abril 16, 2024

Las redes sociales en el dilema de la hegemonía y la contra hegemonía entre los EE.UU. y Latinoamérica

Resumen:

El trabajo aborda como las redes sociales en Internet pueden ser articuladas como mecanismos de dominación ideológica de los Estados Unidos hacia Latinoamérica. Se aprecia cómo actúan estas en el proyecto hegemónico  hacia la región, particularmente en las acciones dirigidas hacia la sociedad civil para la construcción de consensos en la opinión pública, que consoliden la dominación mediática. Por otra parte, se analiza como las redes sociales en Internet son también un nuevo instrumento para los movimientos contestatarios. Desde esa perspectiva se argumenta como pueden apoyar a los medios alternativos y a los procesos de transformación que se viven en la región, para impulsar las luchas contra-hegemónicas.

Palabras claves: redes sociales, hegemonía, EE.UU., Latinoamérica, emancipación.

Las redes sociales en Internet son, al decir de unos, la nueva arma de las revoluciones, para pena de otros, son también un efectivo mecanismo de dominación ideológica, y un poderoso instrumento del gobierno de los EE.UU. para extraer información sobre los intereses, las vulnerabilidades y potencialidades existentes en Latinoamérica. El acoplamiento del gobierno estadounidense en las redes sociales en Internet (RSI)  denota el marcado interés que adquieren para sus intereses hegemónicos en la región.

La capacidad de las RSI para socializar estados de opinión la convierten en una excelente herramienta de los centros de pensamiento y los medios de comunicación dirigidos por las elites del poder, para hacer llegar a diversos públicos los mensajes de su interés. La rapidez con que fluyen las informaciones en la red, las atractivas formas en que se presentan los mensajes y la concatenación de los estados de opinión con una caracterización ideológica-cultural, socioeconómica y física que se hace de cada internauta, resulta una valiosa información para los entes que controlan los medios de información a nivel global, re-planteando a las redes sociales como un nuevo terreno de combate.

La Administración Obama tomó un interés particular por las redes, vinculándolas al trabajo de los diferentes Departamentos y Agencias gubernamentales, reconociéndolas como unas plataformas de necesario análisis y utilización para la política exterior y de seguridad hacia América Latina, en el contexto actual.  En este afán se destinan un número importante de funcionarios y contratistas, lo que revela su importancia estratégica, para el futuro de las relaciones político-diplomáticas a nivel global.

Sin embargo, las declaraciones de la jefa de la diplomacia Hillary Clinton sobre el tema de la Internet y las redes sociales, se destacan divergencias en dependencia de los tópicos que trate. Por una parte, propugna el derecho a la información y a la libertad de expresión, hallando en las RSI un instrumento para impulsar la influencia de las ideas, la cultura y los valores norteamericanos sobre el resto del mundo. Desde estas, se canalizan como referentes las valoraciones políticas e ideológicas del gobierno estadounidense sobre el mundo,  y que políticas deben seguirse o no sobre los diferentes temas internacionales.

La utilización que le dan los EE.UU. a las nuevas tecnologías de la informática y las comunicaciones NTICs limitan la privacidad de los usuarios de la red de redes, al punto que “(…) las propias empresas de los Estados Unidos juegan en la supresión de la libertad en Internet. (…) Narus – una compañía americana ahora propiedad de Boeing – suministra  en Egipto la tecnología que le permitía al gobierno espiar a los usuarios de Internet.”[1]

Desde diferentes oficinas  del Departamento de Estado, se realiza un seguimiento particular al uso de las redes sociales. Hillary Clinton amenazó en el discurso de Libertad en Internet a otros Estados, al expresar en relación a los sucedido en Egipto y Túnez: “Creemos que los gobiernos que han erigido barreras a la libertad en internet se hallarán finalmente encerrados (…) Enfrentarán el dilema del dictador, y tendrán que elegir entre dejar que caigan los muros o pagar el precio de mantenerlos en pie»[2]

Sin embargo, la libertad a Internet vulnera también la seguridad de los EE.UU. y con ello se aprecia como la pérdida de privacidad no solamente es para la sociedad civil y los gobiernos foráneos sino también para ese país.

