La Paz-. (ABI). – Bolivia tiene indicadores económicos positivos respecto a otros países; sin embargo, las calificadoras de riesgo no los toman en cuenta, porque “no perdonan” que el Estado Plurinacional no dependa de sus condiciones financieras, señaló el analista económico Martín Moreira.
“Según los indicadores económicos del país, se puede observar un panorama positivo (…). A pesar de estos logros, es lamentable que las calificadoras de riesgo no los tomen en cuenta”, aseveró el experto.
Recordó que, a septiembre de 2023, la inflación en Bolivia se sitúa en 1,5%, uno de los indicadores más bajos a nivel de Sudamérica. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de ese mes aumentó en un 0,1%, “lo que indica que no hubo un aumento significativo en los precios de alimentos y servicios”.
Por otro lado, el crecimiento económico del país es constante en los últimos años: en 2021 alcanzó un 6,1%, en 2022 se redujo ligeramente a un 3,2% y se proyecta un crecimiento del 3,5% para este 2023.
Esto es significativamente superior a las previsiones de instituciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), “que proyectan para el país un crecimiento superior al 2%”.
Además, el sistema financiero boliviano muestra un sólido crecimiento, con un aumento en los créditos a Bs 208.717 millones y una tasa de morosidad del 2,7%, la más baja en la región. Otro indicador relevante es la reducción del gasto público, que disminuyó un 7% en 2022, comparado con el 12% registrado en 2020.
Se asignó más de Bs 5.000 millones para el pago de bonos que benefician a más de 1,5 millones de bolivianos y se cumplió con las obligaciones de la deuda externa. Todos estos recursos fueron cancelados con la constitución de las empresas públicas.
Se proyecta que las exportaciones superarán los $us 10.000 millones para fin de año. Se aprobó una ley para fortalecer las Reservas Internacionales Netas (RIN) y se elaboró un plan de inversiones de $us 2.800 millones en la industrialización del litio.
Además, se invirtió en carreteras, salud, educación e industria, en beneficio de los bolivianos.
El analista económico insistió en que todos esos indicadores no son considerados por las calificadoras de riesgo y sólo se centran en los conflictos políticos que, según ellas, “son motivo suficiente para dañar la imagen de la economía boliviana ante el mundo”.
“Lo que estas calificadoras no perdonan es que Bolivia no depende de sus condiciones financieras, lo que nos hace soberanos para generar nuestro propio modelo económico”, sostuvo.
Resaltó que el Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP) “se muestra exitoso al priorizar a los bolivianos y la justa distribución de la riqueza, reduciendo la desigualdad y generando empleos en nuestro país”.
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