En los hechos la productividad del trabajo es una categoría de la teoría económica ortodoxa que oculta en sus elucubraciones la realidad de la explotación del capital al trabajo
Uno de los resultados de la cumbre de movimientos sociales realizada entre diciembre del 2011 y enero del 2012 es haber develado criterios conservadores y ortodoxos de algunos funcionarios del gobierno,sobre todo en el área económica. El entusiasmo de hacer el pacto entre gobierno y empresarios privados con la instalación de la “Comisión Económica y Social” (CES) ha logrado que los empresarios obtengan ventajas importantes del gobierno, aspectos que tienen que ver, por ejemplo, con la aceptación de utilizar, en la producción de alimentos, semillas genéticamente modificadas (es decir producir “alimentos” transgénicos) y que esta CES amplíe o se olvide de la FES (Función Económica Social) en el uso de la tierra, mandato de la CPEP (Constitución Política del Estado Plurinacional).
Lo más preocupante es que, producto de este encandilamiento que han logrado los empresarios en los auditorios de la cumbre, funcionarios “claves” del gobierno hayan revisado sus manuales de economía ortodoxa que sirvieron para su formación como economistas y repitan mecánicamente el lenguaje de los asesores e intelectuales neoliberales del empresariado boliviano. Esta observación se verifica cuando los empresarios plantean que para el incremento salarial del 2012 se tome en cuenta la productividad del trabajo, planteamiento que será repetido, mecánicamente, por estos”funcionarios claves” del gabinete económico del gobierno.
El matutino “Cambio” del 13 de enero del presente año, publicó un titular que dice: “ARCE: Alza salarial tomará en cuenta la productividad”, en cuyo desarrollo se resalta la argumentación siguiente: “Sin duda, la inflación seguirá siendo uno de los parámetros, pero también se ha incorporado el tema de la productividad, que, dependiendo de cada sector, podrá ser positiva o tal vez negativa, porque no solamente se tiene que ver la reposición salarial, sino también la productividad”, señaló la autoridad estatal. Las palabras alentadoras del representante de los empresarios privados, al respecto fue decir que: “Quien más se beneficia con esa forma de negociación es el trabajador, porque existen empresas que están en la posibilidad de hacer incrementos superiores al índice que marca el Estado”, sostuvo Dabdoub. Gran consuelo para los trabajadores que aún no se pronuncian al respecto.
Pero, ¿Qué es la productividad y como se la explica desde las fuentes de la economía ortodoxa y neoliberal?
La teoría de la productividad marginal pretende contribuir a la falacia de la asignación automática de los recursos y es parte de la concepción abstracta de la teoría de la distribución del ingreso, entre los agentes económicos de la sociedad. En su exposición más sencilla esta teoría marginal de los salarios imagina quelos vendedores (trabajadores) y compradores (empresarios) de fuerza de trabajo, ambos “racionales”, se reúnen en un mercado “competitivo” (es decir irreal) en el que sus decisiones conjuntas generan al salario de equilibrio y alnivel de empleo de equilibrio. Un mundo teóricamente hermoso no podría ser mejor que este, en él,no puede existir la lucha de clases, empresarios y trabajadores se armonizan en función de la misma “racionalidad”. Ambos agentes económicos, empresarios y trabajadores, logran maximizar sus intereses y se ponen de acuerdo en un salario de equilibrio y quedan satisfechos, religiosamente hermanados, como los monjes de un monasterio budista, sin contradicción alguna, porque ambos profesan la misma religión ideológica y sus maestros son los mismos que fueron maestros de los economistas del criollismo neoliberal.
La interpretación ortodoxa del mercado de trabajo es objeto de debate, hace tiempo, al interior mima de la teoría económica oficial, controversias y debates que no han llegado a humanizar las concepciones de los teóricos del capitalismo depredador de la vida en general.
¿Qué es la productividad del trabajo desde la Economía Política Crítica?