La réplica de estos hechos parece inclinarse hacia Irán, de hecho, el Departamento de Estado dispuso un nuevo feed de Twitter traducido al idioma persa para atraer a los usuarios iraníes, a conciencia de la utilidad de de esta red como mecanismo de manipulación ideológica.[3]

Pero esta práctica aplicada al Medio Oriente, se ha extendido hacia Latinoamérica, comprendiendo su factibilidad para el trabajo con la región en los diferentes temas de interés. Para incentivar esta experiencia, “(…) en la Casa Blanca hicieron pública una circular que se refiere a la utilización de las redes sociales por las agencias de gobierno. Se trata de un memorándum elaborado por Cass R. Sunstein, cuyo tema es: Social Media, Web-Based Interactive Technologies, and the Paperwork Reduction Act.”[4] El mismo, especifica que la Ley federal que regulaba la publicación de documentos federales (la Paperwork Reduction Act) no se ajusta a la dinámica actual de las relaciones político-diplomáticas a través de Internet y las redes sociales, por lo que el memo intenta cubrir esa limitante.

Para la relación con Latinoamérica, las RSI tienen un sentido particular. La incorporación masiva de los internautas a las redes sociales en la región ha sido visibilizada por el gobierno de los Estados Unidos -sin dejar de apreciar sus peligros- como una oportunidad para la construcción de consensos y el fortalecimiento de su hegemonía, en un contexto donde amerita mejorar su credibilidad y articular las relaciones con Latinoamérica, de una forma más consensada y no con la metodología impositiva de antes.

La Cumbre de las Américas en Cartagena de Indias, fue un claro ejemplo de la pujanza que las fuerzas contestatarias a la hegemonía imperial tienen su expresión, también, a nivel gubernamental. Esta realidad denota para ese gobierno, la necesidad de emplear a fondo su poder informacional y mediático. Sin embargo, en esta dinámica los medios tradicionales de comunicación resultan insuficientes, de modo que el trabajo a través de las redes sociales es crucial. Ante la evolución de medios alternativos en la América Latina y el Caribe, y su interacción con las redes sociales, la construcción de matrices de opinión gana nuevos actores y nuevas formas de comunicación. En este escenario convergen actores tradicionales con los nuevos, en una lucha política, diplomática y cultural que se va del campo real al virtual, desarrollando una mayor capacidad diálogo, información y criterios, la cual es más difícil de demonizar.

En este escenario virtual de luchas ideológicas, se articulan movimientos contestatarios, con gobiernos alternativos que manifiestan un impulso a las luchas contra-hegemónicas de Nuestra América. El uso de las redes sociales se ha extendido por la región de forma creciente, vinculando en ellas a varios presidentes latinoamericanos como Chávez, Correa y Dilma, y a otros actores de importancia, que han potenciado nuevas formas de diálogo ciudadano, ante la dominación mediática que lidera el gobierno estadounidense contra los procesos que vive la región.

En un contexto internacional de crisis estructural y multidimensional de la economía mundial, donde crecen los movimientos de indignados, ante el descontento con partidos tradicionales, y la desconfianza de los grandes medios, el escenario de las redes sociales resulta más atractivo y dinámico, en tanto brinda mayores capacidades expresión.

En este aspecto, pudiera enunciarse la entrada en un proceso de transición del desarrollo de la relación entre EE.UU. y Latinoamérica, donde los parámetros teóricos, políticos e ideológicos de antaño, resultan limitados para valorar una relación tan dinámica. Esta, ya no sólo se comprende por los intereses geoestratégicos hacia la región, los gobiernos de turno o la coyuntura económica, sino que la presencia masiva de latinos en EE.UU., también tiene un impacto al interior de ese país.

