
Por Luis Oporto Ordóñez *-.
El Archivo de Bolívar se salvó por un milagro
En su lecho de muerte, el Libertador Simón Bolívar dictó su testamento, ordenando a su albacea Juan de Francisco Martín, en su cláusula 9ª, que “los papeles en poder del señor Pavagueau se quemen”. ¿Cuál fue la razón para esa drástica decisión? ¿Qué contenía ese archivo y cuál su volumen?
Vicente Lecuna develó esa incógnita en su obra póstuma Relaciones diplomáticas de Bolívar con Chile y Buenos Aires (1954), que adquirimos en febrero en la Feria Internacional del Libro de La Habana. Sostiene que “Bolívar conservaba su archivo cuidadosamente, pero muchas secciones se perdieron en el transcurso de la Guerra de la Independencia”, acotando que “en los últimos meses de su vida, cuando pensó retirarse a Europa, Bolívar depositó su archivo en la casa de comercio de Pavagueau en Cartagena” y con ese fin pidió a Manuelita Sáenz embalar los documentos para su entrega al comerciante, quien firmó la conformidad el 28 de septiembre de 1830: “He recibido de S. E. el Libertador, 10 baúles conteniendo papeles privados de su pertenencia, para ser depositados en París en manos seguras (…)”.
Pavagueau embarcó en la nave Medina el 15 de diciembre, lo que impidió al albacea ejecutar la cláusula 9ª a la muerte de Bolívar. Carlos González Rubio (1954) afirma que el albacea Martín “fue expulsado por sus enemigos políticos” en 1831 y se asiló en Jamaica. Allí recuperó el archivo que contenía documentos que Bolívar empezó a acopiar desde su época de brigadier en 1813 hasta su muerte en 1830, y entregó los documentos de 1813 a 1818 al general Pedro Briceño Méndez y los de 1819 a 1830 al general Daniel O’Leary, célebres comandantes archivistas, para que escribieran la historia de la Guerra de la Independencia, reteniendo para sí una tercera parte.
Noticia biográfica
Vicente Lecuna nació en Caracas el 14 de septiembre de 1870. Falleció el 20 de febrero de 1954. Fue ingeniero, banquero, educador e historiador. Pasó su primera infancia en Cuba, acompañando en el exilio a sus padres. En 1877 regresó a Venezuela graduándose como ingeniero en la Universidad Central de Venezuela (1889). Trabajó en la construcción del Ferrocarril Central (Caracas-Valles del Tuy) y en el Gran Ferrocarril Alemán (Caracas-Puerto Cabello). Participó en la Revolución de Queipa (1898), liderada por el general José Manuel Mocho Hernández. Fue director de la Escuela de Artes y Oficios (1911-1920), presidente del Banco de Venezuela (1915), senador por el estado Lara (1921), presidió el Colegio de Ingenieros de Venezuela (1930 y 1931). Publicó artículos sobre monopolios y temas diversos sobre industria y comercio en el Boletín de la Cámara de Comercio de Caracas, sobre vías de comunicación y aspectos económicos de los ferrocarriles en la Revista del Colegio de Ingenieros de Venezuela.
Hombre sensible por su ciudad, a fines de 1930 inició una campaña para salvar la vegetación de Caracas, en especial la ceiba de San Francisco y la arboleda de El Calvario, establecer parques infantiles y sanear el barrio de El Silencio.
Una obra magna
La obra archivística e historiográfica de Lecuna es magna, pues consagró parte de su existencia al deber autoimpuesto de reconstruir el archivo disperso del Libertador, consciente que constituye el testimonio de su azarosa existencia, documenta la Guerra de la Independencia y sustenta las historias fundacionales de las repúblicas que libertó, además de ser fuente esencial para el estudio de la historia social y de las ideas del siglo XIX en Latinoamérica. Con ese fin organizó el Archivo del Libertador Simón Bolívar (1915), que hoy custodia el Archivo General de la Nación. El acervo está integrado por 280 tomos, organizados en siete colecciones: Daniel F. O’Leary (54 t.), Archivo Nacional y otras fuentes (46 t.), Don Juan de Francisco Martín (65 t.), Juan Bautista Pérez Soto (43 t.), Donación París de D. José Antonio Gallego Gredilla (37 t.), Archivo del Mariscal Sucre (17 t.) y Archivo de José Rafael Revenga (18 t.). Con ese fin encaró la restauración de la Casa Natal del Libertador (1916).
Como resultado de la titánica labor, publicó Cartas del Libertador, 10 t. (1929-1930 y 1948), Documentos referentes a la creación de Bolivia, dos t., una valiosa prueba que permite entender las altas miras del Libertador, cuando, superando todo género de dificultades, decidió la separación de las provincias que integraban la antigua Audiencia de Charcas (generalmente conocidas como el Alto Perú), para formar con ellas nueva República, cuya razón y sentido era la de actuar como equilibradora en medio de las aspiraciones que moverían a las nuevas naciones, impreso por orden del gobierno del general Juan Vicente Gómez, con motivo del Centenario de la Batalla de Ayacucho (9 de diciembre de 1924) y que el gobierno de Andrés Pérez obsequió, en reedición especial, a Bolivia en el Sesquicentenario de su Independencia (1975); Proclamas y discursos del Libertador (1939); Cartas de Santander, 1819-1839, tres t. (1942); La Entrevista de Guayaquil. Restablecimiento de la verdad histórica (1948); Selected Writings of Bolivar, 1810-1822 (1951) y Relaciones diplomáticas de Bolívar con Chile y Buenos Aires, dos t. (1954). Dejó listas para su publicación, La Revolución de Queipa; Bolívar y el arte militar; y Catálogo de errores y calumnias en la Historia de Bolívar.
Por sus méritos la Universidad de San Marcos de Lima le confirió el título de Doctor Honoris Causa (1924), fue Individuo de Número de la Academia Nacional de la Historia (que presidió entre 1931-1933) y de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (1933), su nombre fue inscrito en la Galería de Colegiados Ilustres del Colegio de Ingenieros de Venezuela (1942), el Primer Congreso de Sociedades Bolivarianas le dio el título de Primer Historiador Bolivariano de América (1947), el Consejo Municipal de Caracas lo declaró ciudadano eminente (1950) y ese mismo año Bolivia le otorgó la condecoración de la Orden del Cóndor de Los Andes. Por su importancia, el Archivo del Libertador fue registrado en el programa Memoria del Mundo de la Unesco en 1997.
- Magister Scientiarum en Historias Andinas y Amazónicas y docente titular de la carrera de Historia de la UMSA.
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