abril 18, 2025

La restauración conservadora


Por Soledad Buendía Herdoíza *-.


En los últimos días hemos sido testigos de un intento de golpe de Estado en Brasil, no solo es indispensable expresar la solidaridad con el presidente Luis Ignacio Lula Da Silva, y el apoyo irrestricto a la democracia en América, sino hacer una reflexión de los entornos conservadores y del comportamiento de las derechas en la región.

Los grupos neofascistas y “anti-derechos” asaltaron las instituciones democráticas en el hermano país de Brasil, pues no creen en ellas, el hecho, que no es asilado, responde a diversos tipos de acciones que se articulan a nivel regional para la restauración conservadora.

El uso de la violencia y el terror son parte de las prácticas de estos grupos, recordemos los hechos que enmarcaron el golpe de estado en Bolivia en noviembre de 2019, la violencia en Ecuador en el 30 de septiembre de 2010 con el intento de golpe de estado impulsado por miembros de la policía nacional y el ejército.

En ese orden de ideas cada traer a esta reflexión los llamados golpes blandos como el de Dilma Rousseff en agosto de 2016 o el del presidente Pedro Castillo en el Perú en 2022, las conspiraciones, la persecución política y la guerra judicial que han enfrentado los gobiernos  y los liderazgos progresistas en la región.

En todos los casos las agendas violentes de la derecha están acompañados de articulación de los poderes mediático, económico, político, judicial y transnacional, su objetivo es la toma del poder y el control geopolítico de la región.

Para las derechas el fin justifica el uso de cualquier medio, y esto incluye las violencias en todas sus expresiones, negar las victorias electorales del progresismo y denostar a sus dirigentes para restaurar políticas neoliberales que les permitan mantener sus privilegios es su hoja de ruta.

El problema radica en la manipulación mediática y el uso de la mentira como arma contra las democracias, solo así se explica que miles de ciudadanos se fanatizan al punto de impulsar acciones colectivas en contra de sus propios intereses. Generar ingobernabilidad y caos permanente para impedir las transformaciones en favor de la grandes mayorías, desestabilizar a los gobiernos de izquierda, si les es posible, incluso impulsar bloqueos para minar sus economías, despolitizar a la población, adoctrinar a  grupos violentos y dividir sembrando odio y polarización.

La receta la aplican de norte a sur en toda la región y seguirán imparables con más odio y más violencia hasta la restauración conservadora.

 

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