diciembre 3, 2023

Segunda ola del feminismo en Bolivia 1952-1978 (primera parte)


Por Claudia Miranda Díaz * -.


La primera ola del Movimiento Feminista en Bolivia alcanzó sus principales demandas: recibir herencia (1882); el derecho al voto (1920 a 1956); al divorcio (1926 a 1932); a contar con cédula de identidad (1952 a 1955). El Ateneo Femenino (1923), compuesto por mujeres de clase alta, vanguardista de estas luchas, se extinguió después de la Revolución de 1952.

Un requerimiento importante en la segunda ola del feminismo en Bolivia fue el derecho a la educación (luego de conseguir su demanda principal: el derecho al voto).

En la naciente República la sociedad estaba compuesta por dos clases sociales: la alta (los criollos) y los indios (que fungían como pongos de los criollos). La Revolución del 52 mantuvo a la clase alta/criolla, pero los indios pasaron a denominarse “campesinos”, con algunos derechos (votar y acceso a educación), surgiendo la “clase media”.

Resultante de los cambios estructurales de las décadas del 50 y 60, a las mujeres de todos los estratos sociales se les permitió acceder a mayores niveles de educación, ya que en el siglo XIX abarcó solo a los primeros niveles de primaria (para las mujeres de clase alta), en tanto que en el siglo XX su horizonte educativo se amplió a concluir la escuela, el colegio e incluso acceder a la enseñanza superior.

A mediados del siglo pasado las mujeres empezaron a incursionar en estudios superiores. ¿Cuáles eran las profesiones asignadas a ellas? Las que replicaban su rol asignado en el hogar. Podían ser maestras (de educadoras de sus hijos, a educar a otros niños); o secretarias (de ser la asistente de su hogar, a ser la asistente de un jefe). Además, la profesión que escogieran tenía que ser compatible con “sus labores domésticas”, es decir, “las labores asignadas por su condición de género”, porque luego de su trabajo remunerado debían continuar haciéndose cargo de todo lo que implica el desarrollo de un hogar: cocinar, lavar, planchar, hacer tareas con los hijos, atender al esposo cuando vuelve del trabajo; y también ser una buena psicóloga para apoyar los problemas laborales del esposo, etcétera.

Al ser abruptamente interrumpida la Revolución en 1964, mediante el golpe de Estado de René Barrientos (vicepresidente de Víctor Paz), llegaron largos años de lucha en contra de los gobiernos dictatoriales (Barrientos, 1964-1969; Alfredo Ovando, 1969-1970; Hugo Banzer, 1971-1978); en estos años cualquier demanda sectorial quedó postergada.

La incursión de las mujeres en los partidos políticos en el siglo XX, desde 1952 y durante los gobiernos dictatoriales, fue cada vez mayor, sin embargo, su participación reflejó nítidamente el traspaso de “su condición de mujer”, del hogar, al partido. En todos los gobiernos dictatoriales las mujeres, al interior de los partidos políticos, cumplieron –mayoritariamente– roles asignados en su condición de género: eran “correos”, ofrecían “casas de seguridad” a los compañeros clandestinos.

En este período (1952-1978) solo se conoce una organización de mujeres al interior de un partido político –el MNR–: el Comando Femenino “Las Barzolas” (el nombre fue en homenaje a María Barzola, minera asesinada en la Masacre de Catavi, en el gobierno de Enrique Peñaranda, en 1942). Este comando fue utilizado como grupo de choque del MNR.

Paralelamente, en el Movimiento de Mujeres se fundó el Comité de Amas de Casa Mineras (1961-1987), dirigido por Domitila Barrios de Chungara, formando un frente de apoyo al movimiento minero revolucionario y de resistencia a los gobiernos dictatoriales de ese tiempo.

La demanda principal de acceso a la educación en todos los niveles, primarios, secundarios y superior, se alcanzó, y no solamente cursaron en el Magisterio o secretariado, sino también ingresaron a la Universidad, aunque en este periodo las mujeres matricularon en las carreras específicas para su género, como ser: Farmacia, Enfermería, Obstetricia e Idiomas.


*       Economista.

 

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