Por-. Jorge Petinaud
La Paz-. Las oficinas de la Compañía de Jesús precintadas en esta urbe gubernamental y la documentación incautada como parte de la pesquisa sobre curas pederastas confirman hoy que un tsunami estremece a la Iglesia católica en Bolivia.
“Se hizo el secuestro de documentación necesaria. Se va hacer una investigación correspondiente, se van a tomar las declaraciones”, aseguró la directora de la Fiscalía Especializada en Delitos en Razón de Género y Juvenil, Daniela Cáceres.
La fiscal precisó en conferencia de prensa que fueron dos allanamientos: uno al Colegio San Calixto y el otro a la curia provincial, y advirtió que no se brindarán mayores informes porque estos casos están en total reserva ante la necesidad de proteger a las víctimas.
La abogada de la Compañía de Jesús, Audalia Zurita, por su parte, confirmó en entrevista a la Cadena A que se ocupó documentación relacionada con los cófrades acusados de pederastas Alfonso Pedrajas (alias Pica), Luis María Roma y Alejandro Mestre.
“Se ha hecho el allanamiento de las oficinas de la Compañía de Jesús, han revisado documentación, las carpetas que corresponden a los cuatro casos, dos vinculadas al caso Pedrajas, una respecto del caso Roma y otra respecto del caso Mestre, se están llevando las cuatro carpetas y documentación que ellos consideran útil”, aseveró.
Agregó Zurita que el sacerdote Bernardo Mercado, como representante de la cofradía, ratificó al Ministerio Público que se lleven toda la documentación que consideren útil para la investigación.
En respuesta -añadió-, los fiscales decidieron precintar, porque no pueden revisar todo, y la autoridad jesuita expresó no tener inconveniente.
Las pesquisas en marcha tienen como trasfondo el escándalo que conmociona al país altiplánico tras la revelación en un diario íntimo de al menos 85 delitos de este tipo por parte del cura pederasta Pedrajas, la mayoría en Bolivia.
Los abusos del sacerdote jesuita fallecido en 2009 fueron desvelados el 30 de abril en una amplia investigación periodística escrita para el periódico El País, de España, por Julio Núñez.
Su onda expansiva originó en Bolivia una investigación de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial sobre el encubrimiento de otros clérigos a los actos ilícitos.
Tal es el impacto aquí del tsunami que zarandea a la estructura eclesiástica, que Núñez viajó a La Paz para dar seguimiento al tema y colaborar en el esclarecimiento de toda una zaga de pederastia.
“No soy protagonista, los verdaderos protagonistas son las víctimas”, declaró el periodista a la prensa.
Desde Paraguay donde vive refugiado desde 2011 por amenazas contra su vida, también llegó a Bolivia el exjesuita Pedro Lima, quien denunció en 2001 a Pica y a otros excófrades.
“Los denuncié y me expulsaron, y ahora vine a reunirme con otras víctimas y voy a declarar en la fiscalía aún a riesgo de mi vida”, dijo Lima al canal estatal Bolivia Tv.
Para él, la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia pidió protección física al Gobierno, la Fiscalía, la Policía y la Asamblea Legislativa Plurinacional, en un comunicado. Lima sostuvo que, según la información que posee, Pica Pedrajas abusó de más de un centenar de menores de edad necesitados de protección.
A medida que pasan los días se conocen más denuncias de abuso sexual y violación contra sacerdotes, no solo jesuitas sino de distintas órdenes.
El procurador general del Estado, Wilfredo Chávez, reveló que las acusaciones de ilícitas sexuales contra menores cometidas por sacerdotes se extienden, prácticamente, a toda Bolivia.
La investigación en La Paz la conduce una comisión de tres fiscales.
María Nela Prada, ministra de la Presidencia del país andino-amazónico, en tanto, informó este miércoles que, por orientaciones del mandatario, Luis Arce, se estudia un mecanismo similar al “beneplácito” que se aplica al servicio exterior para aprobar o rechazar el ingreso de sacerdotes de la Iglesia Católica enviados a Bolivia.
Prada consideró que con ese mecanismo diplomático se evitará que clérigos denunciados por delitos sexuales cometidos en otros países lleguen a Bolivia y la “conviertan en basurero de violadores”.
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