abril 16, 2024

Desde abajo y a la izquierda nuestras luchas permanecen


Por Soledad Buendía Herdoíza * -.


El 8 de marzo de cada año revindicamos la lucha de las mujeres por la igualdad en todo el mundo. La historia del Día Internacional de la Mujer se remonta a principios del siglo XX, cuando las mujeres comenzaron a organizarse y luchar por sus derechos políticos, económicos y sociales. La fecha del 8 de marzo fue elegida para honrar a las mujeres trabajadoras que protestaron por mejores condiciones laborales en Nueva York en 1908.

Desde entonces, las mujeres hemos seguido luchando por la igualdad de género logrando avances significativos en muchos países. En Ecuador en particular, la Constitución de 2008 incorpora el 90% de las demandas de las colectivas y movimiento de mujeres, se han aprobado leyes y normas, sin embargo, aún enfrentamos desigualdades en áreas como la brecha salarial, la discriminación en el lugar de trabajo, la violencia de género y la falta de representación política.

En Ecuador, el pasado 8 de marzo las calles se llenaron de consignas para inspirar y empoderar a las mujeres a continuar luchando, las manifestantes mostraron con claridad el rechazo a la violencia estructural de género, los femicidios, las desapariciones, el derecho a decidir, la falta de oportunidades en un país en crisis e incorporaron los cuestionamientos al gobierno de Guillermo Lasso. Esta vez la marea violeta al grito de “el patriarcado no se va a caer, lo vamos a tumbar” recorrió el centro histórico.

La fuerte convocatoria de la sociedad civil y de los movimientos de mujeres estuvo reforzada por mujeres de las 15 nacionalidades y los 18 pueblos indígenas representados en la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie). Las mujeres en Ecuador, en especial las indígenas, enfrentan múltiples opresiones, violencias, limitaciones para su acceso a la educación, al empleo y a la salud, por eso durante la marcha levantaron su voz exigiendo justicia social.

Desde abajo y a la izquierda nuestras luchas permanecen y se expresan en las calles con indignación, canalizan la impotencia frente a la inacción u omisión gubernamental e institucional. La inseguridad y la impunidad son pan de todos los días en un país en el que cada 26 horas es asesinada una mujer y donde solo 52 de los 456 procesos que inició la Fiscalía General del Estado por femicidio recibieron sentencia condenatoria en los dos últimos años.

Las luchas que se pierden son las que se abandonan, por ello las mujeres seguiremos levantando la voz, marchando y exigiendo una sociedad libre de violencias y discriminación.


*       Asambleísta ecuatoriana.

 

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