Una extraña epidemia de ceguera fustiga todo un país, alguien que espera en su automóvil frente a un semáforo es el primero en sufrirla y de éste se extiende más rápidamente entre la población. A medida que aumenta el miedo y el pánico en el país, progresivamente las personas se convierten en presa de los más indignos instintos del ser humano. José Saramago, a través de su novela “Un Ensayo Sobre la Ceguera” nos alerta sobre la responsabilidad de tener ojos cuando otros u otras las perdieron.
La novela asumida como metáfora, permite dilucidar una pedagogía de la ceguera en los mecanismos que producen y reproducen opinión pública, como que el que se demuestra de las “coplas carnavaleras”, que a más de una le ocupo construir sentido de interpretación, amplificado por los mass media ya una efectiva velocidad de reproducción social.
Ésta pedagogía de la ceguera, permite develar los mecanismos-medios que amplifican, validan socialmente y forman evidencia de un tema que simultáneamente enceguece otro; por ejemplo, durante la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra realizado en Cochabamba en abril de 2010, la opinión pública producida por los mass media centraron el núcleo de atención en el “pollo” por sobre las causas estructurales del cambio climático o los nuevos modelos para establecer la armonía con la naturaleza o el financiamiento, tecnología y mercados de carbono, que en el fondo constituyen verdaderos, necesarios y urgentes temas puestas en agenda por el aparato estatal.
El mismo esquema interpretativo fue producido en torno a la VIII marcha de la CIDOB (septiembre de 2011) momento en el que se amplificó de manera permanente una imagen trágica descrita y sustentada con una narrativa victimizada y centrada en la marcha, en desmedro de las posibilidades para informar, comunicar, debatir y por tanto estructurar opinión pública que dilucide alternativas de etnodesarrollo, gestión sostenible, desarrollo culturalmente adecuado o estrategias interculturales de conservación del medio ambiente, inversión pública dentro del paradigma del Vivir Bien o cualquier otro tópico que permita avanzar en ésta concepción integral del desarrollo.
Éste mecanismo de anulación y amplificación simultánea permite invalidar realidades objetivas y reproducir realidades subjetivas para luego constituirlas en opinión pública; ahora ésta abandonó “la copla” como significante, para formular significados que interpelan con dureza miope los alcances constitucionales e institucionales, históricos y presentes para fundar una necesidad histórica de descolonización y despatriarcalización desde el Estado; emprendido y comprometido desde el 2006, año de la consustanciación del poder constituyente engendrado por la movilización de organizaciones sociales, naciones indígenas, sectores campesinos, obreros, trabajadores del área urbana y periurbana, hombres y mujeres.
Los diferentes feminismos que a su vez representan también diferentes intereses de clase y casta deben superar la interpretación de las “coplas” desde la victimización; para desarrollar sus tensas implicaciones y contradicciones que no motivo para desconocerlas, en el desarrollo histórico de la lucha por la igualdad, inclusión, reciprocidad, respeto, complementariedad, armonía, igualdad de oportunidades y equidad social entre hombres y mujeres. No mira y simultáneamente enceguece el aporte emancipatorio que hizo la Asamblea Constituyente a la Carta Magna para el desarrollo normativo y de políticas públicas despatriarcalizadoras.
También deberían mirar la historia, y que la memoria resignifique las oportunidades de la mujer; pero también de la mujer indígena campesina como sujeto socio-político, que se lograron a través de la Subsecretaría de Asuntos de Género (1994) durante el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, o del Viceministerio de la Mujer (1997), en el gobierno de Hugo Bánzer Suarez), épocas de democracia liberal en las que era impensable en una composición paritaria entre hombres y mujeres, de sus gabinetes ministeriales.
Cuando el Presidente Evo Morales Ayma, de manera consecuente incorpora a la mujer y también a la mujer campesina en sus gabinetes ministeriales, nombró al primer gabinete en paridad numérica, y además también por primera vez en la historia de éste país dos mujeres fueron las Máximas Autoridades Ejecutivas en los Ministerios de Defensa y de Gobierno, resulta un Presidente misógino. Cuando una Asamblea Constituyente fue Presidida por una mujer de pollera, o en la actualidad la Presidencia de la Cámara de Senadores y la Presidencia de la Cámara de Diputados está ejercida por mujeres, resulta un proceso de cambio que rinde culto al machismo.
Coda:
La resonancia mediática de las coplas carnavaleras es digna de otra copla como respuesta. Algunos medios mostraron una exquisitez inusual con la sazón y picante de algunas coplas cantadas con sabor, así como muchas feministas levantaron el grito al cielo por sus contenidos machistas, cuando se trata de un sentimiento de inferioridad que con su indignación convierten en un supuesto sentimiento de superioridad sobre las mujeres que cantaron en palacio las coplas de su creación, sin inhibiciones y fervor popular. La gente de pueblo, con un gran sentido común, sin fatigas mediáticas ni minucias genéricas, frente a éstas como respecto de otras coplas, sencillamente ríen: mucho, poco o nada.
Finaliza la novela… “Por qué nos hemos quedado ciegos. No lo sé, quizá un día lleguemos a saber la razón. Quieres que te diga lo que estoy pensando. Dime. Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos, ciegos que ven, ciegos qué, viendo, no ven.”
* Ciudadanas del Estado Plurinacional de Bolivia
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