
Avanzar y siempre avanzar, no hay otra opción porque si la derecha neoliberal y el imperialismo norteamericano consolidan su poder en nuestros países destruirán las conquistas logradas y a las organizaciones sociales, enfatizó.
Estamos en medio de tiempos huracanados, de transición hegemónica hacia un nuevo orden mundial bipolar al que Estados Unidos se resiste, porque apelan a todos los medios para mantener su control sobre América Latina como prioridad estratégica, subrayó.
América Latina no es secundaria para Estados Unidos, recalcó Móldiz, porque la consideran un tema de política interna como su patio trasero, y esto es más peligroso cuando se sienten acorralados en un proceso mundial de transición hegemónica.
Criticó que no hemos podido acabar o reducir al mínimo la influencia de la Organización de Estados Americanos (OEA) por la posición de gobiernos que se pliegan a los intereses estadounidenses.
Recordó que tras la aplicación por Estados Unidos de la Operación Cóndor para eliminar físicamente a los dirigentes de izquierda en la región luego de la ola que despertó el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, Washington inventó las llamadas democracias viables y controladas.
Ahora centran su ataque en aislar a los grupos contestatarios a la hegemonía norteamericana y al neoliberalismo, campañas para desprestigiar a sus dirigentes, enjuiciarlos con procesos amañados, e intentar conquistar por las redes sociales la mente del pueblo, señaló.
La respuesta de la izquierda a esta ofensiva conservadora fue construir el poder desde abajo sin ser gobierno, aseveró Móldiz y opinó críticamente que el Movimiento al Socialismo en Bolivia debe consolidarse como un instrumento político y no uno electoral.
Hemos llegado, dijo, a un frente distinto de lucha donde la derecha está cerrando todos los espacios de movilizaciones pacíficas con conductas fascistoides, primero con Honduras y Paraguay, siempre contra Venezuela, contra Lula en Brasil, el gobierno de Nicaragua y sus ataques al de Bolivia.
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