marzo 29, 2024

Universidad: colonialismo y consumo

por: Adriana Amparo Guzmán Arroyo

La universidad en Bolivia está más perdida que nunca. Si hablamos del proceso de cambio y de la historia del país, o tal vez gracias a sus autoridades docentes y a la falta de organización y despolitización de las y los estudiantes, la U hoy se presenta sin máscara, como instrumento de reproducción del sistema patriarcal capitalista colonialista neoliberal, donde la lucha de clases es solo un folleto empolvado de una biblioteca nadie visita ya.

Hace algunos días -en medio de los conflictos generados por los cooperativistas que exigían legalidad para poder transar nuestros recursos con las transnacionales, conflictos que terminaron con el asesinato del viceministro Rodolfo Illanes que fue a buscar diálogo y no a dinamitar a nadie-, justo llegó a Bolivia un profesor de la Universidad de Valparaíso Chile para dar conferencias sobre “mediación en conflictos”. El señor Ureta dijo en los medios que las negociaciones deberían ser hechas por las ONGs y no por los gobiernos y que la vida es importante “incluso de un político que no sea de mi agrado”. Irresponsabilidad y cinismo ¿Qué pueden decirnos desde Chile sobre la mediación en conflictos? Si el gobierno con el silencio cómplice de instituciones llamadas de derechos humanos perpetúan la persecución sistemática contra el pueblo mapuche incumpliendo constituciones y tratados internacionales. Qué puede enseñar sobre conflictos este señor, si la Machi Francisca Linconao sigue ilegalmente detenida y no le dan la opción ni siquiera de atención médica. Hay diferentes formas de dictadura y en Chile se ensaya una, la del cinismo democrático. En Chile se asedia al pueblo mapuche y se golpea a niñas, niños y jóvenes estudiantes en las calles, y no es casualidad que estén queriendo desde ahí venir a enseñarnos esas “estrategias de mediación” con el auspicio de la UMSA – Universidad Mayor de San Andrés.

Por supuesto que también está detrás el pensamiento colonial y colonizado de docentes y estudiantes que creen que todo lo bueno se produce afuera, igual si hablamos del conocimiento, y que hay que ir a escuchar calladita, pagar y consumir los pensamientos de quienes sí pueden producirlos. Así se realizan esas conferencias o como en estos días que se lleva a cabo el Primer congreso Internacional de las Facultades de Humanidades, Cs. de la Educación, Derecho y Cs. Políticas organizado por la UMSA con participación de 31 internacionalistas académicos con el objetivo de “adaptar” mejor a las universidades a la realidad, así dice la convocatoria al congreso. Sin un objetivo político referido al proceso de cambio, que hable, critique, aporte o deconstruya como dicen el vivir bien. Ahí la descolonización, la autonomía y peor la despatriarcalización son planteamientos ausentes, extraños o tal vez hasta feos. Han traído lo “nuevo” dice, lo que está de moda, y no saben que lo “nuevo” lo estamos creando aquí, en este territorio, con todas las críticas que puedan hacerse, y no en un afán académico ni de intelectualidad investigadora sino en una responsabilidad política con los sueños de construir un país y un mundo distinto.

Por si acaso, el primer congreso ni siquiera es en la UMSA como para que vayan a escuchar y ojalá debatir las y los universitarios, es en la zona sur y la entradita cuesta entre 300 dólares y 200 bolivianos, de acuerdo a la cara del comprador. Así anda la UMSA.

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