La influencia de Latinoamérica en EE.UU.  va a tener también su expresión en las RSI y esto va a repercutir hasta en las campañas electorales. Para el caso de las elecciones presidenciales de 2012, Obama ha hecho un serio trabajo en las redes, en aras de atraer a aquellos sectores que normalmente no votan y pueden significar una fortaleza para su campaña, ya que si en algún rol aventaja el actual presidente al resto de los candidatos, es en el trabajo atinado con las RSI.

La relación ciudadana mediante las RSI, estrecha las fronteras regionales y culturales, potenciando un intercambio que ejerce influencias de amabas partes, pero además de la relación que incrementa entre latinos y estadounidenses, también sistematiza la de los latinos en Estados Unidos con sus países de origen. Estas transformaciones, tienen una creciente influencia en las dinámicas políticas, diplomáticas y culturales entre los EE.UU. y Latinoamérica, donde el dilema hegemonía y contra-hegemonía adquiere nuevos matices.

Con la internacionalización de algunas redes sociales en Internet, desde el orden social, la privacidad adquiere más importancia día a día. Con el auge de la violencia y la inseguridad ciudadana, acentuada por el sicarismo y el pandillerismo que padece la región, las redes sociales ofrecen un nuevo instrumento de potencialidades enormes. Las noticias sobre crímenes y anuncios de contrato para los mismos son un tema bien preocupante. Hace una década atrás resultaba impensable que por una red social en Internet fuera propuesto el contrato para el asesinato de un hombre, cuya vida fue puesta en riesgo al anunciar por Facebook: “Pagaré un ’stack’ (mil dólares, NDR) a quien mate al padre de mi hijo”.[5]

Indudablemente las RSI, cuentan con grandes atractivos, en una interesante combinación de contenidos lúdicos, con los más diversos intereses políticos, sociales, culturales y económicos. En ellas, la comunicación está sujeta a códigos más simples e interpersonales, con un discurso más atractivo para las nuevas generaciones.  En esta comunicación el receptor también es emisor, posibilitando una forma de socialización,  donde de la noche a la mañana la plataforma virtual saca al internauta del anonimato al mundo de las redes, otorgándole un espacio donde puede ser visibilizado por millones de usuarios, conocer nuevas personas, encontrar ofertas de esparcimiento e, incluso, de trabajo.

Pero además de estos intereses simples de cualquier ser humano, las RSI son un genial instrumento para socializar los discursos mediáticos que les interesa colgar a los EE.UU. distribuyendo formas de pensamiento, modificando ideologías y culturas, llevados por la hegemonía de un carácter único y diverso, la sociedad en red, el instrumento llamado a crear espacios para todos, pero donde existe un gran “servidor,” encargado de sustraer la información de todos y venderla desde las transnacionales de la moda como a la misma CIA, para que esta haga con ellas lo que más le avenga para sus intereses ideológicos de dominación; digamos que se logra un interesante instrumento por el cual reproducir el dilema hegemónico de AntonioGramscy, en los tiempos de Internet.

En torno a las redes sociales en Internet (RSI)

La potencialidad de las redes para la reconfiguración de la hegemonía de los Estados Unidos en América Latina y el Caribe, tiene un impacto considerable en la construcción de consensos y en la mediatización de los problemas sociales, buscando la validación de las RSI para la proyección de las estrategias geopolíticas planeadas para nuestra región. Si antes se necesitaba la construcción de los pretextos en el marco de las Naciones Unidas, hoy se canalizan desde las redes para la conducción de las estrategias de dominación hacia el Hemisferio Occidental.

Se desarrollan conceptos como el de ciber-guerra, y algunos movimientos de hackactivistas se adjudican nuevos objetivos a destruir, desde cárteles de la drogas, hasta poder franquear las barreras de seguridad del Pentágono. El fortalecimiento del crimen organizado y la agudización de la violencia al interior de las sociedades latinoamericanas, se ha insertado en la agenda política-electoral de México y Centroamérica, donde independientemente del discurso de derecha o izquierda, sobresalen las promesas de cada candidato para proveer seguridad ciudadana. En esta compleja lucha donde el descontento social reina, y los medios tradicionales se desprestigian, las RSI adquieren una importancia mayor en la construcción de matrices de opinión.

