En unos asuntos, personas vinculadas al Movimiento al Socialismo (MAS) aseguran que ocurren “por primera vez” y se equivocan pues suelen desconocer los procesos históricos bolivianos. En otros temas, los datos de la realidad les dan la razón.
Un ejemplo de esto último es la ubicación de Bolivia y de su Presidente Evo Morales en el último sexenio. Es posible asegurar que ningún otro mandatario de esta nación sudamericana logró tanto apoyo internacional y causó tanto asombro abriendo un cauce que parecía colocar al país en el sistema mundial. Parecía que podría repetirse la historia de pequeños territorios que consiguieron importantes impactos internacionales como Etiopía y su vanguardia anticolonialista al inicio del Siglo XX o Panamá luchando por recuperar soberanía en el canal interoceánico en los años setenta; Omar Torrijos consiguió movilizar fuerzas de apoyo en todos los principales foros internacionales.
La historia de la Cancillería boliviana no es un recuento de resultados positivos y tenía una oportunidad de aprovechar el camino abierto por Evo Morales. Sin embargo, no sólo se perdió aquel chance sino que podemos decir sin equivocarnos que éste es uno de los peores momentos de las relaciones externas bolivianas.
A pesar de esa historia de notas bajas, el Ministerio de Relaciones Exteriores, logró en los años 90, dentro de las reformas institucionales y la modernidad del Estado, levantar una entidad profesional y creíble, que llevaba la batuta en cumbres presidenciales. Funcionaba una academia acorde al Siglo XXI y decenas de jóvenes bolivianos- sin necesidad de avales políticos- se formaron en la teoría y la práctica de la diplomacia entre los pueblos y las nuevas ideas sobre lo que son las fronteras y los mecanismos de integración.
¿Cuántos funcionarios de carrera fueron echados? ¿Cuántos embajadores han renunciado o han sido renunciados, incluso hombres y mujeres con un pasado de lucha social? ¿Por qué ex ministros cuestionados terminan a cargo de embajadas? ¿Cuántos hijos a hijas de masistas están en cargos diplomáticos en los países del norte, con qué méritos?
La lista de bochornos es larga y la sombra de corrupción sobre el representante del MAS ante Italia es sólo el caso más escandaloso. Es triste escuchar a los bolivianos que no tienen respaldo de sus embajadas en Argentina o en España. Los buenos embajadores fueron la excepción y los últimos ya firman como “ex”.
Bolivia no tiene relaciones fortalecidas con ninguno de sus vecinos, más bien éstos están susceptibles como Paraguay o Chile. Hace rato que no hay visitas de presidentes, ni siquiera el Aló de Hugo Chávez. Bolivia votó contra su tradición, como Iván Canelas en Siria, complicándose con la violación de Derechos Humanos.
Ahora llega la reunión de la Organización de Estados Americanos con su antesala: David Choquehuanca les invitará papalisa para que la pasen cual copleros satisfechos. ¿Les contará sobre las piedras, sobre la quema de libros y otras ideas primitivas?
Después del 52, Bolivia influyó en todo el sistema de Naciones Unidas y ayudó al proceso descolonizador en África y en Asia. En vez, el llamado proceso de Cambio aisló a Bolivia, cuando pudo ser la estrella más brillante de las naciones multiculturales.
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