América Latina enfrentará una «década de pérdidas» en cuanto a crecimiento económico y desarrollo, según estimó la Organización de las Naciones Unidas en su más reciente Informe Económico Mundial: Situación y Perspectivas.
El organismo proyecta una recuperación del 3,8 % en 2021 y 2,6 % en 2022, aunque el pronóstico está «plagado de incertidumbres acerca de la evolución de la pandemia, la introducción de las vacunas y el impacto de las medidas de las políticas económicas», indica el comunicado de prensa.
A nivel mundial, en tanto, la economía crecerá 4,7 % este año; una humilde recuperación que apenas compensará las pérdidas del 2020, cuando se desplomó 4,3 % como consecuencia de la crisis sanitaria.
Una recuperación «lenta y dolorosa»
El informe sostiene que el impacto de la pandemia será «tangible durante muchos años, a menos que se lleven a cabo inversiones estratégicas en los ámbitos de la economía, la sociedad y la resiliencia climática», con el propósito de alcanzar «una recuperación sostenible y resistente de la economía mundial».
«La profundidad y gravedad de esta crisis sin precedentes anuncia una recuperación lenta y dolorosa», dijo al respecto el economista jefe de las Naciones Unidas, Elliott Harris.
Harris advierte que, a medida que los países avanzan con una larga fase de recuperación con el lanzamiento de las vacunas, se deben «promover inversiones a largo plazo», acompañadas por políticas fiscales «que eviten la austeridad prematura».
La ONU resalta que la crisis del nuevo coronavirus no solo ha dejado más de dos millones de muertes, sino que también ha forzado a muchas familias a la pobreza, incrementado la desigualdad, interrumpido el comercio mundial y paralizado la economía a escala global, por lo que considera que se requiere «una respuesta extraordinaria».
Una contracción «histórica» de la economía
En relación a América Latina y el Caribe, Naciones Unidas destaca que la pandemia devastó algunos de sus países, lo que implicó un alto costo humano y provocó «una contracción económica de proporciones históricas».
En ese sentido, el análisis remarca que la región ha padecido una caída del 8 % del Producto Interno Bruto (PIB) en 2020, debido especialmente a «las cuarentenas nacionales prolongadas, el debilitamiento de las exportaciones de mercancías y el colapso del turismo», acciones que «socavaron las actividades económicas».
Sin embargo, sostiene la ONU que las consecuencias han sido dispares en cada nación. En efecto, el organismo cita los casos de Haití, Paraguay y Uruguay, que «han sido capaces de contener la propagación del virus y de limitar el daño económico».
Como contracara, el análisis señala los casos de Argentina, Perú y Panamá, así como las economías dependientes del turismo del Caribe, que «se han visto fuertemente afectadas, con recesiones del PIB de hasta dos cifras».
No obstante, algunos países de América del Sur y América Central se han visto beneficiados por el ingreso de remesas, que han traído los repuntes «más rápidos de lo esperado en los precios de las materias primas», bajo el impulso de una «fuerte actividad industrial en China».
Por otra parte, la organización internacional con sede en Nueva York, EE.UU., destaca las labores de los gobierno de Brasil, Chile y Perú, que «introdujeron los paquetes de estímulo más grandes de la región, que ascienden a un estimado del 10 al 15 % del PIB».
En ese marco de incertidumbre, y con una caída del 13 % en la inversión en 2020, «parece poco probable una recuperación rápida en medio de incertidumbres significativas y persistentes», dice la ONU. Y concluye: «La amenaza de otra década perdida, tanto en términos de crecimiento económico como de progreso del desarrollo, se cierne sobre América Latina y el Caribe».
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