En esa situación el gobierno de los EE.UU. se expande y atrinchera; se ve a un Secretario de Defensa como Paneta decir que los problemas de seguridad en Internet le quitan el sueño, mientas que “(…) analistas aseguran que el Pentágono ya está en capacidad de aplicar la doctrina de la guerra preventiva en Internet, y que ´las capacidades que se buscan ya permiten a los ciber-guerreros de EE.UU. engañar, negar, interrumpir, degradar y destruir la información y los ordenadores en todo el mundo.”[6]

Para ello el Pentágono anunció en 2010 la “(…) creación del Comando Cibernético, presentado por el Pentágono, puede suponer un antes y un después (…) Con la creación de este comando militar Estados Unidos crea el primer ejército reconocido para este nuevo conflicto.”[7]

En este interesante choque de intereses en el marco de Internet, un grupo de hackers como Anonymous declara la lucha contra redes sociales como Facebook y cárteles de la droga como los Zeta.  Anonymous Iberoamérica dice representar  a la gente, retomando la operación cártel (#OpCartel), mediante la cual revela datos acerca de organizaciones criminales.

En el complejo escenario que vive  la región, el potencial contestatario que pueden desarrollar algunos movimientos definidos como hackactivistas, no tiene precedentes. Quizás pudiera pensarse en un sobredimensionamiento del poder de las redes sociales, pero si se aprecian sus estadísticas sobre el 2004 y la actualidad, el crecimiento ha sido enorme, en menos de una década.

Por otra parte, la concurrencia de denuncias de ciudadanos y periodistas en las mismas, ha descolocado a gobiernos y organizaciones criminales, provocando en algunos caos la muerte de los emisores. El asesinato de la periodista de 39 años, María Elizabeth Macías, jefa de redacción del diario Primera Hora de Nuevo Laredo, por denunciar a criminales en las redes sociales, es una prueba de ello.

Los presidentes con proyectos de cambio en Latinoamérica acogen a las redes sociales

La capacidad que han manifestado líderes latinoamericanos como Hugo Chávez, Rafael Correa y Dilma Rouseff, entre otros, para utilizar Twitter como un instrumento de apoyo a sus programas gubernamentales, refleja la asunción por las figuras más relevantes de la región, de la necesidad de utilizar las RSI como generadoras de matrices de opinión y como elemento de retroalimentación de sus mandatos.

La potencialidad que tienen las RSI de llegar a los ciudadanos de una forma más humanizada, desarrolla en los pueblos un mayor incentivo hacia la participación política. Como los perfiles en las RSI se supone que sean personales, dan un sentido de temporalidad y cercanía con figuras públicas que tradicionalmente se veían como muy alejadas de los ciudadanos.

En este sentido, las formas de comunicación entre los políticos y sus conciudadanos se transforman, provocando un incremento de la confiabilidad entre los ciudadanos, que auguran mayores cuotas de liderazgo político. La actividad que los líderes latinoamericanos han llegado a desarrollar con sectores populares que normalmente no son los que acuden a las urnas, ha extendido la capacidad de maniobra política a tal punto que los opositores de Chávez han tratado de censurarlo, de cara a las elecciones, indicando que es un presidente que dirige desde Twitter.

Indudablemente, la capacidad que tienen las RSI de anunciar los acontecimientos que se producen en tiempo real, y la credibilidad y valía que logran con los internautas, hace al ciudadano sentir que puede intercambiar a través de un dispositivo móvil, con el propio presidente de su país.  Esta dinámica impacta en las relaciones ciudadanas y traslada el diálogo político a sectores tachados como vulnerables o apolíticos. Con ello, el individuo desarrolla valores de autoexpresión, revalorando la importancia de su participación. Bajo estas circunstancias, los gobiernos latinoamericanos se posicionan en un terreno donde usualmente no han llevado la delantera los países del sur, pero que a la luz del nuevo milenio, se replantean nuevas formas de comunicación política, donde la interactividad y la  integralidad de las figuras políticas se hace cada vez más exigente.

