marzo 18, 2024

Recuento de imágenes y palabras

Sin el arte la vida sería muy aburrida, no tendríamos películas, libros, pinturas, música y danzas para disfrutar, incluso para polemizar o, simplemente, para reflexionar sobre la existencia misma y si algo de lo que hemos visto o leído nos conmueve, entonces podremos decir con el gran Víctor Hugo que “la obra maestra es una variedad del milagro”. El año 2014 que se cierra fue extraordinario en nuestro país, he aquí algunas razones:

• Artes plásticas:

El Ministerio de Culturas, la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia y la familia de Raúl Lara, uno de los grandes pintores nacionales, coeditaron el libro La aventura íntima e infinita de la línea, que contiene los dibujos del maestro orureño y también se realizó una exposición itinerante con dichos dibujos. En Santa Cruz el Centro de la Cultura Plurinacional cerró el año con una retrospectiva de Lara que mostraba más de 30 pinturas, entre ellas la serie de Van Gogh en Oruro y 10 que nunca se habían expuesto antes. Todo un acontecimiento. Para el G-77 + China, la Casa de Moneda de Potosí llevó, por primera vez a Santa Cruz de la Sierra, sede del encuentro, varias pinturas de Melchor Pérez de Holguín y su círculo, sin duda alguna lo más destacado de la pintura colonial.

• Fotografía:

Hubo muchas exposiciones, entre las que puedo destacar la de la mexicana Graciela Iturbide, quien nos interpeló afirmando que “la fotografía no es la verdad. El fotógrafo interpreta la realidad y, sobretodo, hace su realidad de acuerdo a sus conocimientos o sus emociones”. En esa línea se encuentran los trabajos del español Gabriel Barceló que publicó un libro titulado Rostros andinos y del norteamericano Noah Friedman con su exposición Recorriendo las sendas del cambio, una serie de fotografías que registran algunos de los más importantes acontecimientos acaecidos en el país durante la última década. Nuestro amigo Tony Suárez dio la sorpresa con su magistral y mágico libro Illimani Santo, que en gran formato, más de un metro, presenta distintas imágenes del Achachila mayor de la ciudad de La Paz, un libro de colección. El libro La arquitectura de Freddy Mamani Silvestre y la muestra fotográfica de Alfredo Zeballos mostrando esos edificios que le han dado una característica especial a la urbe alteña fue un acontecimiento.

• Literatura:

Además de destacar las ya tradicionales ferias del libro que se suceden cada año, ya no solamente en La Paz, Santa Cruz de la Sierra y Cochabamba, sino también en ciudades intermedias, podemos decir que este fue un año para la literatura. La Fil-Santa Cruz, trajo al poeta nicaragüense Ernesto Cardenal, quien se dio tiempo para compartir con todo el mundo. En Cochabamba, El Centro Pedagógico y Cultural Simón I. Patiño organizó el Octavo encuentro de escritores iberoamericanos, que este año contó con la presencia de José Ovejero, de España; Mario Bellatín, de México; Jorge Benavides, de Perú, además de Claudia Peña, Pablo Piñeiro y Homero Carvalho de Bolivia. En Sucre se dieron cita más de treinta escritores bolivianos en el Arí, la fiesta de las letras y en la capital cruceña el Santa Cruz de la Letras reunió a más de cuarenta escritores de dentro y fuera del país, polémica incluida. No puedo dejar de mencionar a los poetas de la plazuela Calleja que cumplen su segundo año brindando recitales y lecturas en este espacio público que ya se ha convertido en una tradición cruceña; mi reconocimiento a Patricia Gutiérrez y Óscar Gutiérrez por continuar en la brega literaria, sin hacer caso a los que critican y no hacen nada ni siquiera por ellos mismo, mucho menos por su comunidad.

El deceso de Gabriel García Márquez conmovió al mundo y muchos fuimos los que comentamos acerca de la magnitud de su obra y de lo injusto que fueron algunas generaciones con este maravilloso escritor que desde lo local supo ser universal. Lo paradójico fue que, muchos de los escritores que lo criticaban y hacían escarnio del realismo mágico, sin que ninguno de ellos haya escrito un libro que este a la altura de una línea del autor de Cien años de soledad (al decir del poeta y periodista Rubén Vargas), parecían las viudas más desconsoladas.

• Libros:

Como siempre los escritores bolivianos estuvieron muy prolíficos y publicaron novelas, cuentos, poesía y, naturalmente, ensayo, especialmente de temas políticos que parecen fascinarnos, pues es lo que más se vende en las librerías. Este año hubo una destacada presencia de mujeres poetas y entre los libros que destaco están los poemarios de Ruth Ana López, Gigia Talarico, Emma Villazón, Alejandra Barbery, Claudia Vaca, Gricel Gamarra, Patricia Gutiérrez, Kathia Simon, Ana María Arana y Paura Rodríguez. También fue el año de Magela Baudoin que con su novela El sonido de la H, obtuvo el Premio nacional de novela. La ciudad de los cholos, de Ximena Soruco Sologuren me llamó la atención por la profundidad de la investigación que va más allá de los histórico y sociológico, así como Los espejos de Fabia, novela experimental de Rosse Marie Caballero. Entre las antologías habría que subrayar la colección Literatura boliviana que inició la FCBCB con las de cuento y poesía de La Paz y el Beni. Así mismo, también de esta institución, El legado indígena de Jack Weatherford, que narra cómo los indígenas americanos ayudaron a cambiar el mundo. La antología Bolivia, que reúne a cincuenta y cinco autores hablando sobre nuestro país, agotó su edición y ya va por la segunda edición. Mención aparte merece el escritor Gonzalo Lema. Este fue su año: obtuvo el Premio internacional de novela Quipus, el Premio nacional de Santa Cruz y, para cerrar, su buena racha el Premio Nacional de Cultura.

• Cine y teatro:

Creo que dos películas nacionales marcaron la impronta de este año y fueron Yvy Maraei de Juan Carlos Valdivia y Los olvidados producida por Carla Ortiz. La primera muestra una Bolivia diferente, un viaje hacia uno mismo a través de la cultura guaraní y la segunda el drama de las dictaduras militares y los desaparecidos, si hubo alguna película polémica en Bolivia, fue Los olvidados, tanto que se recogieron las críticas en un libro digital. En Santa Cruz de la Sierra, el FENAVID se consolidó como el festival de cine más importante del país. En teatro el Fitaz de La Paz, dirigido por la incansable Maritza Wilde fue nuevamente exitoso.

• Homenajes:

Este año fue el de los homenajes al gran muralista Miguel Alandia y el Museo Nacional de Arte mostró una retrospectiva de su obra. Por otra parte la FCBCB, junto con la familia de Gunnar Mendoza y otras instituciones, organizaron una serie de actividades para celebrar los cien años del nacimiento de este gran historiador y archivista que dirigió el Archivo y Bibliotecas Nacionales de Bolivia durante cincuenta años.

• La rebelión de los objetos:

El Museo de Etnografía y Folclore que dirige Elvira Espejo, artista plástica, cantante, poeta y tejedora, ha cambiado la concepción clásica del museo y ha iniciado la dinámica de lo que ella llama “la cadena operatoria” y si el año pasado fueron los textiles, este año lo hizo con la cerámica que fue el tema central de la Reunión anual de etnografía.


* Escritor y poeta

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