
Buenos Aires-.La noticia ocupa portadas en casi todos los medios hoy mientras el dolor vuelve a traer de vuelta un fenómeno que sigue cada vez latente en Argentina, la violencia intrafamiliar, que cobró otra víctima, una niña de 10 años.
Desaparecida desde el domingo pasado en San Miguel, una localidad de la zona noroeste del Gran Buenos Aires, Sheila fue hallada muerta la víspera con marcas de ahorcamiento y todos los ojos apuntaban a sus tíos, quienes finalmente confesaron el crimen.
Aún se desconoce cómo sucedieron los hechos, hoy en investigación, pero lo cierto es que de la manera que su cuerpo fue encontrado, tapado con un colchón en medio de una pared y varios signos de violencia, dan indicios de cómo fue el crimen.
‘Tomamos droga y alcohol y no sabemos cómo llegamos a eso’, así lo confesaron sus tíos a los policías de la Dirección de Investigaciones de San Miguel.
El cuerpo de Sheila estaba desnudo dentro de una bolsa con signos de abuso por lo que todo apunta que se trata de otro caso de violencia intrafamiliar con un posible abuso.
Habrá que esperar el resultado, pero lo grave es que apenas este año ya son varios los menores muertos por casos de este tipo o femicidios, un fenómeno que pone bajo la lupa la violencia recurrente que sigue golpeando con fuerza a esta nación austral.
En enero se conoció sobre el caso de Abril Sosa, una niña de cuatro años que apareció muerta en un bolso deportivo abandonado en un terreno baldío a 50 metros de su casa en la provincia de Córdoba, asesinada por un hombre de 35 años, tras abusar sexualmente de ella.
Aún está reciente también el caso estremecedor de Camila Borda, de 11 años, quien fue encontrada asesinada dentro de una bañera en una casa en la ciudad bonaerense de Junín.
Las autoridades buscan varias alternativas para enfrentar este fenómeno social como también el de los femicidios con varios programas educativos, alertas sobre el acoso callejero, líneas telefónicas de ayuda, pero lo cierto es que lejos de ceder, esta situación sigue latente.
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