Por Jesús Luque * -.
Con la elaboración de t’anta wawas, coronas, escaleras, caballos, bizcochos y sus caretas de yeso; con la chica morada, caña de azúcar, suspiros (dulces), coronas de colores, fruta, pasankalla; con la refacción de los cementerios y la limpieza de las tumbas de nuestros seres queridos. Son los preparativos para la fiesta de Todos los Santos, que, de acuerdo a la tradición, es un momento en el que las almas realizan un recorrido del más allá para visitarnos a las 12 del mediodía del primero de noviembre de cada año, y los creyentes se afanan para recibirlos.
Los preparativos demandan numerosos elementos que mueven la economía, la gente preocupada por su creencia busca adquirirlos, pero se ha visto frenada por los efectos de los bloqueos que se centran en el Trópico de Cochabamba y que impiden el traslado de la producción de alimentos, personas e insumos, causando un perjuicio directo a los productores y consumidores.
Algunos productos escasean en los mercados, y si se pueden encontrar tienen un precio elevado. En los caminos bloqueados los transportistas tienen que echar la carga, porque ha llegado a descomponerse. Es triste e indignante observar mediante cámaras botar verduras que tenían como destino los mercados del país.
La gente en las ciudades protesta por esta forma de perjuicio que afecta negativamente a la canasta familiar. Los transportistas se perjudican por la falta de combustible reduciendo sus ingresos. Los productores se sienten frustrados por las pérdidas que tardarán mucho tiempo en recuperar. Muchos empiezan a pedir que se dicte el Estado de Excepción en esa región (“una medida extrema con la cual se otorgan poderes excepcionales a las autoridades militares, en la cual se suspenden determinadas garantías constitucionales para restablecer el orden público”).
El pedido de esta medida será, lastimosamente, el pretexto de buscar muertos y heridos, con el objeto de usarlos como bandera para pedir demandas netamente políticas o desestabilizadora. Es una situación muy complicada, una decisión que no puede ser tomada a la ligera. Es como estar en un escenario donde se tiene al frente una fosa de leones y atrás una de cocodrilos, sin saber cuál es peor. Pero hay que dar un salto que cambie esta situación en base a posiciones intrínsecas de la población, que deben considerarse como necesarias en función del beneficio de la mayoría.
Si el país de por sí no está atravesando una buena situación económica, estos bloqueos la han empeorado. Y es un momento que está siendo aprovechado por aquellos conocidos “voceros” que parecieran alegrarse por esta situación, sin considerar que la mayoría siente un malestar al ver este debate entre contrincantes.
Poner la mesa para festividad de Todos los Santos se ha visto afectada porque incrementó su costo, pero no va a detener la visita de las almas de nuestros seres queridos. La gente se abocará a recibir y despedirlos, como la tradición indica.
El bloqueo actual es a los vivos, a las personas de carne y hueso, productores, consumidores y transportistas, quienes son los directos afectados, y la población que es víctima.
* Economista.
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