abril 18, 2025

Ernesto Noe Tamo y la marcha por el territorio y la dignidad de 1990


Por Esteban Ticona Alejo * -.


El pasado martes 17 del presente mes falleció Ernesto Noe Tamo, líder indígena moxeño trinitario del departamento del Beni. Tuvo varios cargos como presidente de la Confederación Indígena del Oriente Boliviano (Cidob), de la Central Indígena del Beni (CPIB) y Corregidor del Gran Cabildo de la Santísima Trinidad. Pero el que marcó su perfil de gran dirigente indígena fue ser uno de los cabezas de la marcha denominada “Por el territorio y la dignidad”, de 1990.

Esta marcha o caminata duró 34 días y recorrió 640 km. Inicialmente fueron 300 personas y llegaron a ser miles, entre hombres, mujeres y niños, que partieron un 15 de agosto desde la ciudad de Trinidad, capital del departamento del Beni, hasta la sede gobierno de la ciudad de La Paz, y dejó una huella profunda en la sociedad boliviana. Antes de esta primera e histórica marcha los pueblos indígenas de la Amazonía, el Oriente y el Chaco estaban clandestinizados por el Estado y la sociedad. Aún se creía que los pueblos de las regiones citadas estaban casi extinguidos o por extinguirse, frase cuasi similar a lo que expresa la Ley de Reforma Agraria de 1953.

A la par de Ernesto Noe estuvieron Tomás Ticuasu y Marcial Fabricano. Recuerdo la frase de Ticuaso del pueblo sirionó, quien fallecido en 2018. Le dijo al presidente Jaime Paz Zamora: “queremos hablar de jefe a jefe”. Es decir, hablemos y negociemos de igual a igual, que el Mandatario vaya al encuentro de la marcha y se negocie allí la reivindicación sobre el territorio indígena, que estaba acechado por los madereros y empresarios, como también el respeto a los pueblos indígenas. Don Ernesto fue el más sabio y supo llevar a su pueblo a lograr la reivindicación anhelada, además de hacer entender que la marcha era justa y que la sociedad sepa que hay pueblos ancestrales que están clandestinizados y maltratados por los grandes empresarios y sus seguidores.

La sabiduría de Noe se expresó en la profunda cautela en sus palabras durante el mes de caminata, sin herir a nadie, pero mostrando la firmeza de ser representante de los pueblos indígenas de la Amazonía y que estaban en su legítimo derecho de reclamar por los avasallamientos y por los derechos más indispensables como seres humanos. Esta marcha dejó muchas lecciones a los gobernantes y a la sociedad. Por ejemplo, el Estado, mediante sus gobiernos, tenía que respetar y negociar los derechos de los pueblos indígenas. La sociedad por primera vez escuchó en ciudades como La Paz idiomas como el moxeño, sirionó, yuracaré, etcétera. En la gran demanda como pueblos inauguraron el derecho al territorio, una demanda más profunda que solo el de las tierras.

Recuerdo el día del recibimiento a los marchistas en la Cumbre, lugar de la región andina sobre cuatro mil m s. n. m. y la entrada a los Yungas o ingreso a la Amazonía. Dirigentes de la Csutcb fueron los anfitriones de recibir con rituales a los marchistas. La ciudadanía se volcó masivamente yendo a la Cumbre. Después de la ceremonia se acompañó a los marchistas, quienes ingresaban con música y tamborita peculiar de los moxos. La gente citadina acompañó hasta llegar al centro de la ciudad de La Paz. La solidaridad mediante la donación de ropa para el frío y alimentación fue lo más destacado. Esa marcha nos enseñó que somos diversos pero unidos y que existen pueblos ancestrales que son parte vital de este país.

Después de 1990, en pocas ocasiones apareció don Ernesto. Esa sabiduría mostrada en la marcha, como la discreción y el perfil bajo, la mantuvo. Noe es uno de los grandes sabios ancestrales que mediante el sacrificio y la guía acertada coadyuvan decididamente en la defensa de los derechos de los pueblos ancestrales. Jallalla tata Ernesto Noe, juman sarnaqawimaxa wali askiwa. ¡Jallalla!


*       sociólogo y antropólogo aymara boliviano.

 

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