Estados Unidos ha terminado de confirmar que América Latina y el Caribe ya no es la misma. Una ola de rebeldía y perspectiva emancipadora recorre por todas sus venas. La iniciativa la tienen los países miembros del ALBA, que marcan el ritmo de los eventos internacionales, aun de los estados conducidos por gobiernos de derecha que también demandan mayor autonomía ante el imperio más poderoso que se haya conocido jamás.
Los Estados Unidos, que ha coadyuvado a bajarle el perfil a la asamblea de la OEA al mandar a una funcionaria de poca jerarquía y con eso poner en entredicho a su criatura, tuvo que escuchar, con distintos tonos, el surgimiento de un vigoroso Latinoamericanismo que se niega a seguir reproduciendo el carácter y los dispositivos del sistema de dominación interamericano, impulsado en 1899 en Nueva York y creado oficialmente en Colombia en 1948. Bajo la batuta de los presidentes Evo Morales y Rafael Correa, la OEA fue conminada a refundarse o desaparecer.
Lo que sucedió en Cochabamba fue extraordinario. Pero el éxito hubiese sido mayor si los representantes del hemisferio (menos Cuba que no volverá a la OEA), hubiesen emitido alguna resolución de apoyo a la causa independentista del pueblo de Puerto Rico, cuya condición colonial es inaceptable en pleno siglo XXI.
Puerto Rico no ha podido liberarse de las cadenas imperiales. En el siglo XIX, cuando las gestas independentistas se apoderaban de los países sometidos al colonialismo español, Estados Unidos impidió —en cumplimiento de la doctrina Monroe y el Destino Manifiesto— que Cuba y Puerto Rico conquistasen su emancipación. Es más, los sometió a su dominio. La primera nación se liberó recién en 1959 con el triunfo de los guerrilleros encabezados por Fidel, la segunda fue anexada a EE.UU. con el eufemismo de Estado Libre Asociado.
América Latina y el Caribe no pueden dejar sola a Puerto Rico. Así lo ha demandado René Pérez, el principal vocalista del famoso grupo musical puertorriqueño, Calle 13, en su entrevista con la presidente argentina, Cristina Fernández. “La descolonización de mi país no puede ser un tema olvidado”, ha señalado el cantante, quien también ha visitado al presidente uruguayo José Mujica por similar causa.
El destacado músico sostuvo, sin complejos de ninguna naturaleza, “Cuando (el presidente de Estados Unidos) Barack Obama habla, podrá representar a algún puertorriqueño, pero a mí no me representa”.
El pueblo boricua no ha cesado de luchar de todas las formas posibles por su independencia y Estados Unidos, a pesar que una resolución de la ONU aprobada en 1960 cuestiona la vigencia del colonialismo, no ha dado la más mínima señal de cambiar su posición respecto de Puerto Rico.
La causa del pueblo de Puerto Rico es la causa de todos. No habrá avance emancipador pleno en Nuestra América, si uno de sus pueblos todavía es víctima del poder imperial.
Deja un comentario