abril 25, 2024

Ecuador: un diálogo sin futuro


Por Soledad Buendía Herdoíza * -.


El movimiento indígena en Ecuador protagonizó el pasado mes de junio una de las más importantes y potentes movilizaciones de los últimos años. La Confederación de Organizaciones Indígenas del Ecuador (Conaie), liderada por Leonidas Iza, convocó a un Paro Nacional para exigir el congelamiento del precio de los combustibles, la moratoria de deudas, precios justos para los productos agrícolas, demanda de empleo y respeto a los derechos laborales, la no explotación minera, la no privatización de sectores estratégicos, presupuestos para salud y educación, principalmente.

Estas demandas serán analizadas en 10 mesas temáticas de negociación. El proceso inició el 13 de julio, fecha desde la cual empieza a correr el plazo de 90 días para entrega y evaluación de soluciones concretas.

Las mesas temáticas durarán entre uno y tres días y contarán con facilitadores delegados de algunas universidades. Para la operativización y seguimiento del proceso de diálogo se estableció una coordinación general con representantes del movimiento indígena, de la Conferencia Episcopal y del Gobierno.

Los primeros temas para abordar son el precio de los combustibles, la focalización de los subsidios y la moratoria de deudas, así como la generación de nuevos créditos, plazos, tasas preferenciales de interés y periodos de gracia. La demanda es la eliminación, extinción, remisión o condonación de los intereses, de intereses de mora, de gastos judiciales, honorarios de abogados y otros costos de pequeños y medianos deudores del sector agrícola, pecuario, pesquero artesanal y de la agroindustria.

La magnitud de la crisis económica golpea cada vez más a las clases populares, los niveles de desempleo se incrementan, mientras que la inseguridad y falta de oportunidades se profundizan. Estas son las condiciones y el marco en el cual un diálogo de oídos sordos y sin futuro tensiona cada día las exigencias del movimiento indígena.

Por la naturaleza social de las demandas y la incapacidad gubernamental de dar respuestas concretas, en pocos meses nuevamente miles de ciudadanos indignados saldrán a las calles de las principales ciudades del país.

Es imposible que políticas de igualdad, justicia social y redistribución sean implementadas por un banquero neoliberal que solo busca ganar tiempo y defender sus intereses particulares.

Ecuador está muy lejos de un diálogo verdadero y de ser un país de paz, pues la pobreza, el hambre y las necesidades de la gente humilde serán detonantes de la acción colectiva que impulse la transformación social.


*       Miembro de la Asamblea Nacional del Ecuador

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