Para reorientar la lectura superficial del aporte de Marx, que algunos funcionarios de gobierno tienen, vale recordar que este personaje lúcido y crítico a las concepciones de los economistas e ideólogos de la burguesía de sus tiempos, explicó con mucha claridad que es eso que ahora se conoce como “productividad del trabajo”.
Desde la perspectiva de Marx, lo que explica que el trabajador rinda más allá de sus capacidades normales y socialmente medias, el capitalista intensifica la explotación delafuerza de trabajo, al máximo deshumanizante. Esta explotación deshumanizante, puede hacerlo por dos vías:
1) incrementa las horas de la jornada laboral (plusvalía absoluta), para que el trabajador tenga menos horas de vida humana entre sus familiares y amigos. Esto sucede por ejemplo con las confeccionistas de El Alto que trabajan para las empresas exportadoras de prendas de vestir; al extremo que si estas trabajadoras tienen sus hijos en tiempo de lactancia, bañan a sus criaturas con agua caliente para que duerman y les permitan cumplir sus cupos de producción, en tiempos prolongados de trabajo, jornadas de hasta 14 o más horas de trabajo.
2) incrementar la intensidad de trabajo (plusvalía relativa), haciendo que el trabajador no mueva una pestaña durante la jornada laboral y, convertido en un robot automatizado, produzca cada vez más cantidad de mercancías en menos tiempo. Esta plusvalía relativa también se logra con la implementación de tecnologías de avanzada o calificación sofisticada de la fuerza de trabajo. Aspectos que no son de la cultura delos”empresarios capitalistas” bolivianos que aún están caracterizados como burguesía enana.
En resumen, en los hechos la productividad es una categoría de la teoría económica ortodoxa que oculta en sus elucubraciones la realidad de la explotación del capital al trabajo, mantiene y profundiza la contradicción entre el capital y el trabajo, en desmedro de los trabajadores.
Los actores o “agentes económicos privados” son personificaciones que encarnan este capitalismo dependiente y atrasado de nuestra economía, su defensa teórica e ideológica es la economía ortodoxa que ha permitido el florecimiento y la crisis del capitalismo a nivel planetario. Independientemente de lo jovial que puedan ser sus representantes, jamás lograrán el desarrollo capitalista de Bolivia; ¡almas en pena ya es tarde para la resurrección!, el juicio final para el capitalismo ya llegó y lo estamos viviendo.
Podrían tener actos humanitarios, bondadosos y amablemente diplomáticos los señores S y D, ambos representantes de los empresarios privados boliviano, pero lo que representan y personifican, son las relaciones sociales de producción de un capitalismo periférico, atrasado y dependiente, y sus objetivos de clase son la obtención de mayor ganancia para “vivir mejor”, mediante la explotación del trabajo. Los empresarios privados tuvieron muchos defensores en los gobiernos neoliberales, dictatoriales y nacionalistas, formaron parte de estos gobiernos y aplaudían al D.S. 21060 y sus políticas complementarias. Lo inconcebible es pensar que también lo tengan en un gobierno que se postulo como defensor de las mayorías excluidas y explotadas en cuyo seno también están los trabajadores y que los MinistrosA y B, tengan amplia coincidencia ideológica y teórica con estas fuerzas conservadoras y defensoras de una teoría económica que, en estos momentos, está mostrando su incapacidad para resolver los problemas de la vida, la vida del planeta y dentro de ella, la vida de todo ser vivo.
A los funcionarios de gobierno recomendamos tener una lectura más profunda y consciente de lo que ellos llaman “el viejo Marx”, lean las fuentes originales y no las interpretaciones superficiales. Solo así comprenderán que lo que hay que cambiar en Bolivia, son las relaciones sociales y no se dejen llevar por los conservadores y reaccionarios al proceso anticapitalista y antiimperialista.
* Economista crítico, Docente Investigador Titular de la UMSA
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