marzo 29, 2024

Brecht y la chicha cochabambina

¿Quién construyó, Tebas la de las siete puertas? En los libros se mencionan los nombres de los reyes. ¿Acaso los reyes acarearon las piedras? Bertolt Brecht, en su poema Preguntas de un obrero que lee, da una profunda lección sobre el valor y el uso del pasado. Habrían podido leerlo historiadores cochabambinos enfrascados desde hace un siglo para establecer quién fue más héroe durante las batallas de 1810 a 1825; quién merece más placas de bronce, o una estatua o que bandera enarbolar. En el fondo se trata de una ruta épica, que recorta y ritualiza el pasado, tornándolo inasible Historias que sirven para horas cívicas, para desfiles al son de la música militar o para adorar a personajes pétreos elevados como modelos, pero no para entender: ¿cómo vivía la gente común y corriente? ¿qué comía? ¿qué producía? ¿qué soñaba? o ¿qué temía? Preguntas pertinentes cuando (¿presuntamente?) las culturas subalternas se revalorizan y se habla de descolonizar el pasado; es decir de reconocer otros sujetos y relatos en la construcción de múltiples narrativas históricas.

¿Que se escondía, por ejemplo, tras la sociedad oligárquica, racista y excluyente que era Cochabamba antes de 1952(y todavía hoy)? ¿Qué permitía su vida y por dónde giraban sus representaciones sociales? En términos productivos una agricultura que vivía del cultivo del trigo, introducido por los españoles y del maíz, el cultivo prominente de los Incas en las feraces tierras del Valle Bajo. Trigo molido para pan; maíz molido para chicha, la ancestral bebida incaica, cuyo consumo cruzaba en las primeras décadas del siglo XIX republicanos a todos los segmentos sociales y étnicos.. Con el tiempo, y la modernidad intentó a la chicha al submundo de lo bárbaro y lo insalubre, produciéndose una profilaxis social para erradicarla. Paradójicamente fueron los impuestos a la chicha, los que permitieron el “progreso” de la ciudad del Valle. Gracias a ellos se pavimentaron las calles, se construyeron campos deportivos, alcantarillas o vivió la prestigiosa Universidad Mayor de San Simón, como demostramos en el libro que acabamos de publicar con Humberto Solares, que trata del ignorado papel de la chicha y las mujeres chicheras en la construcción de la moderna Cochabamba de la primera mitad del siglo XX…

Analizar esta problemática, usándola como un marcador social y como un mecanismo que permitirá abordar los mecanismos de diferenciación y conflictos étnicos y de clase entrono a su producción y consumo, es el hilo conductor de una nueva historia cochabambina. No se trata, de ninguna manera, de contemplar un fósil sino de pensar desde la historia algo tan vivo hoy como entonces.

*          El autor es historiador. Vive en Cochabamba.

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