febrero 17, 2025

Los resultados del Censo: nuevo caballo de batalla de la oposición

Por Diego Portal -.


A nadie sorprende que, desde unos cuantos sectores de la política nacional, autoridades subnacionales y dirigentes de distintas organizaciones coincidan en sugerir posiciones de rechazo a los resultados del Censo Nacional de Población y Vivienda del pasado mes de marzo, el que desde su génesis fue duramente observado por estos mismos actores que hoy ponen en tela de juicio los datos hechos públicos el último jueves.

Cabe recordar que el Censo debió llevarse a cabo en 2022, para cumplir los 10 años previstos de espacio entre cada consulta en tanto la última databa de 2012. Sin embargo, problemas generados con el golpe de Estado de 2019 y la pandemia del Covid-19 impidieron que este pudiera cumplirse en la fecha prevista. El Gobierno puso en marcha un plan efectivo para lograr, en el menor plazo posible, ejecutar la encuesta. Particularmente, el departamento de Santa Cruz a la cabeza de su Gobernación, entonces todavía a cargo de Luis Fernando Camacho, la Universidad y otros sectores empresariales desarrollaron una serie de acciones que aprovecharon la postergación del Censo para prolongar su estrategia de desestabilización del gobierno constitucional presidido por Luis Arce.

Los cabildos, los paros y demás movilizaciones que se desataron en Santa Cruz, entre octubre y noviembre de 2022, y que fueron respaldados festivamente por dirigentes políticos como Carlos Mesa o Jorge Quiroga, que exigían la realización del Censo en 2023, generaron un clima de incertidumbre y malestar, pero fundamentalmente ocasionaron un gran perjuicio a la economía nacional, el cual justamente hoy se hace sentir aunque ya nadie quiere reconocer ni recordar tal daño ocasionado con sus acciones desestabilizadoras. Finalmente, ante la realidad y la imposibilidad material de llevar adelante el Censo en las fechas que ellos exigían, tuvieron que aceptar la propuesta del Gobierno de realizarlo en marzo de 2024. Pero desde ese mismo instante descalificaron los resultados que pudiera arrojar.

Por eso procedieron, particularmente las organizaciones cruceñas, a llevar adelante sus propias mediciones de población con la finalidad de “garantizar” que los resultados del Censo no les “roben” población, ante la certeza no confirmada ni basada en datos reales, sino solo en percepciones de que ese departamento y la ciudad habrían tenido en los últimos 12 años un crecimiento mayor a cualquiera de los otros departamentos.

Todo ello indicaba que para muchos de estos sectores los resultados técnicos del Censo no tendrían mayor valor y serían rechazados sin importar la ausencia de elementos que lo justifiquen, si estos no eran los que ellos, en base a sus percepciones, habían adelantado. Entre tanto, la oposición cabalgó otros caballos de batalla como el desabastecimiento de carburantes –adecuadamente manejado con un gran apoyo mediático– o una inexistente inflación y crisis económica que germinó en sus mentes y fue trasladada al sentimiento ciudadano a través de los medios corporativos que trabajan a favor de estos sectores, acompañada, lamentablemente, por una inadecuada y poco eficaz comunicación gubernamental.

¿Qué es un censo?

Vayamos por parte para ir comprendiendo mejor el tema, pues bastante se ha especulado y hablado acerca del Censo, cuando mucha gente solo ha alcanzado a tener una idea precaria de lo que consiste y qué importancia tiene para el país más allá de la lucha política que ha sido la que ha tratado de apropiarse del asunto.

La palabra “censo” proviene del latín census (“recuento” o “estimación”), que era el término dado en la Antigua Roma a un estudio del número de ciudadanos (o sea, varones romanos libres), sus lugares de residencia, bienes e ingresos, a fin de poder determinar los impuestos que debían pagar, las obligaciones militares que debían cubrir, entre otras prestaciones. El magistrado encargado de llevar a cabo esta tarea cada cinco años era conocido como censor.

En la actualidad, un censo es una técnica estadística que permite conocer el total de elementos que integran un grupo de interés: puede tratarse de individuos en un país, animales en un rebaño o de otros tipos de elementos. También se le llama censo al resultado obtenido de esta manera, es decir, a la información levantada mediante el acto de censar. Por ejemplo, se suele hablar de “censo electoral” o “padrón electoral” para referirse a la lista de votantes inscritos en un país en un momento determinado.

