Por Gabriel Campero Nava * -.
Días atrás el exMinistro de Minería, a quien personalmente respeto mucho ya que fue un preso político con mi padre durante la dictadura de Banzer y un referente de lucha en el tiempo de dictaduras militares, manifestaba en su columna “De buena fe” lo siguiente: “la función del Gobierno es hacer realidad el Estado Plurinacional con leyes y normas de cumplimiento obligatorio, y no esperar la buena voluntad de actores que solo siguen a sus propios intereses de lucro y acumulación”.
En la narrativa es una lectura muy linda, pero pasa de nuevo al cuestionamiento de la autocrítica. De ser así, deberíamos preguntarnos si el modelo “gramsicaino-leninista” que planteaba el exvicepresidente García Linera en el Proceso de Cambio de 2006-2019, de coordinar con el sector privado, aplicaba lo que señala el exMinistro de Minería. Obviamente la respuesta es no, no lo aplicaba.
Es muy cómodo en la actualidad, desde el beneficio de la buena fe, denunciar que el sector privado no cumple y que es ingenuo, cuando en los primeros 14 años del Proceso de Cambio (donde se hicieron muchas cosas buenas) no se tocó al sector privado: no se expropio sectores cruciales, se creó competencias para nivelar precios, las oligarquías cruceñas campearon y el comercio en El Alto fue modelo de capitalismo andino.
Así también pasó con el sector cooperativista minero, esto es de conocimiento nacional, ya que tuvimos situaciones nefastas que quedaron en la impunidad (como el terrible asesinato del exviceministro Illanes), sin afectar los intereses económicos de estos. Pese a todo, tocó seguir remando con ellos, que durante el primer período del Proceso de Cambio se convirtieron en los nuevos millonarios explotando a sus “compañeros de clase”, tercerizando sus servicios, ya que la dinámica del modelo económico social productivo comunitario y nuestra misma Constitución reconoce la economía estatal, privada, y que en ese primer período de gestión, cuando se tuvo en su momento la oportunidad de hacer cambios estructurales con 2/3 de Asamblea Legislativa, no se hicieron.
Por otro lado, afirmar que la función del Gobierno es hacer realidad el Estado Plurinacional con leyes, esperamos que sea una forma muy sutil de pedir al sector mal llamado “radical” que no frene los créditos, proyectos o temas de imagen internacional como la adhesión al Mercado Común del Sur (Mercosur), propuesto por un supraestatal “radical”, lo que perjudica no únicamente al Gobierno, sino a todos, mientras se pide que se aprueben leyes para hacer realidad ese Estado Plurinacional.
Así también debemos recordarles la bonanza de buenos precios de venta de gas que permitieron hacer cosas como la industrialización para prescindir de importación de combustibles líquidos con plantas de biodiesel, que ahora señalan que nos trae a una “crisis” que es a nivel internacional, y que, pese a las dificultades, el presidente Arce está haciendo frente, bailando con la época “más fea” (en términos económicos). No se hizo exploración responsable en 14 años, no se tomaron medidas en cuanto a la minería ilegal (temas de leyes del oro), industrialización. Todo esto en el primer período del Proceso de Cambio, antes del golpe.
La finalidad no es atacarnos entre compañeros de lucha y de identidad de clase denunciando corrupción (la cual es “buena” apuntar si es en el gobierno de Luis Arce, pero es “persecución” si es hacia alguien del primer período del Proceso de Cambio); todo con leyes aprobadas en el primer Proceso, las cuales ellos mismos saben que no prescriben y que si retorna la derecha no diferenciará de que si se era “arcista” o “evista”. Estos mal llamados “radicales” lo que están haciendo es únicamente allanar el camino para el retorno de esa derecha que no tendrá piedad en perseguirlos, así como lo hizo Murillo en el golpe de Estado de 2019.
* Diplomático.
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