mayo 31, 2023

Embajada de los Estados Unidos no aclara posición intervencionista sobre el litio


La Época-.


Un comunicado de la embajada de los Estados Unidos en Bolivia, que se esfuerza en presentar a su país lejos de la larga historia de intervenciones en América Latina y el Caribe, lo que hace es más bien confirmar que el “triángulo del litio” está en la mira de la estructura de poder estadounidense y que están dispuestos a hacer lo que puedan para que ese recurso natural les beneficie a ellos.

El comunicado de tres párrafos, en el que el encargado de Negocios interino, Jarahn Hillsman, se esfuerza por colocar a su país como el “bueno” de la película y de afirmar una voluntad de cooperación permanente, lanza en su primer párrafo la estrategia oculta al sostener: “Estados Unidos respeta plenamente la soberanía de los países y su derecho a desarrollar sus recursos naturales y rechaza rotundamente las infundadas aseveraciones de intervención”. Todo un angelito.

Pero termina siendo inútil por encubrir las ofensivas declaraciones de la Jefe de Comando Sur, general Laura Richardson, o, por el contrario, un insulto al subestimar, como siempre lo hicieron, a los bolivianos y las bolivianas, al no ir al centro de lo que provocó las reacciones en el país.

El fondo del asunto es que la Jefe del Comando Sur, uno de los 10 comandos poderosos con los que Estados Unidos controla el planeta, colocó tres veces, en menos de un año y en distintos escenarios, a las reservas de litio de Bolivia, Argentina y Chile como un caso de estudio de los estrategas militares yanquis. El primero fue en un encuentro de exagentes de inteligencia y expertos en seguridad a iniciativa de la Fundación Concordia, en septiembre de 2022; el segundo en una entrevista concedida en el marco de una reunión de comandantes organizado por Atlantic Council, un tink tank militar de gran incidencia en la formulación de planes del área militar, y el tercero, hace pocos días, ante el Comité de Defensa del Congreso de los Estados Unidos, donde uno de sus integrantes hizo referencia a que no se estaba cuidando el “patio trasero”.

De la intervención de Richardson se colige: primero, tuvo por la plataforma Zoom una reunión con los embajadores de los Estados Unidos en Argentina y Chile, y con el encargado de Negocios en Bolivia, para recabar información (seguramente ampliatoria a la que ya le proporciona la inteligencia militar) sobre las formas de aprovechamiento del litio. Segundo, desarrolló una reunión con el vicepresidente de Operaciones Globales para hablar sobre el “triángulo del litio”, en Argentina, Bolivia y Chile, y donde aprovechó para preguntarle cómo le está yendo a las empresas (informes de inteligencia) y qué ve en términos de desafíos (construcción de escenarios). Tercero, con el mismo actor responsable de planificar operaciones globales, recabar su punto de vista sobre lo que el Pentágono considera la agresividad, influencia y la coerción de la República Popular China.

La jefe del Comando Sur no necesitaba ventilar reuniones de esa naturaleza ni mucho menos darse por enterada de los tres puntos en reuniones a través de la plataforma Zoom. Ella ya sabe lo que está sucediendo. ¿Entonces por qué lo dijo?, sencillo. En manuales de la CIA y del Pentágono se distinguen dos conceptos: la amenaza del uso de la fuerza y el uso de la fuerza propiamente. Ahora están en el primer momento.

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