no se involucra en política» y comprometió un trabajo “incansable” para reformar la defensa del Estado, lucha contra el contrabando, narcotráfico y la seguridad de las fronteras.
El recambio incluyó al jefe de Estado Mayor y a los comandantes del Ejército; la Fuerza Aérea y la Armada.
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