Por Miguel Ángel Marañón Urquidi * -.
A inicios de la década de los años 70, en Latinoamérica empezaban los gobiernos progresistas (solo como ejemplo Allende en Chile y Torres en Bolivia), sin embargo, grupos fascistas empresariales iniciaban una campaña apuntando a que la economía estaba mal, que esos gobiernos de izquierda no tenían un plan económico y que el comunismo mataría de hambre a la gente; ocultaron productos, desabastecieron los mercados para luego desembocar en cruentos golpes de Estados. Hago referencia a esto porque, días atrás, Comunidad Ciudadana (CC) presentó su propuesta económica basada en los mismos principios que los grupos fascistas de esos tiempos.
Es bueno recordar que para hacer una propuesta económica es necesario saber cómo está la economía, la cual parecen desconocer por los datos y cifras que dan ya que empiezan indicando que la supuesta crisis económica se daba desde antes de 2019; cabe recordar que en 2018 y 2019 (primer semestre) organismos internacionales calificaron el desempeño económico de Bolivia como la mejor en Sudamérica.
Hacen referencia que la crisis económica se reflejaba en el déficit de la balanza comercial, pero olvidan analizar porqué nuestras importaciones eran mayores a nuestras exportaciones; y la respuesta se basa en que importábamos bienes de capital (termoeléctricas, maquinarias para fábricas e ingenios) que no producimos. Paralelamente a estos datos, nos dicen que el déficit fiscal (gastos del Gobierno mayor que sus ingresos) sobrepasó el 6%, pero de forma maliciosa olvidan decir a la gente que los gastos que ocasionaron ese déficit no eran para cubrir los gastos de funcionamiento, sino producto de la compra de bienes de capital (maquinarias y otros activos).
De forma nada profesional indicaron que en época de bonanza se incrementó la deuda externa, haciéndonos creer que existió un despilfarro; solo como ejemplo debemos decirles que si una persona o una familia gana Bs3.000, no va a poder acceder a un crédito porque sus ingresos son bajos y solo les alcanzará para sus gastos básicos; pero si los ingresos suben a Bs10.000, mejorará su calidad de vida, pese a que con esos ingresos no podrá comprar una casita o un departamento, por lo cual lo más lógico es acceder a un crédito y con mayores ingresos se puede acceder a cualquier crédito, algo que igualmente pasa a nivel país: la deuda fue para instalar fábricas, ingenios; satélite y otros activos.
Se desgarran las vestiduras al decir que las reservas internacionales se redujeron de 15 mil millones de dólares cinco mil millones de dólares, pero no dicen que en el gobierno de Mesa dichas reservas, en el mejor de los casos, alcanzaban los tres mil 800 millones de dólares; lo lógico es que con su bancada investiguen cuál fue el destino de esa disminución y nuevamente se toparán con la implementación de activos productivos.
Solo con estos datos que utilizan de forma malintencionada, sin un análisis serio y global, muestran su interés partidario, con lo que podríamos deducir que su propuesta lejos de contribuir a una reactivación económica está destinada a favorecer a un sector privilegiado de la sociedad, desconociendo los logros alcanzados pese a la desastrosa gestión que se dio en el anterior régimen (más bien que solo fueron 11 meses).
* Economista.
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