El llamado populismo que copó de críticas la pujanza de líderes regionales se ha internacionalizado. En estos momentos, resulta impensable que un líder poco carismático y sin una acertada labor de apoyo de los medios y las RSI, pueda contar con una buena popularidad en su mandato.

Una simple mirada al gasto que ha realizado el actual presidente de los Estados Unidos en la labor de las RSI, denota la estima que le tienen a su impacto sobre las matrices de opinión pública. Obama ha sido calificado como el presidente 2.0 y ha desarrollado varios intercambios con los ciudadanos a partir de las RSI, para lo cual gastó en sus inicios medio millón de dólares en anuncios en Facebook “(…) se han creado distintas etiquetas en Twitter como: #askobama, para enviar tus preguntas o la hashtag # SOTU, para seguir todo lo relativo a esta propuesta o #Obama2012 para todo lo relativo a la nueva campaña. Las redes sociales parecen seguir aumentando su presencia en la nueva campaña de Obama”[8]

La emergencia de procesos de cambio en la región, tuvo la “agradable” noticia de contar con un presidente estadounidense como W. Bush que no percibió acertadamente los cambios que se venía dando en Latinoamérica. La Administración Obama, si bien no se ha mostrado particularmente interesada por la región, el sector de las NTICs lo ha utilizado muy bien a su favor, de modo que demonizar a los procesos progresistas  por estas prácticas resultaría un fiasco.  Ante esa situación, se han intentado colmar la red de redes y la los medios masivos de comunicación, con campañas mediáticas que intentan formar estados de opinión, mediante los centros de pensamientos, los medios de comunicación y las RSI.

El trabajo para la dominación ideológica de la región en busca de una mayor aceptación que consolide al hegemón, se crean programas a partir de agencias como la CIA y los USAID con un tratamiento particular respecto a las RSI. En el caso de esta última, en los objetivos establecidos para el período 2011-2015, se hace hincapié en unas reformas, orientadas a un trabajo más acertado sobre la innovación y el mayor uso de las nuevas tecnologías, de aumento de la conectividad. En este asunto, las RSI juegan un rol crucial por la factibilidad para el trabajo con los sectores señalados como los más vulnerables de la sociedad.  Todos aquellos elementos de una sociedad que consideren con potencialidades para fracturar la unidad nacional, se hace un trabajo particularizado en aras de demonizar los procesos de cambio de se tejen en la región.

La atracción que ha logrado Chávez a través de su cuenta en Twitter, es una prueba de la participación política que se puede generar a través de las RSI, abriéndose como un nuevo campo de acción política, que, por su gratuidad e inmenso poder de convocatoria, resurge como un novedoso e inverosímil escenario de acción política.

Respecto al nuevo escenario de  combate, los Tweet o Twitter, en apenas un quinquenio de existencia, desde el primer  Twitter, publicado el 21 de marzo de 2006, ya sobrepasan los 177 millones de tweets por día. Su publicación, fue prospectiva desde el primer día, vaticinando: “Esto será adictivo”, fue lo primero que se publicó.

Las redes sociales de mayor participación social e importancia para las relaciones políticas internacionales, como Facebook y Twitter, poseen una capacidad de convocatoria y multiplicidad de funciones, para ser utilizadas tanto como red social o como microblogging. Está última función le permite describir lo que sucede en tiempo real,  tanto de aspectos personales como sociales.

Las facilidades de Twitter radican en la simplicidad de su funcionamiento, su fragilidad para adecuarse a los propósitos del Twitter. El hecho de registrarse los mensajes o Tweets, a 140 caracteres es parte del éxito, deformando textos, remitiendo las ideas en resúmenes, que en un mundo que circula cada día más rápido, donde la industria del entretenimiento socava el placer de una lectura integral, los Tweet, vienen a ser los amos de la aclamada síntesis, que abrevia los cuestionamientos y dirige la intencionalidad de los mensajes con efusividad, efectividad y ligereza, puesto que no hay tiempo para un debate minucioso. En este sentido, el Twitter responde a la exigencia de la velocidad del nuevo siglo, digamos que es la herramienta de la síntesis del siglo XXI, hecha para los medios, con rapidez de lectura y mayor de difusión, en tanto se hace presencial en las diversas formas y dispositivos por donde circula la comunicación en la actualidad.