Los censos son un instrumento para recabar información pertinente sobre el estado de los individuos del grupo estudiado. Por ejemplo, si se trata de un censo poblacional, la idea normalmente es saber cuántos individuos tiene un país, en qué condiciones viven, de dónde provienen, entre otros datos de interés que luego servirán para diseñar las políticas públicas necesarias. Así, es posible determinar cuáles son los problemas prioritarios y en qué porcentaje aquejan a la población, y comparar con mediciones anteriores. Se trata, pues, de una herramienta de retroalimentación para la conducción del país. Este recuento se hace para obtener información estadística relevante y abarca siempre un período determinado que varía según cada caso. Por ejemplo, el censo en Bolivia debiera realizarse cada diez años.

Con el creciente desarrollo de Internet algunos países comenzaron a hacer los censos de forma digital. En la mayoría de los casos los ciudadanos responden la encuesta o una serie de preguntas en la página web oficial del censo. Por ejemplo, en el censo de los Estados Unidos en 2020 los individuos podían contestar el cuestionario desde el sitio web, por teléfono o enviar sus respuestas por correo postal.

La población de Bolivia en 2024

11 millones 312 mil 620 personas habitan Bolivia en 2024. Esa es la cifra anunciada hace unos días preliminarmente pero de modo oficial por el Instituto Nacional de Estadística (INE) como resultado del Censo Nacional de Población y Vivienda de marzo.

En los últimos 12 años Bolivia incrementó su población en un millón 252 mil 764 personas.

En 1950, según el primer censo realizado de forma sistemática en el país, la población alcanzaba a dos millones 700 mil personas. En 2001 el registro poblacional llegó a ocho millones 274 mil 325 y en 2012 se determinó la existencia de 10 millones 59 mil 856 pobladores.

De acuerdo con los resultados del proceso censal actual, Santa Cruz es el departamento más poblado con tres millones 115 mil 386 habitantes; le siguen La Paz con tres millones 22 mil 566; Cochabamba con dos millones cinco mil 373; Potosí con 856 mil 419 habitantes; Chuquisaca con 600 mil 132; Oruro con 570 mil 194; Tarija con 534 mil 348; Beni con 477 mil 441 y Pando con 130 mil 761 habitantes.

Cotoca es el municipio que registra el mayor crecimiento porcentual de Bolivia, con más del 100% de aumento de su población. La tasa de crecimiento intercensal fue de 1,035% (por año), en línea con el comportamiento observado en censos anteriores y consistente con las estadísticas de hechos vitales que demuestran la coherencia demográfica.

De acuerdo con el cronograma oficial, los resultados finales del censo serán entregados hasta junio de 2025. Sin embargo, en opinión del director del INE algunos elementos afectaron la dinámica demográfica en los últimos años: advirtió que la pandemia ocasionó una transición demográfica. Esto significa que incidió en el incremento de la cantidad de divorcios, redujo la tasa de fecundidad, incrementó la tasa de convivencia reduciendo la cantidad de matrimonios y amplió la edad mínima de tenencia de hijos. “Encontramos un dato interesante, cada mujer, en los años 60 y 70, tenía en promedio 7,5 hijos en Bolivia; en los 70-80, cinco hijos; en los 80-90, 3,5 hijos (…) en 2016, 2,9 hijos; y en 2023 (…) tan solo 2,1 hijos”, afirmó. Estos factores, según el INE, afectaron en la variación de la proyección de crecimiento.

“En la medida en que este número de la tasa global de fecundidad, que es 2,1, se acerca a dos, se denota que estamos llegando a la tasa de reemplazo poblacional, es decir, los hijos que nacen solo cubren a la población de los padres de los que se generan, con lo cual la tasa de crecimiento poblacional desciende”.

Las proyecciones de nacimientos fueron 350 mil más que los realmente observados a través de los certificados de nacimiento obtenidos en el Servicio de Registro Cívico (Serecí). Otro elemento de incidencia es el ámbito de mortalidad relacionada con el Covid-19.

El porcentaje de error de estimación censal corregida versus lo observado es inferior al 5%. No obstante, en Paraguay se tuvo un 21% y en Ecuador más del 10%. Una de las tasas de error más baja de la Región en esta ronda de procesos censales.

