marzo 21, 2023

Fidel, sensibilidad y confianza en la ciencia joven

Rememorando a nuestro Comandante en Jefe en una de las facetas más fascinantes de su vida, como lo fue su desbordada pasión por las ciencias y el lugar de estas en la consolidación del proceso revolucionario cubano, cuatro destacados científicos nos brindan sus testimonios sobre sus experiencias junto al excepcional hombre de ciencia que fue Fidel Castro Ruz.

El 29 de julio de 1981, en una exposición de nuevos desarrollos de equipos médicos Fidel se impresionó profundamente con las fotos de un niño malformado, al conocer que el objetivo del trabajo era evitar el dolor de una familia al tener un niño que naciera con una malformación grave y ofrecerles la posibilidad de un diagnóstico temprano para poder tener un niño sano y orientó: —Un solo niño que podamos evitar con estas malformaciones vale la pena cualquier esfuerzo—.

La confianza y el estímulo de Fidel convirtieron el entusiasmo de aquel pequeño grupo de jóvenes en un programa de alcance nacional, que fue, además, el inestimable estímulo de la realización de los sueños de los jóvenes científicos.

Cuando la RDA suspendió la colaboración y nos privó de las partes ópticas y de mecánica de precisión y nos negamos a renunciar muchos le dijeron: “Esos muchachos están locos…” Fidel era el único completamente seguro de que podríamos hacer todos los equipos por nosotros mismos en Cuba. Esa confianza de Fidel condujo a la construcción, con ejemplar ejecución, del Centro de InmunoEnsayo, al que calificara el día de su inauguración como “Una joya de la Revolución”. Durante la construcción del Centro Fidel y sus invitados lo visitaron decenas de veces, para animar, orientar, preguntar, mucho preguntar y después comprobar y controlar.

Investigar, desarrollar nuevos métodos y equipos, pero no prototipos, sino producciones en serie, investigar, producir y en cantidades que permitieran satisfacer las necesidades del país y exportar y colaborar con otros pueblos orientó y cerca de tres años después de su inauguración se comenzaron a exportar equipos que hoy suman cientos y más de 2000 instalados en Cuba.

Preocupado por la alimentación de los trabajadores del Centro, Fidel no preguntaba por la comida, llegaba a la cocina y ante la preocupación de algunos de sus “acompañantes” se servía frijoles o lo que hubiera para probar, allí mismo de pie y con el plato en la mano, para comprobar si estaban buenos y le preguntaba a algunos si el pollo que se estaban comiendo estaba bien cocinado. Si alguien era alérgico al pescado se preocupó personalmente de que tuviera alternativas y se ocupó de verificar varias veces que se cumpliera con esa indicación.

Preocupado por las extensas jornadas de semanas sin salir del Centro, mandó a todos para sus casas por unos días, para que descansados pudieran pensar y rendir mejor.

Pudiera parecer exagerado para los que no lo conocieron, preguntar una cifra y semanas después al conversar sobre la misma rectificar un error de un decimal de la que le había dado antes. Con igual detalle se interesaba por los pormenores de la investigación, fascinado con las nuevas ideas, de la producción de la exportación y de los más mínimos detalles de nuestras vidas.

En agosto del 2004 se produjo su última visita al CIE. En la tarde, de improviso, la gente apresurada dijo: Ahí está Fidel. Nosotros habíamos preparado condiciones para atenderlo en la planta baja y evitarle las escaleras, pero nada, cuando reaccionamos ya estaba en la planta alta.
-No digas que estoy aquí hasta que te avise, le dijo al jefe dela escolta. Durante los primeros treinta o treinta y cinco minutos de las cercas de cuatro horas y medias que duró su visita, estuvo preguntando sobre el Centro, las novedades, las nuevas capacidades, el estado de las máquinas. De pronto y todo el resto del tiempo explicando la Misión Barrio Adentro y su aspiración del impacto que tendría en la salud y el bienestar del pueblo venezolano. No dio órdenes, nos hizo sus cómplices en ese sueño de salud y vida.

-¿Cuántos laboratorios tenemos en Cuba?

-167 Comandante.

-Entonces tenemos que instalar 200 en Venezuela en dos años.

-Evalúen y digan lo que sea necesario para lograr eso, con el entrenamiento del personal, asegurar los reactivos y el mantenimiento.

Una vez más Fidel estuvo más seguro que nosotros de las grandes metas que su “Joya de la Revolución” podría vencer. En Venezuela se han instalado y mantenido más de 200 laboratorios con Tecnología SUMA® en Barrio Adentro y el Ministerio del Poder Popular para La Salud.

Al salir me dejó el resultado de uno de sus sueños, su ejemplar, el primero, del libro Voces del Milagro.

Ya en la escalera se viró y me preguntó por las matas de plátano burro que había visto y de las que había comido en mi casa a principios de los noventa, más de diez años atrás. Claro, él ya sabía que no estaban y me preguntó nuevamente cómo había seguido una de mis hijas, que en una de sus visitas de aquella época tenía un corsé de yeso.

Eso también aprendimos de Fidel: “sensibilidad y confianza”.


* Tomado de cuatro científicos cubanos recuerdan a Fidel y su estrecha vinculación con la ciencia.

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