La competitividad es otra de las grandes facultades de las redes sociales. Tanto los gobiernos como la instituciones, requiriendo un mayor impacto social, comprenden como primicia ideal, el dar la primera noticia en una red social en vez de en un sitio oficial como era lo tradicional. Desde esta óptica, lo tradicional pierde impacto, en una lógica de mercadotecnia muy propia de los medios de comunicación, y la plataforma digital se convierte en herramienta político-diplomática para anunciar viajes presidenciales, muertes de grandes figuras, entrevistas relevantes, accidentes, victorias y hasta la hora de acostarse o de cenar de alguien someramente prestigioso.

El otro valor agregado en cuanto a competitividad, es el bajo nivel de empleados que requiere para una alta disponibilidad de funciones. Para que se tenga una idea en enero de 2008, la empresa tenía sólo ocho trabajadores. Desde este punto de vista juega con la dinámica del capitalismo más posmoderno, neoliberal y mundializador. La red de microblogging incorpora alrededor 460 mil nuevos usuarios por día, y esta cifra posiblemente ya esté desfasada.

El gran reto que surge es cómo instrumentar las RSI, de la forma más adecuada para articular los movimientos contestatarios; cómo desprenderlas de los intereses clientelares del imperialismo; cómo hacer de ella una herramienta de contra-hegemonía, cada día más útil en manos de los jóvenes que se levantan en Chile, de los indignados de Wall Street, de los países latinoamericanos envueltos en proyectos progresistas. La llamada sociedad en red, al decir de Manuel Castell, es el nuevo escenario del dilema, entre el discurso hegemónico imperial y el contra-hegemónico que levanta su voz, como salvaguarda de la emancipación, la soberanía, la autodeterminación, la paz y la seguridad de los pueblos latinoamericanos.

Sobre la emergencia de este fenómeno consideró Mosnseñor Carlos Manuel de Céspedes: “las luchas sociales se desplazan hacia las webs y los medios de comunicación, y afloran los debates ideológicos en páginas digitales, los niveles de persuasión, la legitimidad de los discursos, el atractivo de las verdades. La estética es la ética, pudiéramos decir.”

Las redes sociales informatizadas se han introducido en la sociedad virtual como un actor fundamental en los procesos tecnológicos que ha superado las dimensiones virtuales. Para las relaciones políticas internacionales constituye un elemento imprescindible, si se quiere realizar un análisis integral de los procesos políticos que se viven y se vivirán en el mediano y largo plazo.

Potencialidades, retos y oportunidades de los movimientos contestatarios a partir de las RSI

Un buen ejemplo de lo que se puede hacer con las redes se realizó el pasado mes de mayo, cuando se realizó en la ciudad de Porto Alegre un encuentro de blogueros y Twiteros, quienes refirieron al concluir el debate sobre redes sociales y blog que: “Las Redes no son más, para los marxistas, que una nueva herramienta de trabajo… La historia de la humanidad se puede resumir en la historia de las herramientas que el hombre ha necesitado, creado para cubrir sus necesidades, aprendido a usar de la tal forma que se optimice día a día, para dar paso a algo que lo supere.”[9]

Ello refuta la posibilidad y necesidad de estudiar más a fondo un instrumento, que si bien tiene diversas aristas, en el poder del hegemón pudiera conspirar contra la emancipación de los pueblos latinoamericanos, pero, también puede ser muy valiosa para los movimientos con aspiraciones contestatarias.

