noviembre 30, 2023

Lo cómodo de ser progresista sin ser marxista


Por Adolfo Mena Gonzales -.


Términos muy usados en política y en general son los de la “democracia” y “soberanía”, los cuales bajo definiciones sencillas plantean a esta última como el gobierno propio de un pueblo o nación en oposición al gobierno impuesto por otro pueblo o nación, mientras que a aquella le definen como el sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho de este a elegir y controlar a sus gobernantes.

Hoy debe llamarnos al análisis la coyuntura internacional y sobre todo de los Estados Unidos a través de la Jefa del Comando Sur, Laura Richardson, quien de forma ligera opinó acerca de la disposición, uso y explotación de nuestros recursos naturales (litio) –sobre los cuales no le corresponde decir ni una palabra–.

Pero, más allá de eso, debe llamarnos la atención lo que dicen nuestros vecinos y amigos de gobiernos “progresistas”, lo que nos da una pauta de sus prioridades, porque como bien señalaba el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, las lealtades en política son relativas y es así como ante semejante opinión lanzada por Richardson vemos pronunciamientos muy tibios o nulos de algunos gobiernos; pero en contrapartida presenciamos la tremenda repercusión y difusión de lo que pasa con Nicaragua y la pérdida de nacionalidad de quienes fueron considerados “enemigos de la patria”.

Es así que observamos que la democracia y soberanía son cuestiones de percepción, de que si tengo relaciones comerciales con ellos, apoyo económico, etcétera. Ese es el nuevo problema de los progresismos tibios, esa idea de parecerse a las socialdemocracias europeas dejando de lado un marxismo que plantea la solución estructural de las problemáticas, en lugar de matizarlas y convertirse en espacios de aceptación popular para clases medias altas que tienen prioridades acorde a su condición de vida, cosa que es algo terrible pero real.

Prueba de ello vemos cómo en la actualidad algunos progresismos juzgan las acciones asumidas por Bukele con las personas que son parte de pandillas muy peligrosas; pero, por otro lado, han perdido interés y el grado de indignación por la cantidad de muertos y presos que tuvo y tiene el Perú bajo el régimen de Boluarte.

La política exterior está planteada de acuerdo a la coyuntura y las lealtades incluso a proyectos políticos, y pueden verse comprometidas, he ahí la importancia de tener un ideal común para ser leales al proyecto político de las mayorías, el cual está siendo seriamente influenciado por gentes como Richardson, que creen que tiene el derecho de pronunciarse sobre si vendemos o no a sus “enemigos” nuestros recursos naturales.

La idea de un bloque sólido progresista debe tener bases antiimperialistas y anticolonialistas, algo que no está aclarándose ya que hay quienes priorizan las peleas contra Nicaragua y El Salvador o con el Vaticano antes de ver al monstruo que desde hace años lleva consumiendo y gestando golpes de Estado por recursos naturales.

El imperialismo no es un invento, es algo tangible, y que acorde a los años ha ido evolucionando. Estos compañeros que tienen la enorme responsabilidad histórica ante sus pueblos al haber sido electos presidentes deben tener muy claro el momento histórico que viven y que no pasa por ganar la aprobación de una clase media alta, caracterizada por dejar de lado aspectos tan importantes como la soberanía y democracia, cayendo en el discurso simplón con el pseudoambientalismo y la narrativa de ausencia de los Derechos Humanos, que es lo que Estados Unidos vende a través de sus medios para derrocar gobiernos.

El Ministro de Hidrocarburos fue muy claro en la posición en cuanto a los pronunciamientos de Richardson, y él es la voz del hermano Presidente en cuanto a tareas energéticas y la soberanía e industrialización de nuestros recursos naturales. Si esta nueva ola progresista no empieza a asumir su rol histórico, como nosotros lo hemos hecho, solo harán favor flaco al imperialismo y a sus operadores, atacando a pequeños países que puede que estén cometiendo errores (esto dependerá de la visión de cada quien) a la par que obviando y actuando sin cuestionar lo que hace y dicen los Estados Unidos sobre el litio y su violación histórica de los Derechos Humanos y soberanías en todo el mundo.

 

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