Por Hugo Cabieses Cubas *-.
En medio de la continuada tragedia pandémica, con más de 200 muertos diarios, 184 mil fallecidos por Covid-19 desde marzo del 2020 y una profunda crisis económica que ha lanzado al desempleo a 2.3 millones de trabajadores y postrado en la pobreza a tres millones de personas, adicionales a las que ya existían en el 2019, el 6 de junio se realizó la segunda vuelta electoral. Con 8.8 millones de votos venció el maestro, agricultor, rondero y sindicalista provinciano Pedro Castillo, nacido hace 51 años en el poblado de Puña, distrito de Tacabamba, en la provincia de Chota de la región Cajamarca, en el norte andino de nuestro país, Perú.
Con ojotas, sombrero, millones de lápices y votos, el profesor Castillo se apresta a vengar el asesinato de Atahualpa por los españoles en la Plaza de Cajamarca, sucedido el 23 de julio de 1533, así como reivindicar a los millones de asesinatos que vinieron después, incluyendo los producidos en las luchas de los agricultores y ronderos contra la minería extractivista en esa región y en otras partes del Perú.
Conteo de votos a paso de tortuga
Al 100% de las actas procesadas hasta las 18:20 horas del jueves 10 de junio, la diferencia de votos con la representante de la mafia, Keiko Fujimori, es de 76 mil 758 votos. Castillo de Perú Libre ganó las elecciones con el 50.2% (ocho millones 807 mil 249 votos) contra el 49.8% (ocho millones 740 mil 491 votos) que obtuvo su contrincante. El país ha terminado dividido en dos, pero esta representante de la organización criminal Fuerza Popular, no se resigna a perder y busca cómo patear el tablero declarando que existen indicios de “fraude en mesa”. Por ello, el Jurando Nacional de Elecciones (JNE) aún no declara Presidente Electo a Pedro Castillo [1].
La “señora K”, luego de una de las campañas electorales más sucias de nuestra historia, con todos los medios de comunicación contra Perú Libre, terrorismo financiero y “terruqueo” contra el profesor, sus colaboradores y militantes, ha convocado a un ramillete de abogados ricachones de Lima, que andan en Audis y usan terno, pagándoles más de medio millón de dólares, para que revisen las actas impugnadas, que no llegan a mil 300.
Esto tomará unos días al JNE para que el profe pase de ser “virtual presidente electo” a Presidente de la República elegido. Sin embargo, por más que el fujimorismo patalee, ya está claro que Castillo asumirá el 28 de julio en representación de los sectores rurales y urbanos empobrecidos por el “modelo” neoliberal capitalista-extractivista, desplazando a los representantes de los poderes fácticos y mafiosos que nos han gobernado en los últimos 35 años.
País convulsionado y polarizado
Lo real e incuestionable es que el 6 de junio se consumó el triunfo de las ojotas –también conocidas como llanques– y el sombrero típico de Cajamarca con un lápiz como símbolo, contra los táperes que el fuji-montesinismo repartió con dinero y arroz en las campañas electorales, entre los empobrecidos urbanos y de los Audis de los poderosos. Los poderosos de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep), la Sociedad Nacional de Minería Petróleo y Energía (Snmpe), la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP), que agrupan a los sectores de empresarios privados más conservadores y profujimoristas. Ello en un país con múltiples incendios sociales, como fuera representado en diciembre del 2020 por el genial caricaturista Carlos Tovar “Carlín”, como se muestra a continuación (ver caricatura).
Se trata de la confrontación de un “modelo” ideológico, económico, social y político hasta ahora inamovible y en piloto automático, representado por la Constitución mafiosa de 1993. Modelo ideológico que, durante 30 años, nos han querido vender con la idea TINA (There Is No Alternative – no hay alternativa), que la exprimera ministra de Inglaterra, Margaret Thatcher, acuñara a principios de los años 80 del siglo pasado.
¿Qué pasará ahora?
Una vez que el profesor Castillo sea declarado Presidente, consolide su elección con la movilización de la población para derrotar definitivamente a la mafia fujimorista, institucionalmente, deberá dar los siguientes pasos:
Primero, designar a los profesionales encargados de recibir las instituciones del Estado con el nombramiento de los mejores cuadros políticos y técnicos para integrar las Comisiones de Transferencia, tarea que no es nada fácil.
Segundo, elegir en el Congreso de la República a los integrantes de la Mesa Directiva y de las comisiones en las que estará cada fuerza política. En la primera vuelta del 11 de abril se eligió un Congreso disperso en 10 bancadas y el profesor Castillo no tiene mayoría absoluta. Perú Libre eligió 37 congresistas y su aliado Juntos por el Perú tiene cinco, para un total de 41 congresistas. Probablemente como producto de negociaciones muy complicadas podría llegar a 46 o 47 congresistas para un total de 130. Las fuerzas de derecha tienen la diferencia y, probablemente, querrán elegir al candidato más votado y de mayor edad, que es el conservador y profujimorista y almirante retirado Jorge Montoya de Avanza País, la franquicia con la que postuló Hernando de Soto. Es decir, el profesor Castillo no tendrá mayoría en el Congreso y tampoco la presidencia de este poder del Estado. Lo más probable es que el Congreso bloqueará todas las iniciativas legislativas que proponga el Ejecutivo, incluyendo la convocatoria para una Asamblea Constituyente.
