El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, hizo una radiografía de la política en Europa, a propósito de las próximas elecciones al Parlamento Europeo, para enumerar los errores que han permitido el auge del pensamiento conservador y hacer un llamado a las «definiciones» para la izquierda.
«Yo creo que tienen una gran oportunidad las fuerzas progresistas de Europa, porque hacía falta que se quitaran las máscaras los conservadores. Yo hablo de conservadores y debe de entenderse: derecha, en general, porque no creo en la extrema derecha», aseveró el mandatario en su habitual rueda de prensa matutina.
Según su visión, la ultraderecha en realidad es solo la expresión más franca de la derecha, a la que acusó de querer anquilosarse en países como España, «con el pensamiento franquista».
No obstante, sus mayores dardos fueron contra la «simulación» de la izquierda europea que, a su juicio, permitió el retroceso del Estado de bienestar que había alcanzado el continente después de la Segunda Guerra Mundial.
En esa izquierda, apuntó López Obrador, «empezaron a discutir y a permitir que desapareciera [el Estado de bienestar], cuando era lo que le daba seguridad a los ciudadanos». La consecuencia directa de esa postura, según el mandatario mexicano, ha sido la falta de definiciones y anclajes con las clases populares.
«Optaron mucho por la moderación y el moderado no es más que un conservador más despierto, es un simulador», criticó tras recordar que, hace algunos años, esa ambigüedad trató de venderse como ejemplo para las izquierdas latinoamericanas, sobre todo en México.
En ese sentido, recordó: «Nosotros escuchábamos, porque somos respetuosos, pero sabíamos que eso no iba a tener buenos resultados, como sucedió». La tesis del mandatario es que el fortalecimiento de las derechas más conservadoras en Europa es consecuencia de la tibieza de la izquierda.
No obstante, estimó que para los próximos comicios hay una oportunidad de retomar las definiciones dentro de los espectros políticos, «donde no habrá medias tintas», ya que la derecha es cada vez más franca con su proyecto y la izquierda debe responder en consecuencia.
«Va a ser muy claro: vas a estar a favor del pueblo, de los trabajadores, de las causas justas, o vas a estar a favor de la oligarquía, de los corruptos, de los autoritarios», puntualizó, luego de afirmar que hay «un despertar» en las fuerzas progresistas.
No hay alternativa
Aunque evitó pronunciarse abiertamente sobre sus antipatías, en línea con la política exterior de no injerencia que mantiene México, López Obrador sí deseó que «les vaya bien» a los sectores progresistas en Europa.
La razón, de acuerdo a su visión, es simple: «De lo contrario, no hay salida para Europa porque la política conservadora no es alternativa y cuando se está en una decadencia, no hay más que luchar por una transformación, por un cambio verdadero. No se puede poner vino nuevo en botellas viejas, hay que cambiar y tenerle mucha confianza a la gente, hay que voltear a ver al pueblo», recalcó.
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