No obstante, no debe olvidarse que “(…) los objetivos de las Redes Sociales son variadísimos y fueron creados por el Imperio para desestabilizar, intervenir, ocultar verdades, tergiversar hechos concretos, limitar la capacidad de análisis de la realidad, evadir las notorias y casi infantiles contradicciones y, sobre todo, procurar ir por recursos naturales, bajo cualquier argumento, a cualquier parte del mundo.”[10]

Otro argumento a favor del crecimiento acelerado de Facebook en Latinoamérica se fundamenta en la personalidad más cálida y sociable de los ciudadanos latinos y la facilidad para aumentar su red de contactos. Facebook pudiera constituir para Latinoamérica, la plataforma ideal para conversar de todo y con todos. En esa dinámica, la acelerada incorporación de latinos en los EE.UU. acentúa este acercamiento, que ya no sólo se da desde el Latinoamérica, sino también al interior de ese país. La efervescencia de migrantes latinos en EE.UU. y el uso extendido de las RSI en el continente, hace de redes como Facebook, estratégicas para la comunicación.

Las redes sociales se están convirtiendo en uno de los instrumentos de comunicación masiva más importantes a nivel global. La globalidad y temporalidad de su despliegue las convierten en un instrumento cuyo potencial, tanto para la reproducción de los mecanismos de dominación como para la movilización social anti-sistémica, es incalculable. El estudio de estos procesos, dinámicos y cambiantes a ritmos excepcionales, se torna fundamental para conocer el verdadero alcance de los instrumentos de dominación de los EE.UU.

Las redes sociales presentan un potencial enorme en el futuro de las relaciones políticas internacionales. Su estudio como instrumento del sistema de dominación ideológica de los EE.UU. posibilita definir aquellos elementos que constituyen oportunidades para los movimientos de izquierda y procesos de cambio que se produzcan a nivel global.

Por otra parte, permite constatar la capacidad de las mismas para la construcción de consensos y ser utilizadas tanto por los movimientos contestatarios como por los neoconservadores o que, simplemente, se limitan a la salvaguarda del sistema y, con ese objetivo acoge a las RSI como una herramienta para legitimar su sistema, en tanto funge  a la vez, para deslegitimar aquellos procesos que resulten contrarios a sus intereses. Resulta por tanto, un factor que puede fragmentar la hegemonía del sistema de dominación ideológica o fortalecerla, de cualquier manera, su estudio y problematización resulta una necesidad para la compresión del futuro de las relaciones político-diplomáticas y culturales en los Estados Unidos y Latinoamérica.

Las redes sociales son un nuevo actor en la comunicación, que logra un lenguaje digital universal, el cual integra globalmente la producción y distribución de palabras, sonidos e imágenes de disímiles culturas e identidades. Estas -las redes informáticas interactivas- han demostrado un crecimiento superior a los medios de comunicación tradicionales. Tienen la capacidad de incluir en una misma red personas de diferentes intereses políticos, ideológicos y culturales.

Los acelerados adelantos crean un complejo panorama para diagnosticar que será de los mismos en el futuro, sin embargo, la tendencia denota una creciente utilización de las redes por la población mundial, de lo cual son consientes los grandes trasnacionales de la informática y las comunicaciones, y los intereses políticos cada vez se ven más representados en estas, colgando mensajes, imágenes y videos, que tienen un potencial enorme para mediatizar los procesos políticos, y girarlos a favor de los intereses de dominación de los EE.UU.

 Independientemente de las funcionalidades que tengas las RSI en sí, son un instrumento de comunicación social, usada para todos los que pueden tener acceso a internet, sin distinción de raza, credo, género o edad.  Ello significa en sí, un valioso aporte para el desarrollo de las relaciones sociales internacionales, de modo que hay que estudiarlas fuera de tabúes, con el objetivo claro de que es lo que interesa investigar de las mismas, y que lo que las puede convertir, en determinado momento, en un factor positivo o negativo para las fuerzas de  derecha e izquierda, es el sentido que se quiera dar, el mensaje que desee transmitir y los disímiles usos que se puedan brindar.

