Por Wilmer Alavi Argandoña (Analista financiero)-.
Estas semanas se ha hablado mucho sobre el Índice de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI), comúnmente conocido como “riesgo país”, que es calculado por J. P. Morgan Chase. A finales de septiembre el riesgo país de Bolivia se situaba por mil 463 puntos base.
El riesgo país es una medida de la percepción del riesgo de un país por parte de los tenedores de bonos. Se calcula como la diferencia entre la tasa de interés que paga un bono emitido por un país determinado y la tasa de interés que paga un bono emitido por un país considerado como libre de riesgo, normalmente de los Estados Unidos, ya que su deuda es considerada como la más segura del mundo.
Hay quienes se refieren equivocadamente al riesgo país como si fuera un predictor de crisis económica, social, ambiental, etcétera, utilizándolo en tantos ámbitos como pueden. Empero, el uso de este indicador es otro: se refiere a la percepción sobre el cumplimiento de obligaciones financieras y no a la estabilidad general de un país ni mucho menos a la estabilidad económica.
Por ejemplo, Brasil se ha mantenido como uno de los países de la Región con menor riesgo país, pero es uno de los más sobreendeudados dado que en los últimos tres años ha superado el 95% respecto a su Producto Interno Bruto (PIB). Otro ejemplo, Chile en 2022 registró su inflación más alta de los últimos 30 años y fue la cuarta más elevada de Latinoamérica, pero mantiene un bajo riesgo país.
Entonces, ¿por qué ha incrementado el riesgo país de Bolivia? Principalmente por factores externos e internos. El primero tiene que ver con el aumento de tipos de interés de los Estados Unidos y el segundo por la incertidumbre política interna. Con relación a los tipos de interés, la Reserva Federal de los Estados Unidos, en su intento de controlar la inflación, ha aumentado los tipos de interés; esto reconfigura los portafolios de inversión de los tenedores de bonos o inversores, quienes ahora van tras inversiones seguras como el oro o los bonos del Tesoro de Estados Unidos, lo que conlleva una disminución de la demanda de los bonos de otros países y desemboca en tasas de interés más altas para los bonos de países emergentes como Bolivia.
Por otro lado, la incertidumbre política se considera un factor de riesgo dado que genera retrasos en la promulgación de leyes necesarias para mantener una estabilidad económica y social en los países. Solo mencionar como ejemplo el retraso de dos años en la promulgación de la Ley de Fortalecimiento de las Reservas Internacionales, también la demora en el tratamiento de la Modificación al Presupuesto General del Estado (PGE) 2023 y muy probablemente lo mismo ocurrirá con el Presupuesto del 2024. Esto ha llevado a que los tenedores de los bonos lo consideren un riesgo y exijan mayores rendimientos por los bonos bolivianos, lo que conduce a un mayor riesgo país.
De estas dos razones, la primera, los tipos de interés de los Estados Unidos, no es una variable que Bolivia pueda controlar. En cambio, la segunda, la inestabilidad política, se puede controlar, pero está en manos de nuestros legisladores, quienes más allá de sus posiciones personales pueden evitar obstaculizar normas que vayan en beneficio de la población y así reducir la percepción de inestabilidad de los tenedores de bonos.
El aumento del riesgo país de Bolivia es un fenómeno complejo que se debe a diversos factores, como los tipos de interés de los Estados Unidos, la inestabilidad política interna, entre otros factores que están generando una desaceleración en la economía mundial como la guerra en Ucrania, Israel y las constantes tensiones geopolíticas globales.
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