
Por Sergio Salazar Aliaga *-.
Este año pude cumplir un sueño, no solo por estar una vez más en la gran Buenos Aires, sino porque pude acercarme a La Perla de Once, tremendo bar, conocido por ser el lugar donde se compuso la polémica canción “La balsa”, entre Tanguito y Litto Nebbia.
La Llegada
La mañana del jueves 27 de octubre, junto a mi compañera Anahí Alurralde, decidimos por decreto acercarnos a La Perla de Once, ubicada en Plaza Miserere, entre las avenidas Rivadavia y Jujuy. Salimos de nuestro departamento en la zona de Almagro, nos refugiamos en el subte de Castro Barros directo a nuestro destino, llegamos con mucha expectativa, al salir hicimos una parada, porque dimos con un ploteo de fotos de la tragedia y un mural del arista Rep que reza: “Nunca Más a Cromañón”, haciendo alusión a las víctimas del incendio del boliche República Cromañón, donde murieron 194 personas y hubo más de mil 400 heridos.
Salimos del subte por un laberinto, nos dirigimos a La Perla de Once, que hoy es la pizzería La Americana; doy fe que debe tener una de las mejores empanadas de Baires.
En la puerta principal se aprecia un letrero de la Legislatura de la ciudad: “Sitio de interés cultural año 1994, Confitería La Perla (de Once). Lugar frecuentado por jóvenes músicos en la década de los 60 que gestaron las primeras composiciones del rock nacional”.
La Perla de Once
La Perla de Once tiene dos vetas, la primera y menos conocida es que fue un lugar de encuentro intelectual, donde se sentaban jóvenes como ser Xul Solar (pintor, escultor, escritor, músico), Leopoldo Marechal (poeta, dramaturgo, novelista), Marcelo del Mazo (escritor primo de Macedonio Fernández), Santiago Dabove (poeta y narrador), Raúl Scalabrini Ortiz (historiador, filósofo, periodista).
Todo esto por los años 20, además la presencia de Macedonio Fernández, creador de la nueva novela latinoamericana, que cambió los cánones tradicionales de la época, llevando la narración hacia la fantasía y la imaginación creadora, maestro de varias generaciones. Estos jóvenes se reunían en La Perla casi como un encuentro privado de amigos, era un grupúsculo cerrado al que llamaron primero “Círculo de Morón” y luego “La Triquia”.
Tiempo después se unió Jorge Luis Borges para escuchar las charlas literarias, quien dijo: “Pensemos que somos la primera nación de América Latina que está ensayando, ensayando con felicidad, la literatura fantástica, en América Latina la literatura no es otra cosa que un alegato político, un pasatiempo folklórico o una descripción de las circunstancias económicas de tal o cual clase, y que aquí en Buenos Aires ya estamos inventando y soñando con plena libertad”.
Para la muerte de Macedonio, Borges dijo: “La certidumbre de que el sábado, en una confitería del Once, oiríamos a Macedonio explicar qué ausencia o qué ilusión es el yo, bastaba para justificar la semana”.
Muchos años después La Perla de Once fue el lugar de las primeras letras del rock nacional en Argentina, donde también se reunían jóvenes músicos en la década de los 60, entre los que destacaban Pajarito Zaguri (fundador de Los Beatniks y Los Náufragos), Mauricio “Moris” Birabent (compositor de una de las canciones más lindas: “El Oso”), Pipo Lernoud (fue el promotor de la primera reunión hippie en Argentina), Javier Martínez (fundador y líder de Manal), Litto Nebbia (fundador de Los Gatos y coautor de la canción “La balsa” con “Tanguito”), “Tanguito” (José Alberto Iglesias, mayormente reconocido por haber compuesto el sencillo “La balsa”).
Pipo Lernoud sobre La Perla de Once decía: “En ese lugar se armaba una cosa muy caliente. Todo el mundo traía su cuadernito, su libretita, sus papelitos donde tenía anotado algo. Una canción o una frase que había leído. No era que nos sentábamos y nos quedábamos callados. Era todo el tiempo divague, conversar y mostrar lo que teníamos escrito”.
“La balsa”
“La balsa” nace en la madrugada del 2 de mayo de 1967, en el baño de La Perla de Once, iniciando una revolución del rock nacional, cuando “Tanguito” le dijo a Nebbia: “Se me ocurrió el comienzo de una canción y no sé cómo seguirla”. Fueron al baño, “tocó el comienzo de la canción sobre los acordes Mi mayor y Fa sostenido mayor, diciendo: ‘Estoy muy solo y triste acá en este mundo de mierda…’”. Nebbia agarró la guitarra completando la música y la letra, titulándola “La balsa”. Un poco marquetero sacó las malas palabras, canción que grabó con Los Gatos, teniendo una venta de 250 mil discos.
En palabras de Nebbia: “En La Perla tenías que hablar muy bajito porque si no distraías a los estudiantes que estaban ahí y lógicamente no fueras a sacar una guitarra o algo porque te echaban. Así que el día que pasó lo de ‘La balsa’ ‘Tango’ hizo una cosa que algunas veces hacíamos. Si uno quería mostrar alguna cosita que había terminado, iba al baño”.
La polémica
En primer lugar tengo que confesar que “La balsa” es una de mis canciones favoritas, sobre la cual se dicen muchas cosas. Lo segundo es que soy un amante de la conspiración, por eso me encanta la historia de que Litto Nebbia le robó la canción a “Tanguito”, pero no es verdad, porque recientemente fue aclarado por el mismo Javier.
Javier Martínez va a producir el disco de “Tanguito” en el 73, donde sale la legendaria grabación: “En el baño de La Perla del Once compusiste ‘La balsa’ / en el baño de La Perla del Once compusiste ‘La balsa’. Tanguito bastante timorato respondía: ‘No, no me hagas cantar eso por favor’”. En esa charla le habla a Tanguito en singular, generando el rumor de que Nebbia le robó la canción.
Nebbia llegó a odiar la canción fundadora del rock y dicen que estuvo casi 20 años sin tocarla. Muchas veces dijo: “Dos o tres hijos de puta se encargaron de instalar un mito”.
En el libro Martropía: conversaciones con Spinetta del periodista Juan Carlos Diez, en la parte donde aquel recuerda a “Tanguito” dice: “‘Tanguito’ en su intimidad debe haber confiado más en mí que en el tipo con quien compuso alguna canción”. Pero en una forma sarcástica.
Javier Martínez en una entrevista para la revista Rolling Stones pidió perdón a Nebbia diciendo: “Yo fui testigo de que la canción la hicieron los dos, porque en La Perla había una sola guitarra que la traía ‘Tanguito’. Litto, Sandro, ‘Moris’ y yo nunca llevamos una guitarra. Me pasé 40 años aclarándolo”.
Para cerrar este recuerdo cito a Charly García acerca de la importancia de los protorockeros de La Perla para el rock hispanoparlante: “Sin Nebbia no hubiera existido Javier Martínez… ni Spinetta, ni yo”.
- Cientista político.
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