Por Eduardo Paz Rada * -.
Los intentos de desestabilizar al gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS), presidido por Luis Arce y David Choquehuanca, por parte de los comités cívicos de Potosí y Santa Cruz, algunos medios de comunicación empresariales, la jerarquía de la Iglesia católica y los partidos conservadores Creemos de Luis Fernando Camacho y Comunidad Ciudadana (CC) de Carlos Mesa, han quedado muy debilitados ante la masiva concentración popular realizada el 29 de noviembre, que rechazó los aprestos de golpe de Estado, demandó justicia para las víctimas de las masacres de Senkata y Sacaba, respaldó la defensa de la democracia y planteó profundizar el proceso revolucionario.
La consigna ¡Viva la patria! retumbó en toda Bolivia con la marcha histórica de siete días que se inició con 50 mil manifestantes en Caracollo (Oruro) el 23 de noviembre y terminó con más de un millón en el centro de La Paz el 29 de noviembre.
La manifestación fue convocada por Evo Morales, líder del MAS y expresidente del Estado, junto a los sindicatos de la Central Obrera Boliviana (COB), las fuerzas sociales urbano-populares y las organizaciones del Pacto de Unidad (PU) constituido por los campesinos, las mujeres bartolinas, los interculturales y los indígenas del Oriente y Occidente de Bolivia, convertidos en el movimiento patriótico nacional-popular, con el objetivo de defender al gobierno de Arce y Choquehuanca, quienes ganaron las elecciones en 2020 con el 55% de votos.
Durante el recorrido de 180 km la “Marcha por la patria” pasó por Panduro, Ayo Ayo, Patacamaya, Calamarca, Achica Grande y la ciudad de El Alto, lugares donde se realizaron manifestaciones político-culturales de respaldo de la población a la acción nacional-popular y se sumaron marchistas. A la marcha principal se sumaron en el acto central en la Plaza San Francisco otras dos marchas provenientes de las regiones del oriente y norte de la ciudad de La Paz.
Los oradores del acto central, dirigentes de los sectores populares organizadores de la marcha, coincidieron en defender la soberanía y dignidad de Bolivia, en denunciar los intentos de golpe de Estado de parte de los sectores de la oligarquía del Oriente que buscan el separatismo y la división con posiciones racistas, en demandar que la justicia sancione a los golpistas y autores de las masacres y las persecuciones políticas durante el gobierno de facto y en reafirmar la unidad de todo el pueblo en torno al Gobierno y al MAS.
El presidente Arce manifestó que su gobierno “es el gobierno del pueblo y para el pueblo” y es este el que exige respeto a la democracia a quienes nunca han ganado elecciones, y añadió que “nunca más se producirán golpes de Estado ante la unidad demostrada por el pueblo boliviano”. Destacó que desde 2006, a la cabeza de Morales, se ha ido construyendo un nuevo país, desarrollando la economía, creciendo a los niveles más altos en la Región y redistribuyendo la riqueza a las mayorías del país.
Por su parte, Evo Morales afirmó en su discurso que cuando la patria está en riesgo el pueblo se moviliza frente a los antipatria que buscan que Bolivia se hunda y por eso la movilización defiende la democracia, la recuperación económica y su proyecto de la revolución democrática y cultural. Destacó que la patria y el pueblo boliviano se enfrentan a la dominación del Imperio que busca saquear nuestros recursos naturales, coincidiendo con Arce, quien dijo: “No nos vendemos al capital transnacional porque defendemos la patria”.
* Sociólogo y docente de la UMSA.
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