La Paz .- La extrema derecha boliviana, que no reconoce la victoria del presidente Evo Morales en las últimas elecciones con el argumento improbado de un supuesto fraude, puso en marcha un plan golpista con el objetivo de posicionar un «gobierno paralelo» sustentado por una alianza cívico-política en oriente y occidente, según audios e informes que salieron a la luz en el sitio «BehindBackDoors (Detrás de la Puerta Trasera, en español)».
Como parte de ese plan, la oposición causó un clima de inestabilidad en el país a través de los comités cívicos y exmilitares que habrían preparado a grupos de jóvenes para llevar a cabo las acciones violentas, principalmente en las ciudades de Santa Cruz y La Paz.
Según los audios revelados en el portal https://bbackdoors.wordpress.com/2019/10/08/us-hands-against-bolivia-part-i/, esas acciones contarían con el respaldo de la denominada Unión de Militares Retirados de Santa Cruz.
La sede del gobierno de transición se establecería en Santa Cruz para consolidar los planes de oposición de dividir el país en dos frentes, occidente y oriente, lo cual generaría una situación de caos que conllevaría a una posible guerra civil.
De acuerdo con los antecedentes del plan golpista, grupos opositores consiguieron armas y municiones en Estados Unidos para traerlas a Bolivia con el apoyo de personas reclutadas para ese propósito.
Las armas que han sido enviadas a Bolivia incluyen municiones de diferentes calibres, pólvora, máquinas para fabricar y calibrar proyectiles, estuches de rifles y pistolas.
Respecto a la estrategia golpista, el ministro de Gobierno, Carlos Romero, sostuvo que el plazo de 48 horas que dio el presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, Fernando Camacho, para que el Jefe de Estado renuncie es parte de la ruptura del orden establecido en el país.
«Constitucionalmente significa que es una ruptura del orden establecido, pero fundamentalmente es la develación de la estrategia golpista, no importaba las elecciones, se había anunciado que no eran creíbles, fraudulentas, antes de su realización», indicó en la víspera en entrevista con medios estatales.
Romero manifestó que el ultimátum que dio el cívico coincide con un informe de Inteligencia que da cuenta que este lunes, en la noche, se prepara una acción violenta confrontacional hacia plaza Murillo, centro del poder político del país, a cargo de grupos de choque organizados por los cívicos.
La autoridad ratificó que en el país está en curso una «estrategia golpista» que en su formato inicial fue «blando», pero en su fase confrontacional es «duro», iniciativa que fue formulada desde afuera, porque ya se puso en marcha en otras realidades sociales, principalmente para «atacar» procesos progresistas.
Indicó que grupos opositores y cívicos de derecha, como Camacho, antes de las elecciones del 20 de octubre ya manejaban el discurso de fraude, una vez que se verificaron los comicios anunciaron que posesionarían a Carlos Mesa y Gustavo Pedraza, candidatos de Comunidad Ciudadana (CC), como mandatarios, si es que no había una segunda vuelta.
Más adelante desconocieron también los resultados que dieron como ganador a Morales con 47,08% de los votos, al igual que la auditoría que está en curso a cargo de la Organización de Estados Americanos (OEA), precisamente para descartar las denuncias de supuesto fraude en los comicios.
El ministro indicó que, pese a las reiteradas denuncias de irregularidades en las elecciones, esos grupos radicales hasta la fecha no presentaron una sola prueba del supuesto fraude.
Agregó que esa estrategia, en su fase «dura» que se vive en la actualidad tiene tres dispositivos: conculcación de las garantías constitucionales de los ciudadanos, incluso a título de defensa de la democracia, racismo y confrontación violenta contra instituciones estatales, en particular la Policía.
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