diciembre 10, 2024

EE.UU. y el fantasma del golpismo en Bolivia

La Paz-. Como espada de Damocles, la presencia de Estados Unidos en planes golpistas contra el Gobierno del presidente Luis Arce es hoy una realidad tras confesiones de un general boliviano aprehendido e interrogado.

La idea de esa amenaza nuevamente quedó posicionada después del fallido golpe militar del 26 de junio en Bolivia, según revelaciones del exjefe de la Fuerza Aérea Marcelo Zegarra.

Este general declaró, de acuerdo con el canal DTV, que el cabecilla de la acción golpista, el exjefe del Ejército Juan José Zúñiga, le informó que esa operación contaba con todo el apoyo de las embajadas de Estados Unidos, de Libia y de la Unión Europea (UE).

“Los que quiero ampliar en mi declaración, es referente a la reunión a la que fui convocado por el general Zúñiga ( ..) a las 12.00 (hora de Bolivia) me llama y me dijo que vaya a su despacho que está en el Estado Mayor (…), describió Zegarra.

Añadió que en ese cuartel también se encontraban “el general Tomás Héctor P. L.; dos coroneles, uno de ellos es José Antonio A. M.; del otro no sé su nombre, que son del servicio pasivo (…)”.

Indicó en su declaración que, con posterioridad, se sentaron Zúñiga, el exjefe de la Armada vicealmirante Juan Arnez y él, y conversaron los tres en tono bajo, ocasión en que Zúñiga les pidió lo acompañaran para tener una conversación con el presidente, Luis Arce.

Según el interrogado, Zúñiga expresó que “ya basta de las humillaciones a las Fuerzas Armadas”, que ya es momento de tomar el poder, que ya todo está planificado.

El exjefe del Ejército informó en esa ocasión al respecto que ya había desplazad a los blindados hacia La Paz y que las tanquetas “van a bajar desde Viacha para apoyar, que también ya se había conversado con el comandante del Regimiento Colorados (escolta presidencial), quien dijo que apoyará, al igual que la Policía Militar”.

Zegarra precisó que Zúñiga señaló una pizarra que estaba a su mano izquierda y dijo “que ya hay todo el apoyo de la Embajada Americana, de la Embajada de Libia, de la Comunidad Europea, de la Policía Boliviana, de los militares, jubilados (…)”.

Según Zegarra, el cabecilla principal de la intentona dijo que todos esos factores iban a apoyar “una vez que consolidemos la toma del poder (…)”.

A propósito del reciente atentado contra la democracia, el domingo último, la estatal Agencia Boliviana de Información (ABI) destacó la reseña titulada Estados Unidos y su participación en los golpes de Estado en Bolivia.


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Según el texto basado en datos del Proyecto Golpe de Estado del Centro Cline de Investigación Social Avanzada de la Universidad de Illinois, desde 1946 ocurrieron 39 acciones de este tipo, 17 exitosos, 17 fallidos incluido el más reciente y cuatro conspiraciones frustradas.

En este contexto, la Cancillería de Bolivia advirtió el 24 de junio último a la encargada de negocios de Estados Unidos, Debra Hevia, sobre pronunciamientos y acciones realizadas por personal de esa embajada que se consideran como intromisión en asuntos internos.

“El Estado Plurinacional de Bolivia promueve una política exterior basada en los principios de igualdad, no injerencia y respeto a la soberanía, en el marco de las normas del derecho internacional que regulan las relaciones diplomáticas”, expresa el comunicado.

Aseguró el Ministerio de Relaciones Exteriores del Estado Plurinacional sin brindar más elementos que, en esa línea, “rechaza cualquier tipo de acción que promueva la injerencia en nuestro país”.

Tras la fallida intentona castrense del 26 de junio y la intención de la derecha tradicional y de sectores radicales de la izquierda de posicionar la narrativa de un “autogolpe”, una nueva amenaza surgió este lunes por parte de Washington.

«Continuamos monitoreando la situación en Bolivia. Entendemos y tomamos nota de la cantidad de puntos de vista que han surgido en los últimos días y damos la bienvenida a un análisis independiente de los eventos del 26 de junio», afirmó en conferencia de prensa el viceportavoz del Departamento de Estado, Vedant Patel.

El representante del Gobierno que habla de los 23 millones de toneladas de litio boliviano (mayor reserva certificada planetaria) con el verbo “tenemos”, sostuvo que lo que queda claro con lo sucedido es que «la democracia continúa frágil» en algunas partes de Latinoamérica.

Añadió que Estados Unidos, en línea con la Carta de la Organización de los Estados Americanos, funcional a sus intereses, planea «seguir trabajando para proteger las instituciones democráticas».

Las declaraciones de Patel motivaron que el semanario de análisis político La Época y otros medios periodísticos alertaran sobre el fracaso del llamado “tanquetazo” en Chile el 29 de junio de 1973, tres meses antes del golpe militar contra el Gobierno del presidente de Salvador Allende, encabezado por el general Augusto Pinochet con el respaldo de Washington.

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