Por Esteban Ticona Alejo *-.
En la XXIII Feria Internacional del libro de La Paz, el 7 del presente, se presentó el libro del antropólogo belga-boliviano Vincent Nicolás Mita y mitayos en la villa de Potosí, siglos XVI-XVIII. Publicada por la Casa Nacional de Moneda dependiente de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia.
El libro contiene seis capítulos y un epílogo, sumamente esclarecedor en varios aspectos sobre la mita y los mitayos. Hay varios capítulos que me llaman la atención como la referida a la organización del trabajo del mitayo, la fundación de las parroquias de indios y la reconfiguración territorial de la ciudad de Potosí y es lo que quiero compartir con los interesados.
El autor parte del significado de la palabra Mit’a que quiere decir en quechua y en aymara turno de trabajo. Vincent Nicolás, sostiene que el trabajo de la mita ya existía en la época precolonial. Por lo tanto ya estaba una forma de trabajo minero; pero sólo la colonización con el “descubrimiento” del cerro rico la refuncionalizó para provecho de la corona española.
Lo más interesante del libro es darnos una mirada del día a día del trabajo del mitayo en el sistema colonial. Se sustenta que el trabajo de la mita se asemejó al del servicio militar obligatorio, pues era un trabajo obligatorio de carácter periódico y remunerado. Aunque esa paga era muy mísero. Hay preguntas muy interesantes que se desarrollan en la investigación de ¿cómo eran reclutados los mitayos? ¿Cómo viajaban a Potosí? ¿Qué hacían durante su semana de trabajo? Y ¿qué hacían durante su semana de descanso? En fin.
El viaje hacia Potosí era diferenciado dependiendo de los distintos lugares como Chucuito, Azángaro, Lampa, Canas, Canches y Tinta, que hoy pertenecen a Perú. Pero también de regiones bolivianas de hoy como Desaguadero, Paria, Chayanta, Cochabamba, Porco, Carangas, Pacajes, Sicasica, Umasuyos, Chichas…
Hasta ahora existen las ceremonias de despedida del mitayo, que se remonta al siglo XVIII. Un ejemplo es la citada por el antropólogo Tristán Platt para los ayllus del Norte de Potosí. Una vez arribado los mitayos a Potosí, Nicolás nos indica que los capitanes contaban con la asistencia de sus quipucamayoc que anotaban en sus quipus la cantidad de ausentes y presentes de los mitayos. Aquí nuestro investigador sólo nos da ese detalle tan importante de que aún los quipus servían para este fin en una época colonial, ¿Dónde están esos quipus?
Otro dato muy importante en la investigación de Vincent es cuando nos indica que entre los mitayos estaban los Uros de Paria, aparte de los aymara, quechua y uruquilla. Cierta historiografía etnohistórica siempre nos dice que los uros estaban exentos de ciertas obligaciones; pero en este caso no estuvieron exentos de la mita.
El jueves de mitayo era el día para los qhatus (aunque en esa época mal lo llamaban gato), es decir las ferias, donde se vendían los “metales robados”. Hoy se llaman jukus a los que hacen esta actividad y que entre los siglos XVI y XVIII eran permitidos en cierta manera.
Domingo de mitayo, era otro día muy importante para los mitayos mineros, que lo dedicaban a emborracharse y gastar el poco dinero que ganaban, como signo de frustración de su situación de mineros obligados.
Sobre la fundación de las parroquias de los indios. Por ejemplo, se cita a Nuestra señora de la concepción de Pacajes de Urqusuyu, a San Cristóbal de los Qaraqaras, a San Pedro de Canas del Cusco, a San Bárbara Collas de Omasuyo, a San Lorenzo de Carangas, por citar algunos. Lo más interesante es que hay predominancia de pueblos de los aymara y quechua y finalmente los pukina, aunque varios de estos pueblos hablan de dos a tres idiomas nativos. Es decir, el Potosí de los siglos XVI y XVIII era sumamente multicultural, si sumamos al español e incluso algo de latín. ¿En qué momento nos quedamos con la idea de que sólo se habla quechua en Potosí?
Sobre la reconfiguración territorial de Potosí. Sabemos que formaba parte del gran territorio de la nación Qaraqara; pero se reconfiguró con la colonización, porque los mitayos son dotados de terrenos alrededor del cerro, algunos caciques o autoridades originarias de la época compran tierras para sus ayllus y, también varios indios particulares compraron sus propias tierras.
Un caso emblemático es la presencia de los tres Machacas (Jesús, Santiago y San Andrés), que realizaron su mitanaje y se quedaron en Potosí y, hoy las tres machacas de Potosí, tienen actividades mineras y agropecuarias…
* Es aymara-boliviano. Dr. en Estudios Culturales Latinoamericanos y es Docente en la UMSA.
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