
Por Miguel Ángel Marañón Urquidi *-.
La microeconomía es el estudio y análisis del comportamiento y decisiones de los agentes económicos (empresas, hogares e individuos) y su interacción con los mercados; el comportamiento de estos respecto al paro cívico trae consigo decisiones muchas veces dramáticas, para “amortiguar” los embates de tal medida cívica.
En toda economía se tiene a los productores de bienes y servicios y consumidores, por tanto cuando los dirigentes del paro indican que fue “todo un éxito” debemos suponer que las fábricas dejaron de producir, las oficinas de servicios como las gobernaciones y municipios también, y la pregunta surge: ¿Los empleados recibirán su sueldo completo o se les descontará por los días no trabajados? En el aspecto privado, si deciden pagar, las empresas acarrearán un alto costo financiero al erogar sueldos y no recibir recursos; de negarse a pagar los trabajadores sufrirán un desajuste presupuestario porque no tendrán cómo cubrir sus gastos por los días no trabajados y, lo peor, no podrán acudir al Ministerio de Trabajo porque, de hacerlo, seguro quedarán sin fuentes de trabajo.
Asimismo, existen trabajadores por cuenta propia como ser los transportistas, albañiles, técnicos, comerciantes y otros oficios, o sea, los que viven del día a día. Este sector es el que más desajustes financieros sufrirá ya que sus costos básicos y esenciales (vivienda, alimentación, agua, luz gas y otros) deberán ser cubiertos por sus ahorros (en el mejor de los casos), con acceso a créditos o entrar en mora; cualquiera de estos generará un desajuste financiero que tardará en recuperar.
Cuando los organizadores establecen días y horas para que la población se “reabastezca” de alimentos, la pregunta es: ¿Podrá reabastecerse un albañil, un chofer, un técnico de celulares, que no generaron ingresos por apoyar el paro? La respuesta seguramente será que habrá “ollas comunes”, sin embargo, eso no podrá cubrir el pago de alquiler, luz, agua y otros servicios.
También estos dirigentes dicen que el sacrificio que hace el “pueblo hoy” es para que en un futuro no pierdan sus bienes, y nuevamente: ¿Los que viven el día a día no perderán en el presente su casa o su taxi y otros bienes que sacaron a crédito? Porque es evidente que las entidades financieras no perdonan la mora y tienen el sustento legal de la expropiación (quitarles su garantía).
No es lo mismo acatar el paro teniendo un ingreso mensual fijo, que incluso traerá un aguinaldo y no sufrirán ningún desajuste financiero, que hacerlo cuando se priva a la mayoría de los agentes económicos de generar recursos, lo cual evitará el cumplimiento de gran parte de sus obligaciones. Cabe recordarles que los hombres “no viven solo de pan”, que existen otras obligaciones que afectan sobre todo a los más desposeídos. Ojalá que estos trabajadores que viven del día a día se recuperen financieramente y logren cubrir sus necesidades básicas y, si es posible, puedan comprar un juguetito destinado a sus niños.
- Economista.
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