Tercero, el profesor Castillo deberá designar al Presidente o Presidenta del Consejo de Ministros, con quien discutirá los ministros a ser nombrados para su primer gabinete. Como no tiene mayoría en el Congreso, le conviene designar un gabinete político-técnico plural y no solo de Perú Libre y su aliado Juntos por el Perú. Esta es una filigrana muy difícil de construir y conciliar en un país que está altamente polarizado y con la mitad de los votantes que optaron, aterrorizados por la mafia fujimorista y sus medios de comunicación, por continuar el modelo neoliberal mafioso de gestión.
Cuarto, el presidente Castillo deberá preparar su Mensaje a la Nación del 28 de julio, aprovechando para presentar varias iniciativas legislativas, eventualmente la del referéndum para convocar a una Asamblea Constituyente –que los mafiosos han sostenido que no es posible, lo que no es verdad– y otras iniciativas para los primeros 100 días de gestión, principalmente en los temas sanitarios, de reactivación económica y de seguridad ciudadana.
Quinto, una vez instalado el nuevo Gobierno, los diferentes sectores del Estado deberán enviar insumos al Presidente o Presidenta del Consejo de Ministros para que, en un plazo no mayor de 30 días, se presente en el Congreso para solicitar la confianza para el gabinete. Esta batalla será enormemente difícil y tratará de ser boicoteada por las fuerzas del fujimorismo y sus aliados. Para ello tienen mayoría y, al quitarle la confianza al gabinete, este tendría que renunciar.
Punto de inflexión
Estamos pues en un punto de inflexión dramático, con muchas esperanzas fundadas, en las que tenemos que confrontar las siguientes seis plagas y no solo una; plagas que esperamos puedan comenzar a tratarse con liderazgo, convicción, equipo y ética democrática con el profesor Pedro Castillo a la cabeza:
- El corona virus del Covid-19, sus diversas cepas y secuelas que nos enferman y matan desde marzo del 2020, que no se le ha enfrentado con una política sanitaria coherente, con criterio, lógica, sentido común, transparencia y equidad;
- El neoliberalismo extractivista salvaje, con sus impactos ideológicos, sociales, ambientales, económicos, laborales, culturales y sobre la vida de las personas, de manera asimétrica, especialmente sobre las más pobres;
- El cambio climático, con sus secuelas ambientales sobre el agua, los mares, los bosques, la biodiversidad, la agricultura, la Amazonía, las industrias, la multiculturalidad y las gentes de nuestro país, tema descuidado por los diferentes gobiernos;
- El crimen organizado y su persistencia en sus diversas formas, no solo drogas, directamente asociados a la corrupción pública y privada, que impacta sobre la seguridad y ética de las personas, las familias y el país, frente al cual no se ha respondido con políticas públicas preventivas, proactivas, comunitarias, sociales y de inteligencia, sino casi exclusivamente a través de medidas penal-represivas y policial-militares;
- La crisis de Estado, no solo política o de régimen, en la que nos encontramos al menos desde finales de 2017, con el persistente proceso de destrucción institucional de lo público, frente al que la única salida en el corto-mediano plazo es marchar hacia un nuevo pacto social constitucional, construido desde abajo y adentro.
- La ausencia de una política exterior que sea soberana y no adscrita a los dictados de Washington –con Trump antes y ahora con Biden–, como ha sido la creación del Grupo de Lima contra Venezuela, el apoyo irrestricto a los desatinos de la Organización de Estados Americanos (OEA) frente a ese país, Bolivia y Brasil, la no defensa del Acuerdo de Escazú, la inhibición frente a los Derechos del Mar, el no pronunciamiento respecto al contagio de la cepa brasileña de Bolsonaro, la inoperancia frente a la adquisición de vacunas y el “vacunagate”, la desastrosa política de fronteras, entre otras.
Para cambiar el modelo económico y otros aspectos, el profesor Castillo y la mayoría del pueblo del Perú plantea formular una nueva Constitución Política, que dote al Estado de un activo rol empresarial y regulador del mercado, cambio del modelo económico conocido como Economía Social de Mercado, como está en la Constitución fujimorista de 1993, por otro denominado Economía Popular con Mercados.
El Perú del pueblo de las ojotas y el sombrero, de los indígenas de la sierra y la Amazonía, de los agricultores y ronderos, de los pobladores de los cerros en las ciudades, movilizados organizadamente, ya no será –como señalaba hace 80 años don Jorge Basadre– una charca, un páramo y una enorme fogata, sino una posibilidad de Buen Vivir, tal como sucedió en Bolivia con el Movimiento Al Socialismo (MAS), en Brasil con el Partido de los Trabajadores (PT), en Uruguay con el Frente Amplio (FA), en Ecuador con la Revolución ciudadana, en Venezuela con el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) de Chávez, en México con Morena, etcétera.
- Economista, exviceministro del Ambiente (2011), exasesor parlamentario (2016-2019) y militante socialista del Perú.
1 Al día de hoy, 13 de junio de 2021, Castillo ha sido reconocido por autoridades nacionales e internacionales.
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