México .- Andrés Manuel López Obrador fue posesionado el sábado como nuevo presidente de México con la promesa de consolidar la «IV Transformación» Política de este país que, a su juicio, será «profunda y radical» para acabar con la corrupción y con la impunidad que impiden el desarrollo de su país.
El candidato de la coalición Juntos Haremos Historia (Morena-PES-PT) conformado por el Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Encuentro Social (PES), afirmó que es hora de una profunda transformación en su país
«Protesto que el pueblo me ha conferido de manera democrática velando por el bien y la prosperidad de la unión, si así no lo hiciera que la nación me lo demande», subrayó en la denominada Toma de Protesta o juramento al cargo con la presencia de varios jefes de Estado, entre ellos el presidente boliviano, Evo Morales.
Prometió «acabar con la corrupción y la impunidad» y dijo que su principal objetivo será «regenerar de verdad la vida pública de México».
«Por mandato del pueblo iniciamos la cuarta transformación política de México, puede parecer pretencioso o exagerado, pero hoy no solo inicia un nuevo gobierno, comienza un cambio del régimen político», aseguró el mandatario de izquierdas.
Consideró que es importante convertir la honestidad y la fraternidad en forma de vida y de gobierno e insistió que no se trata de un asunto retorico, en un asunto «propagandístico», y remarcó que los principales postulados de su plan de gobierno se originaron en la crisis y en el fracaso del modelo económico neoliberal aplicado en México en los últimos 36 años.
Informó que enviará en horas más su primer proyecto de Ley al Congreso para que el presidente sea juzgado como cualquier ciudadano, aún en funciones y por cualquier delito.
Prometió «no robar» y no permitir que nadie se aproveche del Estado al amparo del poder político y advirtió que esa política aplicará para compañeros de lucha, familiares y amigos.
«Por encima de la ley nadie», prometió y dijo que «por la casa se empieza».
Prometió como una política pública que los combustibles no subirán más allá de los efectos de la inflación y aseguró que después de una evaluación y de la conclusión de una refinería bajarán los precios para el consumidor final.
También se comprometió que no subirá la deuda pública y no se gastará más de lo debida, entre otras políticas populares que demanda el pueblo.
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