Comisión internacional de alto nivel

La Comisión Internacional de Alto Nivel, que es la instancia técnica consultiva en apoyo al Ministerio de Planificación del Desarrollo y al Instituto Nacional de Estadística, respaldó el trabajo técnico del INE.

“Esta comisión pondera el compromiso y el esfuerzo técnico demostrado durante el proceso de recopilación y análisis de los resultados preliminares del conteo poblacional. Este esfuerzo permitió al INE responder a su mandato definido por ley y, al mismo tiempo, cumplir con las buenas prácticas internacionales de calidad y transparencia”, señala el comunicado difundido por esta instancia.

UNFPA y el censo

El presidente del Fondo de Población de las Naciones Unidas en Bolivia (Unfpa), Pablo Salazar, manifestó que los resultados del Censo de Población y Vivienda 2024 son razonables y están acordes con las expectativas de la Región.

“El censo es un proceso técnico que tiene pautas internacionales y pautas a seguir. Desde el punto de vista del acompañamiento que hicimos al INE y al Gobierno de Bolivia (…) encontramos que la información es razonable y además cumple con las expectativas de lo que uno observa como tendencias generales de la Región”, afirmó.

El experto explicó que en esta ronda de censos que se desarrollan en países de la Región la tendencia muestra aspectos similares como la reducción de número de hijos por mujer, la mortalidad por la pandemia y cambios en los patrones migratorios.

“El censo de Bolivia, al momento, para el conteo que se presentó, ha cumplido con los estándares y normativas que normalmente se recomiendan en términos de buenas prácticas para realizar el procesamiento de los datos que fueron recogidos después del exitoso operativo censal”, afirmó Salazar.

El sueño de los cuatro millones

El Instituto Cruceño de Estadísticas, supuestamente respaldado por estudios y encuestas, afirmaba que el departamento de Santa Cruz contaba con una población de cuatro millones de habitantes en 2023. Esta información fue hecha pública por el exGobernador cruceño (hoy preso en Chonchocoro) como un advertencia al INE y al gobierno nacional de que si el Censo Nacional no arrojaba datos similares habrían problemas. Evidentemente, lanzar esas cifras sobre la población cruceña constituía parte de la estrategia no solo de descalificar el trabajo censal de este año, sino también de su proyecto de desestabilizar al Ejecutivo y encontrar el camino de retomar el poder como lo hicieron en 2019 o cuando menos acortar el mandato presidencial.

Lo cierto y evidente es que Santa Cruz es el departamento más poblado, pero aún se encuentra lejos de la cifra anunciada por el exGobernador.

¿Dónde se generaron estas expectativas más allá de la política? Hay varios factores que nos hicieron pensar a los bolivianos que nuestra población podía ser mucho mayor que la que nos muestran los resultados. Entre estas, la más importante es la inclusión social masiva de las dos últimas décadas, en las que grupos poblacionales que se encontraban totalmente marginados ingresaron finalmente a ser parte de la vida del país. Estos ciudadanos invisibles empezaron a copar las universidades, a multiplicar la actividad comercial, a poblar las ciudades y todos los centros laborales, de esparcimiento, las calles en general; un fenómenos propiciado por una política amplia de inclusión social generada a partir del Proceso de Cambio que dio la sensación de que éramos muchos más.

No se ha incrementado la población como parecía, pero evidentemente somos más ahora los bolivianos que participamos de la vida nacional y eso crea la sensación de un considerable crecimiento poblacional, aparejado de una creciente migración campo-ciudad que está imponiendo un modelo de metropolización, particularmente en las ciudades del Eje Central. Sin embargo, a diferencia de lo que muchos pensaban ningún departamento perdió población, inclusive regiones de menor población como Pando u Oruro son las que registran el mayor porcentaje de crecimiento.

Obviamente algunas expectativas quedan en el camino, como la asignación de más escaños para ciertos departamentos en detrimento de otros. Una inicial asignación de escaños parlamentarios sobre la base de los últimos resultados censales prácticamente mantiene la actual composición de la Cámara de Diputados, porque el país en su conjunto creció y la proporcionalidad se mantiene.

Con seguridad los resultados no son del agrado de quienes solo buscan convulsionar al país, pero esa es la realidad. No dudo que seguirán con su cantaleta contra el Censo, así como lo hicieron en su momento para fijar la fecha de aplicación a su antojo u otras acciones desestabilizadoras sobre discursos falsos posicionados mediáticamente.

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