Santa Cruz de la Sierra, Bolivia-.. La Segunda Jornada Nacional de la Internacional Antifascista Capítulo Bolivia reunida en Santa Cruz de la Sierra, denunció este sábado una operación en marcha contra este país “inducida por el imperialismo”.
“El imperialismo sabe que, al imponer un gobierno de derecha en el país, podría asediar a los pueblos y gobiernos progresistas de la región, con el fin declarado de erradicar en los próximos años cualquier insurgencia popular antifascista y antiimperialista”, asegura el texto denominado Manifiesto de Abril.
Recuerda que, a través de la vía democrática, el pueblo boliviano retomó su marcha liberadora con el Proceso de Cambio, que en casi 20 años de gobiernos progresistas ha transformado radicalmente al país.
Agrega que todos los indicadores —políticos, económicos, culturales y sociales— reflejan avances, lo que ha consolidado el respaldo mayoritario a este ciclo emancipador.
Califica esta etapa de fructífera, no libre de errores, pero que, en balance, demuestra el potencial revolucionario de un proceso que exige una profundización urgente.
Subraya que, ante la imposibilidad de derrotar al pueblo en las calles o en las urnas, el imperialismo y sus aliados locales han ejecutado una estrategia exitosa para dividir al campo popular.
Menciona el manifiesto entre los aliados del poder imperial a los grandes medios de comunicación, élites empresariales, jerarquías religiosas y sectores cívicos conservadores, quienes han ejecutado una estrategia exitosa para dividir al campo popular.
Describe que, mediante una amplia cobertura mediática, fomentaron una guerra interna en el movimiento político hasta lograr su fractura.
Una vez conseguido esto, ahora confían en dividir el voto popular para imponerse en las urnas, y para ello han resucitado a viejas figuras políticas que promueven el discurso neoliberal como solución mágica a una crisis que ellos mismos generaron.
Según los antifascistas, a esto se suma una campaña de sabotaje multinivel, creando una percepción de crisis entre amplios sectores populares y culpando al modelo económico social comunitario productivo como su causa.
Comentan que el acaparamiento de alimentos, la especulación cambiaria, el contrabando de combustibles y otras acciones desestabilizadoras forman parte del arsenal imperialista, ya utilizado contra gobiernos como los de Salvador Allende, en Chile, y Nicolás Maduro, en Venezuela, para generar caos y facilitar golpes duros o blandos.
Advierte el manifiesto que en este clima de tensión creciente, el imperialismo estadounidense y sus expresiones fascistas internas buscarán tomar el poder en las próximas elecciones.
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