marzo 28, 2024

La nueva normalidad: ¿nuevas formas de irresponsabilidad y egoísmo o la comunidad?


Por Cynthia Silva Maturana -.


Durante el último mes de 2020 se sentía en el aire la llegada del final de un año difícil, por decir lo menos, doloroso para muchos, pérdidas familiares y de amigos, la alegría de la recuperación de otros, con la sensación del miedo de haber contemplado el abismo y haber logrado retroceder. Las redes se llenaron de los memes cariñosos, positivos, de autoayuda, en fin, de todo tipo de mensajes que nos hablan de la necesidad de ser mejores, de valorar lo que hemos estado a punto de perder. De reconocer lo que hemos perdido en la pandemia, en la cuarentena con encierro obligado, lo que teníamos y no supimos apreciar.

También fue parte de ese 2020 los hogares con niños y niñas huérfanos que se preguntan cuál será su futuro, padres, madres, abuelas, abuelos, a cargo de sus familias; pasaron meses de encierro preguntándose si al día siguiente volverían a comer algo. Con telón de fondo de un Gobierno que no supo ni quiso ocuparse de los más débiles y vulnerables, que solo demostró que había llegado a calmar sus ansias, su angurria, las que habían sido contenidas por más de una década.

No es un relato exagerado, estoy segura que incluso ni siquiera refleja la profundidad del horror, del dolor, del miedo que han vivido muchos y muchas.

Y hoy, que esperábamos un año mejor, que anhelábamos la “nueva normalidad” pensando en que se venía un mundo que debe sanarse, recuperarse, los números de los contagios en nuestro país y muchos otros nos vuelven a enfrentar con una dura realidad. El virus no se ha ido, llegó para quedarse.

Pero esta vez tenemos que enfrentar el incremento de casos con un Gobierno que se preocupa, que consigue millones de pruebas gratuitas, para lograr diagnósticos tempranos, que lleven a tratamientos prontos y eviten que la mayoría pase por algo más que la sensación de un fuerte resfrío. Se entregan equipamientos, se coordina con municipios y gobernaciones, para aunar esfuerzos y cumplir con la responsabilidad de cuidar a la ciudadanía, como debe ser. Pero los números siguen subiendo.

Y es que ningún esfuerzo de las autoridades será suficiente si nosotros no nos lavamos las manos, si no usamos el barbijo, si no respetamos la distancia social. Si en las oficinas decidieron que lo malo ya pasó, si tomamos café juntos y sin barbijos, si nos sentimos invencibles o pensamos demostrar que somos más fuertes.

Los números son claros, no nos hemos cuidado, y lo peor es que no hemos entendido que cada uno y cada una de nosotros somos un potencial foco de contaminación. Si no nos cuidamos, seremos la fuente del contagio que afecte a familias enteras, que amargue las vidas de personas que quizás ni conocemos.

Entonces, ¿de qué nueva normalidad hablamos? ¿La de la fiesta de las farmacéuticas? ¿La de la irresponsabilidad y el egoísmo que espera que llegue la vacuna, aunque sigan muriendo las médicas, médicos, enfermeras que nos están salvando la vida?

La pandemia debe llevarnos a reflexionar y reforzar nuestra acción en colectivo, en comunidad. No solo somos responsables de nuestras individualidades, hoy somos responsables de contribuir a la salud de todos y todas, de nuestras familias, de nuestros barrios, de nuestras comunidades, de las familias de nuestros compañeros de oficina.

Hoy debemos entender que solo recomponiendo y fortaleciendo nuestros lazos de comunidad, de solidaridad, de acción en colectivo, sobreviviremos y sanaremos. No es exigiendo que nos obliguen a la fuerza a encerrarnos de nuevo, sin tener consideraciones con los y las que al encerrarse cierran las posibilidades del diario alimento. No. Es el momento de entender que nuestra responsabilidad, de cada uno y cada una, es cuidar a los demás, es contribuir a que nos salvemos y sanemos.

La nueva normalidad debe ser aquella que no se queda en memes y mensajes hermosos en las redes, tiene que ser la del cuidado, la de la reconstrucción de las redes de solidaridad, la de la responsabilidad colectiva, sintiéndonos parte fundamental del todo, y por tanto necesarios y necesarias para construir en colectivo a salir adelante, a construir una nueva realidad.

* Es parte del Colectivo Urbano Adelas, Mujeres en Revolución

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