
Por Sergio Salazar Aliaga *-.
Viko Paredes debe ser uno de los más grandes de la música en Bolivia, del rock y metal local. Pero no solamente es músico, sino que también es compositor, intérprete, productor musical, audiovisual y abogado. Además fundó banda paceña de metal industrial Alcoholika La Christo.
El inicio
“A los siete años mi padre me inscribió para pasar clases de piano en la Academia Honner, eso me ayudó para tiempo después dar mi examen de admisión en el Conservatorio Nacional de Música. Hice el curso de preparatorio, donde los instrumentos bases que tomé eran el piano y la flauta dulce; me dediqué a practicar los estudios de piano de Thompson, Bartok, Kavalesvi y de Johann Sebastian Bach. Me atrajeron las melodías más tenebrosas.
A mis 14 años me introduje en el rock por unos amigos de colegio, teniendo la base musical del Conservatorio. Me llamaron la atención bandas como Scorpions. Después pasé una etapa, a mediados de los 80, donde comencé a apreciar Metallica, WASP y Megadeth.
WASP por el salvajismo en el escenario y Megadeth por lo interesante y los riffs agresivos que proponían en su primer disco, ‘Killing Is My Business… and Business Is Good!’. Posteriormente tuve gran influencia en bandas como Type O Negative y Nine Inch Nails. Dos pilares importantes en mi vida musical.
Cuando radicaba en los Estados Unidos, en los años 90, el momento hizo que me abocara a la música industrial y a la música gótica, me gustaba por el aire oscuro que planteaban las bandas de ese género, como lo deprimente, dramático y agresivo al mismo tiempo. Eso me inspiró para llevar adelante mis proyectos musicales.
Vivir en los Estados Unidos me motivaba por estar en el lugar donde se llevaba toda la escena musical que influía a nivel mundial. Me fue bastante bien, comencé a conocer la dinámica de numerosas bandas, la industria. Aprendí demasiado para luego poder aplicarlo a mi proyecto.
En los Estados Unidos, en 1995, grabé mi primer disco, ‘Agonika’, con músicos norteamericanos. El sonido que tiene este primer disco está más dentro de la línea del heavy metal, es más melódico de lo que luego se transforma en algo un poco más agresivo, aquí resalta la canción ‘Rain’.”
Bolivia
“Cuando volvía a Bolivia con la experiencia ganada, firmamos un contrato con la empresa Discolandia, que es el sello más importante del país. Ellos me otorgaron la licencia de lanzamiento de nuestro primer disco, y en las presentaciones en vivo aplicó lo mismo de allá, para que la gente sienta la diferencia de los demás grupos. Con Alcoholika La Christo el primer line up estaba compuesto por Waldo Mendoza en la batería, Manuel Quino en la guitarra, Mónica Kegel en el bajo y mi persona. Después vino Gery Bretel en la batería, seguía Manuel, Mónica pasó a los teclados, entró mi hermano Vito en los teclados y Marcelo Palacios en el bajo.
Estar de la mano con Discolandia significó tener ventajas, porque no muchas bandas de metal tenían la posibilidad de poder difundir su música en las radios, televisión y conciertos, ya que solo se promocionaba la música que era parte del catálogo del sello. “
Primera presentación
“Hemos tenido la suerte de tener dos presentaciones antes de ir al concierto grande, que era el RockBol, donde juntaban a las mejores bandas del país. Nosotros caímos en el tercer concierto masivo, desde ahí fueron prácticamente conciertos grandes, no tocábamos en boliches, porque eso no funcionaba para nosotros. Buscábamos algo masivo. “
Lo nativo
“Cuando vivía en los Estados Unidos por casualidad estaba en las afueras de un restaurante boliviano escuchando música autóctona, y justo al frente había una discoteca que se llamaba Fith Column, donde solo ponían música industrial y se llevaban adelante fiestas Rave –esto era en 1994–. El momento en que el sonido que provenía de la discoteca se juntó con el del restaurant me hizo pensar en que ambos sonidos podrían ser una dinamita. De ahí en adelante empecé a explorar en la música autóctona, característica de Alcoholika; nos basamos mucho en la música industrial para producir las canciones. “
Taller de Música Arawi
“Cuando volví me interesaron los instrumentos nativos e ingresé al Taller de Música Arawi, formado por jóvenes músicos, ubicado en la Calle Jaén. Traté de indagar y aprender lo que es la zampoña, la quena, el pinquillo, y aprendí lo que son las tropas, la sanqa, la malta, los toyos, los chulis, que son los nombres de las zampoñas en diferentes rangos y también de acuerdo a su afinación; por ejemplo, juntos armónicamente suena en tropa, en las comunidades uno pregunta y el otro responde. De esta forma, la escala se amplía dotando al instrumento con registros malta-ch’uli, zanka-malta.
Nosotros las hemos incorporado a nuestra música y ha hecho que mostremos una fusión algo diferente, que no se había hecho acá. Considero que la música autóctona tiene una gran fuerza, y al adecuarla a los elementos que manejamos en Alcoholika suena interesante. “
Raza de bronce
“Eso pasó cuando se logró hacer la letra para ‘Raza de bronce’, creo que mucha gente se ha identificado con eso, en un período en el cual todavía no habían llegado los problemas y las jornadas de octubre de 2003, la Guerra del Gas. Nadie estaba hablando del Proceso de Cambio, esta canción se editó antes que pasaran los problemas de octubre, como que la letra fue un adelanto de lo que se vendría.
Fue un instante donde nosotros no estábamos siendo llevados por alguna influencia coyuntural, sino que nacía de nosotros mismos.
‘Raza de bronce’ fue la primera canción con la cual empezamos a incursionar en la música autóctona, esto se dio en 1997, pero recién se la editó en el álbum ‘Toxicnology’, de 2001. Esas veces gritaba en los conciertos ‘¡Jallalla Bolivia!’. Hoy en día ya no lo hago, porque se ha vuelto muy común en otras bandas. Pero en mi espíritu y en mi esencia se mantendrá ese grito de guerra.
Raza de bronce es una de las novelas más reconocidas del escritor Alcides Arguedas, que llegó a constituirse como la primera obra indigenista en el ambiente literario boliviano.
El 2007 logramos firmar un contrato internacional para su lanzamiento mundial en 23 países de Europa, más los Estados Unidos y México, con sellos como Warner, Universal. Eran ligas mayores. “
- Cientista político.
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