Dada la crítica situación en que se halla el mundo en la actualidad, la criminalización de la protesta social, resulta la frecuente salida de los gobiernos de derecha aliados a los EE.UU. para debilitar la credibilidad de los movimientos contestatarios de la región. Las redes sociales pueden fungir en dos dimensiones en este proceso. Por una parte pueden ser utilizadas por dichos gobiernos y el capital de los intereses que representa para demeritarlo pero, por otra, pueden convertirse en un valioso mecanismo de defensa de los intereses ciudadanos más humanos y liberales.

EE.UU ante la emergencia de las RSI

Obviamente el panóptico de Foucault ha llegado al imperio estadounidense y el sentimiento de persecución constante se expande a través de las RSI. EE.UU. crea sofisticados medios de persecución, violando cada día más la privacidad y mediatizando la libertad de información. En esa ambigua dinámica de censurar lo que no conviene a los intereses hegemónicos estadounidenses, han creado un sistema de seguimiento y monitoreo contra los usuarios en la red.

La tecnología llega a delinquir tanto en la rivalidad de los usuarios de las nuevas tecnología que, según revela el diario Washinton Post,  les posibilita “(…) exploración Web y análisis de texto en móviles y su contenido en tiempo real. Con la vigilancia de escaneo se puede detectar posibles mensajes terroristas o criminales en SMS, mensajería instantánea, Twitter, correos electrónicos, Facebook, blogs, fórums (…)”[11]

Para ello se amparan en leyes como la Patriot Act, que otorga al gobierno de los EE.UU. el poder  de vigilancia, seguimiento, obtención de datos o detenciones amparados en la supuesta amenaza del terrorismo.  Ahora bien, el éxito de la comunicación alternativa y las redes sociales para Latinoamérica, radica en que se ha acudido, apreciándolas como un camino a la prosperidad en las relaciones sociales desde la red de redes. Resulta un caudal  para el desarrollo de una comunicación alternativa ante la hegemonía de EE.UU. sobre los grandes medios de difusión. Pero para penetrar en ella con éxito, debe hacerse con mensajes de contenido, que vayan más allá de la banalidad y las frases preconcebidas, que no tenga tabúes en despolitizar algunos elementos para hacerlos más comprensibles, en considerar los procesos políticos que se viven en la actualidad sin apartarnos del conocimiento teórico y no tildándolos como anti-sistémicos cuando apenas empiezan a nacer.

Otorgar propiedades radicales a movimientos contestatarios tempranamente puede brindarle de antemano una herramienta EE.UU. para luego “disertar” sobre las limitantes de algo que si bien no tiene grandes propuestas ni exquisitos programas, pudiera ser muy progresista en el contexto actual y alentar posibilidades de cambios. Las revoluciones empiezan por reformas y las reformas por protestas. La potencialidad contestataria de las redes sociales es enorme, pero debe tenerse sumo cuidado con él sobre-dimensionamiento, tanto teórico  como sociopolítico de las mismas.

En un intento por luchar en medio de la sociedad en red por una comunicación alternativa  y proactiva Pascual Serrano precisó: “(…) la reflexión sobre internet y periodismo debe ir más allá. En primer lugar porque el objetivo no es que una persona pueda publicar sino algo mucho más ambicioso, en segundo lugar porque además de luces hay sombras que debemos identificar, en tercer lugar porque están apareciendo elementos novedosos que debemos diseccionar como son las redes sociales. Y, por último, porque debemos intentar prever los escenarios futuros.”[12]

El elemento articulador de las redes sociales es otra de sus potencialidades, la capacidad para hallar mayores espacios de tolerancia, encontrando una sinergia entre los elementos de convergencia y los de divergencia, es otro de los retos que debe aceptar la izquierda. En esa dinámica se exige un mayor uso de las redes sociales, llenando de contenidos los mensajes políticos, articulando las otredades, en busca del logro mayor: la unidad, aquella por la cual tanto soñara el Apóstol y sobredimensionar la república de Martí en una América Nuestra con todos y para el bien de todos, para que el gigante de las Siete Leguas no avance más sobre nuestros pueblos.

Bibliografía:

Castells, Manuel. Comunicación y Poder de las redes sociales on line.

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