Por Claudia Miranda Díaz *-.
¿Cuál era el contexto político en España el 25 de mayo de 1809?
Edad Antigua (3000 a.C. – 476 d. C.).
El Imperio romano, nacido el año 27 a. C., con su capital Nueva Roma, más conocida como Constantinopla (hoy Estambul, Turquía), se expandió por tres continentes: Europa, Asia y África. En el año 395, para alcanzar una mejor gestión en el vasto territorio que había conquistado, se dividió en dos: El Imperio romano occidental y el Imperio romano oriental. El primero, con su capital en la actual Milán (Italia), abarcó Europa y la franja mediterránea de África. El segundo, con su capital Constantinopla, se extendió en el norte de África y Asia.
La historia que es marcada por la vigencia de los imperios termina la Edad Antigua y empieza la Edad Media en el año 476, cuando el Imperio romano occidental fue derrocado por Odoacro, rey de los Hérulos (germano, de países nórdicos), quien luego se autoproclamó Rey de Italia. Los territorios que pertenecieron a este Imperio dieron origen a reinos medievales europeos, precursores de los Estados modernos. El elemento unificador de estos países fue la religión: El cristianismo.
Edad Media (476-1492)
Vencido el Imperio romano occidental (476), el Imperio romano de Oriente o Imperio bizantino –de religión cristiana– (395-1453) fue derrocado por el Imperio otomano –de religión musulmana– (1299-1923) en el año 1453. Los otomanos se expandieron por los Balcanes, Oriente Medio y el norte de África, en esta región se debilitó el cristianismo y se empoderó la religión musulmana.
Durante el Imperio romano, lo que hoy es España fue parte de la Península Ibérica, conocida como Hispania. A la caída del Imperio romano occidental esta península derivó en cuatro reinos cristianos: Castilla, Aragón, Navarra y Portugal; y un reino musulmán, el de Granada; además de un conglomerado de reinos. Los reinos más grandes formaron “coronas”, existían: la Corona de Castilla (que incluía los reinos de Castilla y León) y la Corona de Aragón (formada por los reinos de Aragón, Cataluña, Valencia, Mallorca); y el reino de Navarra. Un reino estaba dirigido por un rey; una corona era la fusión de varios reinos.
La Corona de Castilla (su idioma el castellano) estaba gobernada por Isabel I de Castilla, mientras que la de Aragón se encontraba regida por Fernando II de Aragón. Estos reyes se casaron en 1469 y formaron la Monarquía Hispánica (Hispania como equivalente a Iberia). Una monarquía es un gobierno vitalicio, al que se accede por derecho y de forma hereditaria.
Vencido el Imperio romano por los otomanos, el comercio entre Europa y Asia se vio afectado ocasionando escasez en varios productos, lo que indujo a los españoles a buscar otras rutas comerciales marítimas.
Es en este contexto que la Corona de Castilla financia el viaje de Cristóbal Colón, que buscaba otra ruta para llegar a la India-Asia, pero inesperadamente llegó a nuestro Continente. Al “descubrirnos”, en 1492, termina la Edad Media y empieza la Edad Moderna.
Edad Moderna (1492-1789)
Gracias al “descubrimiento de nuestro continente” la Monarquía Hispánica se convirtió en Imperio (1492-1898) –nuestra independencia fue en 1825–. El Papa Alejandro VI, a través de bula papal de fecha 4 de mayo de 1493, donó América a los monarcas hispánicos y el 19 de diciembre de 1496 les otorgó el título de “Reyes Católicos”.
España nació el 24 de febrero de 1556 (para otros autores nació en 1492, con nuestra invasión), constituyéndose en el Imperio español. El primer rey de España fue Fernando II. Se denomina imperio a un reino (ahora Estado) cuando conquista otros territorios, extiende su domino político más allá de sus fronteras e inclusive a otros continentes.
Luego del “descubrimiento de nuestro continente por parte de Cristóbal Colón” los reyes de España autorizaron “conquistar” los territorios de Abya Yala. Como la extensión del territorito invadido era inmensa, lo organizaron en dos Virreinatos: El de Nueva España y el de Perú.
El Virreinato de Nueva España (1535-1821) comprendía los territorios del actual México y parte de los Estados Unidos: California, Nuevo México, Arizona, Texas, Nevada, Florida, Utah, Luisiana y parte de Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma. También Alaska y el territorio del Yukón, así como las Antillas (Cuba, República Dominicana, Haití y Puerto Rico) y los territorios actuales de Guatemala, Nicaragua, El Salvador, Belice, Honduras y Costa Rica.
El Virreinato del Perú (1542-1824) abarcaba los actuales territorios de Perú, Colombia, Argentina, Ecuador, Panamá, Chile, Bolivia, Paraguay, Uruguay, Las Galápagos, oeste y sur del Brasil y sur de Venezuela. Francisco Pizarro fue autorizado a administrar este virreinato, fundando la ciudad de Lima en 1535 como capital del Virreinato del Perú.
El vasto territorio del Virreinato del Perú, y sobre todo por la riqueza extraída del Cerro Rico de Potosí, determinó al Imperio español dividirlo en dos nuevos virreinatos suramericanos, a partir del siglo XVIII: el Virreinato de Nueva Granada y el del Río de La Plata.
El Virreinato de Nueva Granada (1739-1819) controlaba los territorios de los actuales países: Panamá, Colombia, Ecuador, Venezuela, Islas Galápagos y el norte de Brasil y oeste de Guyana, incluía Trinidad y Tobago. Su capital fue Santa Fé de Bogotá.
En tanto que el Virreinato del Río de la Plata (1776-1811) abarcó los territorios actuales de Argentina, Uruguay, Bolivia, Paraguay y parte de Brasil, incluía las islas Malvinas. Su capital era Buenos Aires.
Con la Revolución francesa de 1789 concluye la Edad Moderna y empieza la Edad Contemporánea.
Edad Contemporánea (1789 a la actualidad)
La guerra de la independencia española (1808-1814) –cuando Napoleón Bonaparte invadió España destituyó al rey Fernando VII y lo sustituyó por su hermano José Bonaparte–, fue enfrentada por el Imperio español aliado a los imperios británico y portugués en contra del Imperio francés. Mientras Fernando VII resistía la guerra napoleónica, Carlota Joaquina, su hermana mayor, en 1808 declaraba nula la abdicación de su padre (Carlos VI) a favor de su hermano.
Carlota Joaquina de Borbón era reina de Portugal y Brasil, casada con el príncipe (luego rey) Juan VI de Portugal, y pretendió representar los intereses de la Corona española en América durante la crisis dinástica originada por la invasión napoleónica; quería la regencia del Virreinato de la Plata. Su proyecto, denominado “carlotismo”, era crear en el Virreinato de la Plata una monarquía independiente gobernada por ella, para apoyar la resistencia napoleónica y continuar la dinastía de los borbones.
El 25 de mayo de 1809 nos encontró a los ahora bolivianos en una pugna de poder –entre reyes, Fernando VII de España y Carlota Joaquina de Portugal– por el Virreinato de la Plata, donde se hallaban las ricas minas de plata del Cerro Rico de Potosí.
Continuara…
- Economista e investigadora.
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