Por Ariel Basteiro *-.
Con la presencia de Dilma Rousseff, Cristina Fernández de Kirchner y Álvaro García Linera, junto a dirigentes políticos, luchadores de DDHH, estudiosos de las ciencia sociales más importantes de los cinco continentes, se llevó a cabo entre el 19 y 24 de noviembre en la ciudad de Buenos Aires, el primer foro mundial del pensamiento crítico organizado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) con la consigna “luche por la igualdad, la justicia social y la democracia en un mundo turbulento”.
Dilma Rousseff planteó que con la victoria de Jair Bolsonaro su país “entró en un camino muy trágico, que introduce el riesgo de salir de una democracia para entrar en la variante neoliberal de un ‘neofascismo’” y aseguró “que sufrió un golpe de estado con el objetivo de encuadrar nuevamente a Brasil en el neoliberalismo”, para desencadenar un proceso que instauró un régimen de excepción diferente al de las dictaduras militares hasta ahora conocidos.
“La extrema derecha estaba latente en la sociedad brasilera” y es la razón que derivó en el triunfo de Bolsonaro. También explicó que quizás no pudieron ver como se modificó la realidad en los barrios y ciudades de Brasil, comentando que la violencia e inseguridad han ganado terreno, pues de las 50 ciudades más inseguras del mundo, Brasil tiene 17. Eso es algo que el discurso de Bolsonaro se ocupó de aprovechar.
Más tarde le tocó el turno a Cristina Fernández de Kirchner. De su discurso se ha escrito y hablado mucho en los últimos días por definiciones que pueden parecer polémicas, si no se tiene en cuenta que esas fueron palabras de campaña, donde planteó la estrategia con vista al armado de un frente amplio social cívico y patriótico para derrotar a Macri. A lo largo de los 8 años de gobierno la expresidenta improvisó cientos de discursos y siempre se refirió a las derechas por su nombre y actitudes, aclarando bien de qué lado había que estar para defender a los trabajadores y el pueblo.
¿Cuáles fueron las frases que dejó la argentina? “el desendeudamiento nos permitió desarrollar políticas públicas sin tutelas ni órdenes”, “hoy la Argentina vuelve a tener el cepo estructural de una deuda externa sin precedentes”, “duplicamos el PBI. Hoy vamos a terminar con un decrecimiento de la economía del 3% del PBI”, “el neoliberalismo es una construcción política del capitalismo, como lo fue también el Estado de bienestar”, “se operó sobre la sociedad para romper los vínculos de solidaridad.
Así operó el neoliberalismo”, “la categoría de derechas e izquierdas es absolutamente perimida, sirve para dividir”, “debemos acuñar una nueva categoría de frente social, cívico, patriótico, en el cual se agrupen todos los sectores que son agredidos por las políticas del neoliberalismo, que no es de derecha ni de izquierda”, “hay que repensar nuevas arquitecturas institucionales que reflejen la nueva estructura de poder”.
La otra ponencia más esperada fue la del vicepresidente boliviano Álvaro García Linera, que cada vez que llega a la Argentina despierta un nivel de expectativas como ninguna otra figura del mundo intelectual y político. En un salón repleto desde muy temprano, acompañado por Monedero, analizó el título de la charla de su panel, sobre el futuro de la izquierda, y en verdad cautivó a toda la platea que con aplausos saludaron definiciones como: luchar, vencer, caerse, levantarse, luchar, vencer, caerse, levantarse eso es lo que debe hacer un revolucionario.
García Linera luego se adentró en analizar con “frialdad siberiana” el proceso político que llevamos adelante en Latinoamérica, para decir que ser de izquierda, progresista en América Latina es haber sacado a 72 millones de latinoamericanos de la pobreza y haber hecho participar a los movimientos sociales en las decisiones que se tomaron y el haber impulsado políticas de integración y de soberanía continental.
Dijo que “se formó una especie de una internacional progresista que permitió que América Latina pudiera preocuparse de sus problemas sin esperar que el gobierno norteamericano, ni el FMI, ni el Banco Mundial, ni la Unión Europea nos tuviera que decir lo que tenemos que hacer”, Y también resalto que el neoliberalismo hoy es zombi, pues no puede captar el entusiasmo colectivo de la sociedad.
Así paso este Foro, con cientos de disertantes intelectuales del mundo, y queda como reflexión la necesidad de llevar adelante actividades como estas, más frecuentemente, y preguntarse ¿por qué mientras somos gobiernos no se dan estos ámbitos de discusión y recién lo hacemos después de ellos, para analizar errores y como debemos evitarlos a futuro?
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