La Paz (ABI). – El analista económico Martín Moreira resaltó que el gobierno de Luis Arce presenta un enfoque integral que promete revertir la tendencia negativa, con exploración de hidrocarburos, industrialización y producción de biocombustibles.
El experto explicó que la actual crisis económica en Bolivia no es un fenómeno aislado ni repentino, sino el resultado de una serie de factores estructurales que se fueron acumulando a lo largo de los años, exacerbado por coyunturas recientes.
“Si bien la crisis actual es el resultado de años de desatención y factores coyunturales desfavorables, el gobierno ha planteado medidas que, si se implementan de manera efectiva, podrían revertir la tendencia negativa y estabilizar la economía del país en los próximos años. La inversión en hidrocarburos, biocombustibles e industrialización no solo representa una solución a corto plazo, sino que también abre el camino hacia una economía más robusta y diversificada”, dijo.
Señaló que uno de los problemas más críticos que enfrenta el país es la disminución de la producción de gas y petróleo, resultado de la falta de inversión en exploración de gobiernos anteriores.
La reducción en la exportación de gas generó una significativa pérdida de ingresos, mientras que la creciente dependencia de la importación de diésel y gasolina no solo incrementa los costos, sino que también agudiza la crisis de dólares.
Esta falta de divisas fue alimentada además por un boicot en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), que se resiste a aprobar nuevos créditos, y una balanza comercial negativa tanto en el sector público como privado.
“A nivel global, la presión inflacionaria y el aumento en los costos de productos importados han contribuido a la tensión económica del país. En este contexto, es evidente que Bolivia necesita soluciones estructurales profundas para superar esta coyuntura y garantizar una estabilidad a largo plazo”, consideró.
Mencionó que el presidente Arce mostró cómo su gobierno está respondiendo a estos desafíos de manera activa. En el ámbito de los hidrocarburos, las exploraciones recientes dieron resultados prometedores, con varios pozos positivos y el descubrimiento de un megacampo: Mayaya, en el norte de La Paz.
“Este hallazgo representa una oportunidad crucial para reactivar la producción de gas y petróleo, lo que permitiría al país retomar su posición como exportador en la región y disminuir la dependencia de importaciones costosas”, destacó.
Remarcó que, asimismo, la apuesta por los biocombustibles se presenta como una estrategia clave. El Gobierno construye tres plantas de biodiésel, con las cuales se busca reducir drásticamente la importación de combustibles fósiles.
“La transición hacia una producción de energía más limpia no solo aliviará la presión sobre las reservas de dólares, sino que también contribuirá a una matriz energética más sostenible”, afirmó Moreira.
Enfatizó que otro pilar de esta estrategia es la industrialización, con el objetivo de sustituir importaciones. Bolivia, con su riqueza en recursos naturales y su capacidad productiva, tiene el potencial de producir localmente una gran variedad de productos que actualmente se adquieren en el extranjero.
Esta sustitución no solo reduciría el déficit comercial, sino que también fomentaría la creación de empleos y dinamizaría la economía interna.
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