abril 28, 2025

Cuba, más allá de las redes


Por Ariana Campero Nava * -.


Han pasado 16 meses desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara pandemia por el Covid-19 y como acto seguido se reportara el primer caso en Cuba. Meses eternos para el mundo, Europa colapsó en su sistema sanitario en 2020, pero en adelante sería Estados Unidos el epicentro de la pandemia, Brasil e India le siguieron, mas el epicentro siempre estuvo en nuestra Región con todas las cepas mutantes existentes. ¿Cuba estaría exenta de vivir olas por el Covid-19? No, en lo absoluto, es parte de la región epicentro de la pandemia; sin embargo, este país bloqueado hace 62 años por Estados Unidos y con 243 nuevas sanciones económicas desde 2019 a la fecha (50 en tiempos de pandemia) ha sido una de las naciones que ha mantenido las tasas de letalidad más bajas, con tan solo 0,66%, mientras América tiene una tasa de 2,7%. Es decir, logró retrasar con mucha inteligencia, trabajo y en condiciones totalmente adversas el sufrimiento que el Covid-19 causa a otros pueblos del mundo. ¿Acaso esa sería una razón para pedir intervención humanitaria y armar una campaña #SOSCuba desde Miami?

Si hablamos de la dramática situación que vivió Estados Unidos con esta pandemia: ¿Acaso pidieron #SOS-USA cuando su gente se moría sin atención médica en Florida? En realidad lo que ha pasado es que buscaban una excusa para dar su estocada y levantar la banderita para que salgan de sus escondites aquellos mercenarios que solo llevaron violencia y saqueo en diversos puntos de la isla en días pasados.

Sí, varios lectores pensarán que Cuba vive una crisis económica severa, pues sí, causada por el recrudecimiento del bloqueo y por la pandemia. La isla atraviesa un momento muy difícil económicamente y su Gobierno lo aceptó, pero si Washington quisiera ayudar al pueblo cubano –como lo manifiesta siempre– levantaría el bloqueo, cosa que no hace. Si a la mafia cubana de Florida le interesara la “situación humanitaria” de la isla pedirían el cese del bloqueo y, además, enviarían toneladas de medicamentos en donación, pero eso tampoco sucede. ¿Realmente les importa la salud del pueblo cubano? Entiendo que no.

Por otra parte, medios de comunicación hicieron eco varios días del “estallido social en Cuba”, publicaron fake news y hasta tuvieron la osadía de usar imágenes de manifestaciones revolucionarias para presentarlas como anticastristas. La contrarrevolución usó batallones de trolls y bots para crear un escenario imaginario de que Cuba (Camagüey, en particular) fue tomada por los contrarrevolucionarios; es decir, creyeron que sería la batalla final en su guerra de cuarta generación a través de redes sociales, pero la realidad en las calles es otra.

Lejos de ser “miles” y “masivas movilizaciones del pueblo cubano”, se resumieron en su mayoría en ataques violentos a centros comerciales, donde gritaban que tenían “hambre” (pero se robaban electrodomésticos y no alimentos); decían que fueron “brutalmente reprimidos” pero fueron ellos quienes atacaron a pedradas la sala de pediatría del Hospital de Cárdenas en Matanzas –eso no lo transmitió CNN–; aquellos que gritan “abajo la dictadura” y financian actos delincuenciales no tienen el coraje de hacerlo en persona, ni mucho menos desde la Sierra Maestra.

El que sí estuvo en persona y con la frente en alto en una de las movilizaciones fue el presidente, Miguel Díaz-Canel, ese domingo escuchó a la gente y también distinguió a confundidos de antisociales mercenarios. Hago un espacio para destacar su valentía y sobre todo su capacidad orientadora que tuvo en esta ola de violencia. Para las y los que somos comunistas, nos dejó un mensaje de soberanía, independencia, ética revolucionaria, paz y unidad a nuestra convicción. También instruyó al héroe Gerardo Hernández, presidente de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), ir a todos los barrios donde hubo saqueos para conversar con su gente.

Por mi parte, quiero destacar, ya que vivo en Cuba, que las calles de este bello país han seguido en paz y calma toda la semana; la imagen que las redes y los medios de comunicación quisieron imponer fue muy distinta a la que se vivió y vive. Los hospitales, instituciones públicas, mercados y negocios particulares trabajaron con total normalidad, según las medidas de la pandemia.

El día sábado se dieron cita en varios puntos del territorio y en La Piragüa del Malecón habanero más de 100 mil revolucionarios, quienes dejaron claro que por defender sus triunfos darían la vida. Fueron a ponerle corazón, lealtad, paz y firmeza a su Revolución.


*   Exministra de Salud.

 

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