Por Soledad Buendía Herdoíza-.
Ayer México y Argentina, hoy Bolivia y Chile marcan el levantamiento de los pueblos de nuestra Patria Grande hacia nuevos y mejores días. El proceso chileno para el cambio constitucional reivindica la lucha del movimiento de mujeres por la paridad y la participación política.
La aprobación con el 78% de los votos marcará el inicio del proceso constituyente chileno que será inédito, la nueva carta magna será redactada por una Convención Constituyente cuyos 115 integrantes serán electos de manera directa por la ciudadanía el 11 de abril del 2021. Este es el resultado de las fuertes movilizaciones sociales de 2019, del levantamiento de la ciudadanía indignada, donde destacamos al movimiento feminista que radicalizó su protesta contra la violencia de género, generando un cuestionamiento profundo al sistema patriarcal y al Estado. La respuesta gubernamental fue una brutal represión que dejó muertos, heridos y miles de denuncias de violaciones a los Derechos Humanos, incluyendo desnudos forzados, abuso sexual, violación, torturas, tratos crueles, inhumanos y degradantes.
De acuerdo a la ley aprobada por el Congreso chileno, la Convención Constituyente será paritaria entre hombres y mujeres. Un logro de forma y de fondo, profundamente simbólico. Si un distrito tiene número impar de escaños, la diferencia de representantes entre ambos géneros no podrá ser mayor a uno. Incluye también 18 escaños para representantes de los pueblos aymaras, atacameños, coyas, diaguitas, mapuche, quechuas, rapa nui, kawéskar y yaganes como un reconocimiento histórico a los pueblos indígenas.
La nueva Constitución desechará la dejada por el régimen de Pinochet, marca un antes y un después para la democracia chilena, abriendo un nuevo capítulo en la historia, y deberá ser ratificada en plebiscito por el pueblo, cuya participación será obligatoria.
El nuevo camino democrático que inicia Chile es un gran reto y una gran oportunidad para la construcción de una sociedad más justa, equitativa, igualitaria, inclusiva y libre de violencia.
Los ecuatorianos hacemos votos para que este nuevo recorrido democrático encienda la llama del progresismo que recorrerá toda la región.
* Asambleísta por la Provincia de Pichincha de la Asamblea Nacional del Ecuador
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